CARTA AL DIRECTOR enviada por: Juan Cejudo, de Cádiz
Soy muy aficionado al carnaval gaditano. Mis primeros recuerdos son del coro ‘Los pelelines’ y la chirigota ‘Los charros mejicanos’ allá en el año 1954, pues iba detrás de ellos escuchando sus coplas… Desde entonces no he dejado de seguir año tras año el carnaval. Tengo grabadas muchísimas finales y semifinales, he asistido a varias finales en el Falla (ví en directo a ‘Capricho andaluz’, dirigido por Catalán grande, una maravilla) y en el Andalucía con las comparsas de Paco Alba…
Quiero dar mi último adiós al gran comparsista y chirigotero Juan Carlos Aragón, que se nos ha ido muy pronto, para mí, el mejor autor del Carnaval de Cádiz por su poesía, su arte, su creatividad, su innovación y sobre todo porque representa como nadie lo que es el carnaval.
Juan Carlos era transgresor de normas, era rebeldía, era denuncia social y política, era compromiso con su pueblo, era una carnavalero “políticamente incorrecto” que no se dedicaba a decir cosas bonitas para quedar bien con nadie, sino que decía lo que sentía por dentro, aunque no le gustara a algunas de las personas bienpensantes del sistema.
Si tenía que criticar lo hacía, daba igual que fuera al Papa, que al rey… con la libertad, el desparpajo y el arte que él tenía.
Juan Carlos me cautivó desde aquella su chirigota hippie de ‘Los yesterday’ y desde entonces lo he seguido año tras año.
Desde aquí mi más sentido pésame a sus familiares y amigos, a todos sus fans, a todo el mundo del carnaval. Los aficionados sentiremos enormemente su ausencia.
Termino con este poema suyo ‘Testamento’ que define como él era: rompedor, creativo, irónico, simpático…
A mi muerte,
que nadie toque mis cosas,
que se queden como están para cuando vuelva,
como yo las he dejado:
El vino fuera de la nevera,
la cejilla en el último traste,
el teléfono sonando,
el calentador encendido,
el niño en el colegio,
las cartas sin abrir,
el despertador a las siete,
las cuentas a cero,
las persianas hasta arriba.
Si me matan sin dolor
quiero el número del asesino,
que alguien me grabe el entierro;
cómprame el tabaco y el diario,
no me esperes despierta,
déjame atún por si vuelvo en los huesos,
y este verso no lo guardes,
que le quiero cambiar el final.
Ah,
y baja la basura. DIARIO Bahía de Cádiz