CARTA AL DIRECTOR enviada por: Al-Hakam Morilla Rodríguez (coordinador de Liberación Andaluza)
“Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla”. Stanislaw Lec.
Impresiona mucho más que los huracanes caribeños la multitudinaria y pacífica respuesta de los ciudadanos de Catalunya en la Diada, a pesar del boicot de todas las formaciones españolistas pardas o coloradas, montando actos alejados del independentista principal, y sin parar de vomitar su basura los media rojigualdos del Régimen. Al contrario por desgracia sucede en la colonia de Andalucía, tan amilanada por tanto parafascista barato e hipócrita colaboracionista con nuestra postración y ruina (casi cuarenta años de cortijo sociata sin conocer alternancia no pasan en balde). En la pentamilenaria Nación del Guadalquivir y Sierra Nevada os resultará mucho más fácil encontrar a necios carcamales beodos cantando el franquista ‘caralsol’ o el ‘Asturias-patria-querida’, que a personas con espontaneidad entonando el libertario – y oficial – Himno de Andalucía o algún temazo de El Cabrero… ¡vivan las ‘caenas’!
Sin embargo los cívicos triunfos foráneos no deben servirnos para no hacer autocrítica de las seculares miserias propias, inducidas muchas veces por el ‘divide et impera’ monárquico-papista. Debemos tener muy presente que los chacales no muerden al organismo sano y vigoroso, sino al enfermo y débil. Así algunos ‘andalucistas’ rojipardos se envuelven en la Estelada con la desvergüenza del que clama por la justicia preferiblemente en otros lares, mientras en su propia casa contemporiza sin problema por ejemplo con las tinieblas y la larvada codicia del clericalismo… al que nunca hacen mención. Ojalá un día el Pueblo andaluz os lo haga pagar muy caro.
A los observadores extranjeros les sume este mostrenco esperpento en la total perplejidad. Lo normal es que las tensiones secesionistas se produzcan en las naciones postergadas por un Estado asimétrico en lo económico, como vimos en la escisión de Eslovaquia de Chequia, o en Sudán del Sur con respecto al Estado sudanés. Los casos de Andalucía y Canarias también reflejan esta tragedia colonialista con nitidez: comunicaciones principales norte-sur, proveedores de materias primas y trabajadores a cambio de una economía subsidiaria de la metrópoli con productos manufacturados que nos reenvían, mucha mayor tasa de enfermedades en el mediodía peninsular, una emigración imparable de los parias del ‘sur’, ninguneo o minusvalorización cultural-identitaria hasta cotas de alienado embrutecimiento… Aunque Catalunya o Euskal Herria gozan de no menor fuerza moral que una colonia a la hora de reivindicar un Estado propio ante la ONU: a los socios durante siglos del imperialismo castellano no pueden matrimoniarlos a la fuerza, para continuar en una empresa en números rojos y encenagada por una impune corrupción.
Los ‘patriotas’ clerical-franquistas en la reserva-’sur’ se caracterizan por su gran coherencia de siempre: nacionalismo es ese fenómeno a satanizar que sólo concierne a los demás. El suyo propio, vendido al Estado extranjero vaticano y a multinacionales, no… jamás. Se trata de una ‘unidad de destino en lo universal’, en frase de uno de sus pistoleros clásicos, fundada en comandita por Túbal, nieto de Noé, y José María Pemán, visionario del caníbal Homo Antecessor con camisa azul.
¡Qué daño ha hecho a ciertos caletres la Enciclopedia Álvarez y el padre Ripalda, haciéndoles acercarse a su senectud creyéndose un híbrido de flamenco tercio destripaherejes y matonismo arrogante de inquisidor! ¿Cómo puede explicarse esta barbarie subdesarrollada y servil que sufrimos en Andalucía? Así sacan la lupa, la pica y el morrión para condenar el catalanismo, y con la doble moral que califica al facherío tragasantos, que un Ayuntamiento como el sociata de Vélez-Málaga se militarice pudiendo utilizar nuestros impuestos para hacer publicidad de una ‘jura de bandera civil’ el próximo octubre, se lo pasan por el forro.
Así los machirulos brazo en alto y escapularios al viento invocan ‘la ley’ como la espada flamígera de un arcángel de comedieta de figurones, el cual sólo ejecutase a los que tienen el carné del partido equivocado. Aplauden al Tribunal Constitucional si les recuerda babeantes a los Tribunales de Orden Público del sanguinario autócrata de El Ferrol… y con otra vara de medir pelillos a la mar si la Audiencia Nacional exonera al exgobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez, y a la CNMV con respecto a su posible irresponsibilidad ‘in vigilando’ la salida a bolsa de Bankia… De la ‘culpa in eligendo’ ya ni hablamos. Basta con ver la trayectoria de los tesoreros del partido de Bárcenas, Lapuerta y Naseiro, que no hace dimitir a sus jefes ni asumir consecuencias políticas.
Decía con lucidez el diputado de Esquerra Republicana Joan Tardá, en la sede parlamentaria central del Estado, que ‘no existe Separación de Poderes, sino distribución de poderes’. Sin la primera, viga maestra de cualquier democracia verdadera, toda veleidad democrática representa una mera ilusión.
La ley se fragua en la voluntad soberana del Pueblo. El Senado la discute, interpreta, valida o descarta. Los jueces ejercen su digna y necesaria labor bajo el dictado del ‘imperio de la ley’. Pero si ésta no emana de las profundas raíces del Pueblo, una administración humana no puede sostenerse, excepto por una represión cada vez más violenta, insufrible. Hemos podido comprobarlo en el reciente apaleamiento de unos pacíficos manifestantes murcianos, en pro del soterramiento del ferrocarril.
La legitimidad se aleja cada vez más de la ‘legalidad’ en el rajoyismo: saltan a la vista sus mercadeos con el PNV para conseguir su apoyo a los presupuestos, el uso de ‘publicidad institucional’ para acallar conciencias mercenarias y la dudosa dignidad de muchos que se tragan escandalazos de podredumbre partidista sin empacho. En caso de seguir permitiendo – y ampliando – en Catalunya licencias fiscales que a los tragalotodo del ‘sur’ empobrecen con distinto baremo, o desprecio a la ‘igualdad constitucional’ que invocan con cinismo, la resistencia a la arbitrariedad de los Pueblos meridionales del Estado podría verse abocada a organizarse, frente a tanta injusticia, en la clandestinidad. Se empieza haciendo una ‘democracia’ al gusto de los del yugo y las flechas, y al final por mucho que Méndez de Vigo, Guindos y Montoro se calzaran el fajín del general Yagüe los catalanes no pueden evitar la risa floja, mientras planifican la desobediencia al centralismo en todos los frentes.
Lo que ya parece más serio es la implicación de los tricornios en la patria de Salvador Espriu, porque su cualidad de militares, a la hora de implicarlos en conflictos de naturaleza política, salpica al ‘Preparao’ de Zarzuela, en su condición de jefe supremo castrense, heredada de la del ‘generalísimo’. Detallitos que alientan con mucho mayor ímpetu el republicanismo que sacar del baúl de los recuerdos el espíritu de Azaña, al estilo del ‘monje-soldado’ empleado de Murdoch Aznarín.
República ad portas: tic tac, tic tac… DIARIO Bahía de Cádiz