CARTA AL DIRECTOR enviada por: Encarnación Martínez Galindo, de Málaga
Ante el planteamiento de equis grupos sobre cualquier materia, sobre cualquier circunstancia o persona, debes implicarte. ¿Y qué ocurre si no hay respuesta o si hay abstención? Posiblemente no se pueda entender la abstención, siempre, como una falta de criterio o un acto de cobardía sino todo lo contrario.
La falta de respuesta inmediata ante lo propuesto, supone, aunque parezca contradictorio, una reflexión serena y superior sobre la única y dicotómica solución basadas en el “sí” o el “no” de la cuestión que se presenta.
La abstención puede ser una forma de decir que hay temas o asuntos más relevantes o urgentes que tratar en cualquier ámbito (político, social, empresarial…) y que, por el momento, no se entra en el “juego” de quienes intentan distraer el entendimiento y dirigir la voluntad, cegando la libertad de pensamiento.
La abstención o falta de respuesta rápida supone una llamada de atención ante el sí y ante el no y atenúa el “peligro indefinido” que puede conllevar tal tándem de respuestas forzadas y cerradas en un momento poco apropiado. Hay quien demora, por tanto, su acción de expresarse a la espera de resultados, para que la posible confrontación entre ambas posiciones (quienes responden sí y quienes se inclinan por un no) no sea perjudicial.
Existen personas muy valiosas, que se ocultan en la retaguardia, oteando pacientemente cómo se van desarrollando los acontecimientos segundo a segundo. Prestan atención y están en continua vigilancia para prevenir actos fallidos o un retroceso histórico o gestor y a la espera de poder convertir su supuesto inmovilismo en una opinión-acción precisa como un paso decisivo. En el “terreno de juego” cumplen con su papel de conformar un mejor futuro. DIARIO Bahía de Cádiz