LA GRAN FINAL DEL COAC 2004. Ya está aquí la Gran Final del Carnaval de Cádiz, finalísima de un Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas 2004 que echó a andar el pasado 26 de enero. Sí, hace casi un mes. La Final, o también llamada la “noche más larga” –de un ya de por sí dilatado certamen- se celebró en la noche del viernes 20 y madrugada del sábado 21 de febrero, con menos flores que el año pasado -se ve que la alcalda, disfrazada de ¿mafiosa?, no estuvo inspirada, con lo que le gusta una planta- y las cámaras en directo de Canal Sur Televisión, que cumple 15 años retransmitiendo y difundiendo las coplas por Andalucía y el mundo mundial, con más o menos acierto.
Además, tuvo unos prolegómenos calentitos tras el fallo –y vaya fallo- del Jurado el pasado jueves que dio a conocer las 16 agrupaciones que cantarían en esta Final, que ya ha encumbrado cajonazos para la historia, como la comparsa de Juan Carlos Aragón, que ha reprobado con dureza la decisión, y otros grupos como la chirigota ‘Los monstru’ de Vera Luque o los coros ‘La tourné’ y ‘A toda vela’. Mas si aquel veredicto fue discutido, el de la Final, mejor ni hablar…
Una crónica de la Gran Final, con nueve horas por delante, sería algo pesada e insípida sin la voz del experto. En consecuencia, a lo largo de los siguientes párrafos –que son mushos- vamos a estar acompañados con la opinión autorizada del gran Caleti.com cerveza. Bienvenido sea, él, y el barril de cruzcampo de 25 litros, que siempre la corteja. Nueve horas que son un suplicio para todos pero a la vez un gozo para los buenos “fatiguitas”. -Lo que yo te diga, los gaditas somos una contradicción andante, dice el Caleti para romper el hielo-. Vámonos al lío.
ENTREGA DE ANTIFACES Y ASTILLEROS EN LA PRIMERA PARTE
“Aquí tienes a un albañil más duro que tu escollera”. La primera agrupación de la sesión fue el coro de obreros de antaño de Julio Pardo y Antonio Rivas, ‘Son de Piedra’ que literalmente va edificando durante el repertorio –con la orquesta en lo alto-. Arranca la noche fuerte. El primer tango es una defensa al exiliado gaditano pidiendo “que se cierren las murallas…” que cada persona que se va es “una piera menos en esta muralla… que tengo una Tacita la más bonitas y sin gaditanos”. Qué bien suena. El segundo tango es una aviso a la alcaldesa, para que pelee por Cái sin ambiciones en la Junta, que de Lola la piconera se puede tornar en Lola la traicionera”. El primer cuplé, un toque bricomaniático-sexual, acorde con el tipo. El Rey mosqueao con los autores del Carnaval en el segundo cuplé, Sofía le pide que reaccione y Juan Carlos afirma aquello de yo hago “lo que diga mi mujer”. Letras inéditas. Se nota que estamos en la Final. “Las murallitas son de piedra y no se nota”. Popurrí trabajado, que concluye con el izado del pendón de Cádiz. El Caleti está con la lengua fuera de tanto trajín. Bebe, pishita mía, bebe.
Con cubos en la cabeza aparecen en escena los componentes de la chirigota ‘Lo más feo de Cái’, de Manolito Santander. “Es feo hasta el pito, Manolo”. El primer pasodoble, homenaje al Macarty, pionero de la fiebre amarilla. El público –rectifico, la grada- se arranca con el grito de guerra cadista “a por ellos, oé” –el Caleti saca la bufanda amarilla y los cigarritos aliñados-. El segundo pasodoble, otro homenaje, a la figura del postulante. Manolo sale a saludar. Emotivos pasodobles. El primer cuplé, al príncipe, haciéndose macocas frente al telediario. La iglesia ha dicho que no a los preservativos para no quedarse sin monaguillos. Mejor el segundo cuplé que el primero, ya repetido. El popurrí hace repaso biográfico por la vida de estos señores poco agradables a la vista, con parto difícil, bautizo, primeros escarceos discotequeros, declaración a las ninfas y de vuelta a La Viña para rematar. Como ya comentamos, la chirigota sigue su línea, recta, es un poco más de lo mismo. El Caleti no sabe si entenderme.
Un paréntesis en la Final, la entrega de los Antifaces de Oro –homenaje a personajes con 25 años de Carnaval en sus espaldas, aclaración para foráneos- a Julio Pardo y a Joaquín Quiñones –y también a Fernando Ariza, ausente por enfermedad-. El Caleti quiere aprovechar el kit kat para saludar a Mari Puri, que se ha quedado en Cracovia ya que naide le ha invitado al Carnaval.
En penumbra se presenta la comparsa de Tino Tovar y Ángel Zubiela, ‘Las estaciones’ –premio Aguja de Oro por el tipo-, con un bello lamento naturalista al despertar de este impresionante bosque, “quien coge mis hojas y se las lleva… viento de levante ya me envenenaste la savia”. Grito a los derrotistas que denostan a las agrupaciones por cantar fuera de Cádiz, y dejan claro que “Cádiz nos tiene condenados… malditas las condenas de la envidia que es tu pecao”. Me arrodillo ante Tino y su pluma. El segundo a la mujer que maltrata a su ex marido poniendo en contra a los hijos, “amigo adonde voy a denunciarlo”. En los cuplés, los reyes le ponen al principito un castillo y a ellos calzoncillos; en el segundo, juego con los palos del flamenco y las alegrías que cuelgan de abajo. “Sabes que por ti mi compañera, me estoy jugando aquí la primavera”. Arranca el popurrí: “mi pueblo es como un árbol centenario”. “Si este árbol pudiera ser hombre daría su vida por la savia que mana de tu Andalucía”, ahí queda eso. Alegóricas cuartetas, para degustarlas con tranquilidad. La fusión Tóvar-Zubiela, da gusto. Los troncos regresan a su tierra con un “mis raíces bien valen una guerra”. Canto a la vida. Al Caleti, como es evidente, le atrae más la playa que el campo.
Los reyes de España, de Castilla y Aragón, un poco demacrados de la chirigota de El Bati ‘Los Pavos Reales, una especie en extinción’, de los hermanos Márquez Mateo saludan al pueblo llano con humor fino e inteligente. A la gestión de Aznar va dedicado el primer pasodoble que concluyen irónicamente con un “que dios me lo guarde muy bien y luego que tire la llave”. Amén. La telebasura como elemento de desinformación, “en el fondo de la cuestión… no nos enteramos de nada”, es el tema del segundo pasodoble. Primer cuplé a los paquetes de tabaco, cuyas esquelas les hace comprar ahora el tabaco suelto. En el segundo narran como en Galicia con lo del chapapote fue donde el príncipe conoció a Letizia y “ella le cogió to el cariño”. Buena rima de fondo. El popurrí es una lección de historia chirigotera en ocho minutos. Un bastinaso con elegancia. Que después me digan que el Carnaval no es cultura.
Y el telón cae y vuelve a subir con una representación de todas las agrupaciones y trabajadores portando una pancarta que exige solución para los Astilleros de la Bahía al antológico grito de “Astilleros no se cierra”. Que me digan que el Carnaval no es un cashondeo. El Caleti se solidariza con el conflicto y con la cruzcampo en vaso de cristal, pero también afirma que no se debe luchar por el trabajo sólo en la calle, en el bar, o en el Teatro, sino que desde el mismo puesto de trabajo se debe lidiar por él. Me dice, y yo le miro absorto, que ha podido conocer de fuentes bien informadas que hay parte del personal que en horas de curro se dedica a leer el Diario. Es verdad Caleti, Cádiz es una paradoja.
LAS 0.34 HORAS: COMIENZA LA SEGUNDA PARTE
El coro ‘Los entendíos del racataplán’, con letra de Rafael Pastrana y música de José Ramón Zamora, promete dar la sorpresa junto al coro hermano de ‘A toda vela’, ya que actúa con su forillo. El primer tango es un rapapolvo a la Ley del menor, “menores, cobardes con libertad”. El segundo tango es un repaso a los periodistas que juegan con el morbo. El Caleti no se siente aludido. Cuplés, que tienen la auténtica baza en sus porciones de cambiantes estribillos, “tú no entiendes de ná de ná”. Y lo que todos esperan del coro es su particular popurrí: como entendíos, “en vez de cantar pamplinas voy a cantarles otro tanguillo”. Y mientras lo entonan, el coro se va poblando de nuevos componentes de “A toda vela” y se canta otro tango de este grupo no clasificado. Pero no es el último, y cae otro tango al mismo tanguillo, titirititirititiritititrán, “a callar que suena el tango de Cái que es lo más bonito que dios creo… muero en el tango, tango de Cái y no me importan los popurrí”. Sorprendente fusión, que agrada.
“Si mi copla llega al pueblo, me siento libre”. Ahí está la comparsa de Joaquín Quiñones ‘La Cárcel Vieja’, con la música de Manuel Sánchez Alba, el Noly, cuyos integrantes salen por un rato de entre rejas. En el primer pasodoble una niña le pide al padre que le explique qué es la libertad, “libres somos los hombres que no escribimos con sangre la palabra libertad”. Tol mundo de pie, que el Caleti se pone existencialista. Dice que la libertad no existe ya que desde que nacemos estamos condicionados por la muerte. Calla, que se me va a deprimir el personal y convía a otra cervesita. El segundo pasodoble, a la reina de su casa, destila musho amor. Si el coro anterior son dos fusionados, esta comparsa es una que se va bifurcando en dos. Estribillo a dos velocidades donde las coplas piden la libertad al carcelero. Los presos forman una murga para saciar el gusanillo febreril en el popurrí, que no tiene desperdicio. “Si es un delito quererte, no me importa que me sentencien a muerte”, para despedir mientras vuelven a la trena.
Marchando otra ronda. La chirigota ‘No somos nadie’, unos zombies con letra y música de la propia agrupación, se presenta a ritmo de “Thriller” de Michael Jackson y riéndose de la muerte. Una primera letra a Andalucía, que no contenta al Caleti, que se queda con la interpretación de este grupo consolidado. En el segundo pasodoble repite, el Carnaval del cielo, donde se reencuentran con el Peña. En el primer cuplé la Señora Muerte viene en busca de la abuela, pero termina aburría y ya volverá otro día. El popurrí, sin desmerecer: “hueso ná más es lo que queda”. Sin novedad en el frente, con un repertorio encaminado al legítimo propósito de captar contratos más allá de Puerta Tierra. El localismo se echa de menos en un Concurso made in Cái, pero cada año más internacional, que se entiende en el Mentidero y en Burgos.
Dejamos los muertos y regresamos con los vivos, y la fantasía de la comparsa de Bustelo ‘Los regaera’, con la dirección de José Luis Mejías. Extrema afinación. El primer pasodoble aborda el tema de los niños que pasan las vacaciones en familias de acogidas y luego regresan a sus países. El segundo pasodoble es buenísimo, donde exigen que no se calle su verso: “las coplas de Cádiz parece que vuelan… a veces se preguntan sino viven carcelera de algunas verdades”. El Caleti me pregunta a cuento de qué viene dicha letra. Pues… no sé. Los cuplés por partida doble dirigidos a la rubia alcaldesa que arregla la situación general de Cádiz, pero como dice el Libi, “en maqueta”. “De to los jardines que hay en el mundo hay uno al filito del mar…”, así comienza un popurrí donde siembran críticas, buenos piropos y musho gusto.
LAS 2.51 HORAS: LLEGA LA TERCERA PARTE
El coro que reabrió la sesión fue el grupo de Puerto Real ‘De 25 quilates’, con letra de Vitoriano José García, y el tipo de buscadores de oro en aquel oeste lejano. Este año cumple veinticinco carnavales. El primer tango es un recuerdo de esos mismos años de convivencia democrática entre Puerto Real y Cádiz. El Caleti empieza a tener hambre, le suenan las tripas. En el segundo pasodoble, está presente Teresa de Calcuta y ricos ganándose el cielo a golpe de talonario, pero no lo he cogido muy bien porque el Caleti me está dando la lata para que le compre una palmera de huevo. El primer cuplé, al príncipe, y sinceramente, ni me molesto en escucharlo. En el segundo reniega de técnicas sexuales. “El oro es de plata en Cái”. Mucho ritmo en el popurrí, con banjo y armónica, donde vuelve la anarquía escénica, de moda. El Caleti me dice que no había Palmeras y se ha pillado una Pantera Rosa. Sabio comentario de tertuliano. Miki Runi encuentra un pedrusco de oro y todos a hacerle la pelota. Alegría desbordante para rematar la actuación puertorrealeña.
El verdadero pelotaso de este año es, sin duda, la chirigota del Selu ‘Lo que diga mi mujer’, que a pesar de conocerse ya las grasias de la presentación, sigue haciendo disfrutar. El primer pasodoble, sobre su actuación en la Final del Falla, con una fresca y genial letra. El segundo pasodoble recuerda una de sus aventuras sacando al perro, vamos que como su mujer diga que lo vuelva a sacar, ahora mismo bajan. Se esperaban cuplés algo más acordes con la Final. El estribillo, coreado. No dejan de actuar durante toda la actuación, valga la redundancia. En su casa llevan los pantalones, pá tenderlos a la azotea. Cuarteta a un buen avío del puchero. La Pepa, toda una mujer. El Caleti me pregunta si me echa espuma –eso no se pregunta, una cervesita sin dos dedos de espuma es como una noche de Final sin quicos-. Además me apunta que no ha escuchado durante toda la actuación ni una sola referencia a Cádiz. Es verdad. Debo repetir lo que dije antes con el grupo del Love, para ser coherente. Así es la globalización.
“Érase de un marinero que nunca se hizo a la mar”. Los vellos de punta y sólo acaban de sonar los sones clásicos de la comparsa arlequinada ‘Paco baja, aunque sea en pijama’, con letra de Paco Cárdenas y música de Paco Rosado. El Libi pone la imagen. Lo que toca lo hace de oro. Homenaje a Chatín en el primer pasodoble, “si el Brujo fue mago, Chatín con sus manos… fue malabarista”. Elegante final. El segundo pasodoble es una letra oportuna –el Caleti señala que oportunista-, “no es peor tirarle piedras a la policía… que cerrar toda la Bahía”. Original remate: “Izar no se cierra”. En los cuplés pasan de pillar la fiebre del pollo en el Gallinero, y narran la curiosa fobia al agua de su niño. “Cuando salía Paco, moríamos por febrero, sin embargo ahora morimos por el dinero”. “Ya no hay piropos pá la Alameda, pues no lo entienden bien los de fuera, que al fin y al cabo pagan mejor que aquí”, una de las cuartetas de un popurrí con mensaje, conexión vía móvil con Paco, cambio de tipo, y defensa a la cantera “dónde están los concejales, saben bien que esos chavales no tienen edad pa voto”. El final es un aviso chirigotero: “no le des un palillo diente a la alcaldesa que lo coge y te hace una maqueta”. “La copla no se vende”. El Caleti lo desmiente, en un amago de bostezo, y me invita por lo bajini a que visite el Melli en la Plaza donde están todos los cassetes.
Sigue siendo protagonistas. Se crece. El Caleti de Cái, que se ha asomado por la ventana, me avisa, como buen meteorólogo, de que hace una noche de perros y que su disfraz de tortilla de papas con chorizo que tenía preparado para que las niñas le comieran tó este sábado en la plaza Mina, se le va a quedar un poco engüashisnao. Ojú. Otro momentazo chirigota con ‘Los valientes’, de Juan Manuel Braza Benítez, el Sheriff. Risas desde los primeros compases de la presentación. El primer pasodoble es una comparativa entre su familia y el mundillo carnavalero. “Quién le pone fecha al beso de un padre”, es el segundo pasodoble con un lamento de un padre divorciado. Vivan los novios, ¡viva!, vocifera el Caleti, que tiene los ojitos coloraos, como los calzoncillos de Superman. “Que nadie se vaya cuando corte la corbata”, dice el estribillo. El Caleti no se cansa de repetirlo, cuando lo inviten a bodorrios, pasa de regalar nada, y menos dinero, que se supone que las parejas se casan por amor, y no para recaudar limosnas y si sobra pagar dos letras del piso, la a y la b. El popurrí es un repaso detallado a los preparativos previos al enlace, con ensayo arrocero. “Todavía no me he casado y ya hecho de menos a mi mare”, y eso que se van a vivir al piso de al lado. El amor a la suegra no falta. Remate acampanado, de “un valiente que sin ti sería un cobarde”. El público, frío. ¿No se han traído una rebequita?
LAS 4.55 HORAS: ENFILANDO LA ÚLTIMA PARTE CON ADELANTO
Arranca el swing y el jazz con el coro ‘Big Band’, de Fernando Migueles. Un coro que invita a mover los pies con su gran musicalidad. El primero de los tangos, como diría el señor Alarcón, de letra cofrade, con vírgenes iluminando la Tacita. El segundo tango es un recuerdo a José Couso, cámara de Telecinco asesinado en la Guerra contra Irak, desde miradas y ojos. Bueno, pero el Caleti prefiere las letras de estreno. Onomatopéyico estribillo “para que te suene a febrero”. En el segundo cuplé, la luz apagada precede a una pegada de carteles electorales, pero en estas fechas el único cartel que hay que mirar es el de carnavales –en ese momento sale torpemente un señor del muro instalado al efecto-. Juego de luces para despedir un popurrí filarmónico. El Caleti, que me espía por encima del hombro las paranoias que escribo señala que tengo faltas de ortografía, de concordancias plural/singular y que mi estilo incluye mushas palabras con libre adaptación gadita. Le respondo, con toda mi vena de Filólogo, que permitiéndome el contexto de libertad febreril, lo importante es la comunicación, no el encorsetado formalismo lingüístico. Además, trabajar a estas horas, tiene su guasa.
Nos ponemos firmes que llegan los romanos. Ave César. Le toca el turno a la comparsa que intenta revalidar el primer premio del pasado certamen, ‘Gaditanos’, de Luis Manuel Rivero. “Cádiz, los que van a cantar te saludan”, con postración de cabeza. Hago lo mismo. El Caleti, más que agachar la cabeza la sube junto con el vaso. Duro, duro, duro, el primer pasodoble, donde no se callan las verdades del Concurso, verdades que todos conocemos, por cierto: sienten vergüenza de esta “mierda que es el concurso del Falla”. El segundo es un toque sentido y de aficionado que ha nacido en el mundillo gracias a Martínez Ares: “te lo dice un compañero… que fue el último en ganarte”, un autor que sin ser pregonero “supo ganarse ser uno de los más grandes”. ¿Será Rivero el relevo? Que el Ares no se ha muerto, me apunta el Caleti. “Si no hay camino en el mar que no se venga a parar a las orillas de Gades”. En el segundo cuplé se defienden de los derrotistas que les critican cantar este sábado en Madrid, pero dicen que no van por el dinero, sino que van “a ver si baja aunque sea en pijama Martínez Ares”. Coherencia total. Primer premio. Me postro ante ellos. Tengo envidia. Caleti, me ayuda a levantarme del suelo y dice que le daría el premio a Gambrinus mejor. Tus castas. Fuerza, voces, afinación, letra. Esta comparsa lo tiene todo. “Gades siempre fue muy conocida por soñar… mirando hacia el mar”. Para celebrarlo, Caleti, vamos a echarnos un caldito, ya sabes, con dos dedos de espuma. “Cuando nace un gaditano, bajan los dioses romanos a la Caleta”. Lo mejor de este año. Caleti, no puedo seguir. Te dejo el ordenador, tó pá ti.
Vamos a darle ritmo a esta crónica eterna. La chirigota ‘Los veteranos del Vietnam’, de José Manuel Sánchez Reyes pasó por cuarta vez por las tablas del Falla. Y que no me diga el Rodway ese que Juan Carlos Aragón no está en esta Final porque la música de esta gente es suya. El primer pasodoble es un repaso a todas las chirigotas, a la competencia, un gracias por venir, pero yo estoy en la Final. Eso no lo dicen ellos, lo digo yo. Reclaman una Final solo de chirigotas. Eso ya lo pensaba yo, pero no sólo de chirigotas, sino de todas las modalidades, 32 horas de Final sin respiro, la caña, a la que me apunto, pero con un barril de 50 litros y al menos un bocata de mortadela. El segundo pasodoble pregunta a Aznar cómo puede ser amigo del malo, así “no puede ser presidente de España”. Los cuplés, simpáticos pero pobretones. Estribillo de categoría: “que se vaya el americano de Rota y de Morón y que vuelvan los gaditanos que trabajan en Castellón”. En el popurrí, estos veteranos se vienen a la Tacita pá curarse los males. Sin desperdicio. En Cádiz hay mushos locos y eso les pone como una moto.
Y para cerrar el Concurso 2004, y la Gran Final, dejo al Caleti con la boca debajo del grifo de cerveza y escucho a la comparsa de El Puerto de la Peña Los Majaras ‘De Verde Luna’, de José Antonio Valdivia, que actúa con medio Teatro dormido y otro camino de sus casas. El primer pasodoble es su homenaje a Martínez Ares, ya cantado en pases anteriores, que califica a sus futuros evocadores como manada de farsantes. Sin insultar, dice el Caleti, con algo de torpeza vocal. Es lo que le pasa cuando bebe más que yo. Me quedo con el de “Gaditanos”. El segundo pasodoble, al Padre coraje, con bastante tragedia de por medio. Cuplés acelerados. Enamoraos de este rinconcito aunque sean de fuera. Mucha fuerza en todo el repertorio, y mueren majaras.
Las 6.53 de la mañana del sábado, más temprano de lo esperado. Le pregunto al gran Caleti.com si está borracho. Me advierte que sí. Yo también, lo reconozco, borracho de coplas. Y lagrimitas en los ojos. La contradicción me embarga, celebro que acabe al fin el Concurso y sus casta, pero por otro lado, ya lo hecho de menos. La paradoja, Caleti, la paradoja.
LOS PREMIOS
Pero lo importante son los premiados, y el fallo del Jurado –y vaya fallo- se hizo esperar hasta las 7.23 horas. Sorprendente. Es la palabra. El primer premio en coros fue para ‘Big Band’; en chirigotas ‘Lo que diga mi mujer’ y en comparsas ‘La cárcel vieja’. Hasta ahí, hay un pase, pero por ejemplo, ‘Los entendíos del racataplám’, ‘Gaditanos’ o ‘Los pavos reales’ se han quedado con las respectivas últimas posiciones de sus modalidades, cuando la mayoría de las quinielas la daban como favoritas, y más tras el genial pase de la finalísima. Un veredicto, que hay que respetar, pero que va a traer polémica, porque ha sido erróneo e injusto. Es el momento de saltar de alegría o llorar de rabia e impotencia. El pueblo contra el jurado, ya lo cantaba Martínez Ares. Dany Rodway
* Rescatamos el cronicón de la Final de COAC 2004 publicada en su momento en un medio de ámbito regional por quien suscribe desde 2005 estas particulares crónicas para DIARIO Bahía de Cádiz.