CARTA AL DIRECTOR enviada por: Encarnación Martínez Galindo, de Málaga
Me llama la atención olfativa el nauseabundo hedor que se desprende del caucho del suelo de los parques infantiles. En otros tiempos los niños jugábamos en tierra, río, arena… de acuerdo en que no había apenas coches y había menos vecindad pero al saltar, jugar y brincar sanaba y crecía feliz nuestro organismo.
Ahora poco espacio y oliendo a caucho nuevo o roto o quemado por las altas temperaturas.
He leído que si se quema el caucho aparecen gases tóxicos que se van depositando en ojos, piel y que se respiran pudiendo ocasionar asma e incluso cáncer. Además, independientemente de si la superficie de los parques infantiles esté hecha de neumáticos reciclados o no, debajo hay migas de neumáticos reciclados que hace que se forme polvo de plomo en la superficie y eso es lo que respiran nuestros peques.
Con el olfato que, parece ser, que tenemos a todos los niveles y estamos dejando que lo más tierno, bello y que nos da la vida presente y futura, esté en peligro y en su ingenuidad, mientras, imaginan, ríen sueñan y juegan. Otro suelo si queremos que toquen el techo del cielo. DIARIO Bahía de Cádiz