DÍA 22 (1ª SEMIFINAL)
Reloj, no marques las horas, porque voy a enloquecer, ella se irá para siempre, cuando amanezca otra vez… Con el soniquete en el coco del tema original de Roberto Cantoral, nos zambullimos de lleno en el tiempo de descuento del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2023): llegan las semifinales, ¡uueee!, y qué semifinales, más largas no la había en toito el muelle de Cái.
La primera de las tres noches de la fase, previa a la gran final del viernes ya dentro del Carnaval oficial, la del lunes, sólo se alargaría más de siete horas, siete, con el colofón duro, emocionante y vibrante a la vez de ‘Los Martínez’, el coro de Julio Pardo, que fallecía el sábado, cantándole a la vida. Las paradojas. Además, se disfrutaron de enormes pases de las comparsas ‘El embrujo de Cádiz’ de Piru-Tomate y ‘La ciudad invisible’ de Martínez Ares.
Nomás nos queda esta noche, para vivir nuestro amor, y tu tic-tac me recuerda, mi irremediable dolor… ¿Qué tal imito a Luis Miguel? Juan, ¿tú no tendrás que madrugar mañana, verdad? Maripili, tira de la palanca y que este cronicón en la distancia se sienta cerquita cerquita. Y ole ole y ole, ese Yuntamiento de Cádi, cómo convía, cómo mola, se merece una ola, uuuuaaaaa.
‘El gran golpe’ y ‘La diosa del mar’, dos mejor que una
¡Esa cantera! Para poner en valor el trabajo de los flamantes primeros premios de juveniles de este COAC 2023, como teloneros de las anchas y holgadas funciones de semis aprendemos un ratillo con los chavalines. Hoy presenta una muestra de su repertorio el cuarteto ‘El gran golpe’…, “no robéis, no robéis, porque el gobierno odia la competencia…; que yo vine pa robarte y al final, eres tú quien me ha robado, Cádiz, mi corazón, tú me lo has robadooo”. Suele pasar. A juí. ¡Cuarteto cuarteto! Y seguidamente pisa las tablas ‘La diosa del mar’, la única comparsa de la categoría…, “no olvides que mis mayores, también empezaron primero”. “Y la llamo Caleta, y la llamo Caletaaa…”. A juí. ¡Comparsa comparsa!
“vívela, siéntela”
Las 21.26 horas. Arriba telón. No mires el reloj, Juan. Desde gallinero comienza a sonar ‘La voz’ de Luis Rivero, más blanco que Iniesta, gracieta revenía para empezar…, “es verdad, libertad, es el alma que al llorar, es la voz”. Como regañina de profe llega el primer tango: “no somos conscientes en los carnavales, de lo pertinente de algunos mensajes… aunque en algunas coplas, ese poder se olvida, y hablando de las drogas todo se banaliza… no olvides que tu letra encierra un eco social, y cuando hables de las drogas, no caigas en la apología”. Juan, ¿el coro se puede considerar una droga? “No hay que olvidar, que los dos son nuestros… demuestra que Cádiz es arte, por el carnaval y el flamenco”, sentencia la otra letrilla. Otra equis en esos piques chico-chica de los cuplés. Malos malos, ambos. La voz más valiente y sincera, resuena desde el corazón. pom pom, pom pom. Uoo uoo oo woooooooo woooooo, es la voz. Cambiando el bastón por el mantón en una de las cuartetas del popu, muy disfrutable, y escuchable. Decir, dice menos.
“que soy bipolar no falso”
(22.06 h.) “Y al coro de Jesús Monje, no le falta ni un detalle… lo que un día veo bien, otro día veo mal, jajá, lo que ayer me gustó, hoy no me gusta ná, porque en Cádiz lo normal es no ser normal”. Saluda ‘Cádiz, qué bonita eres con tu puta madre (los bipolares)’, con gargajillos, lo más caro del tipo, quizá. Celebrando el pase a semifinales, dando las gracias a los familiares del jurado y acordándose de quienes no confiaban en ellos…, “se han quedado compañeros fuera, y yo de eso me alegro, que soy bipolar no falso…”. “A la final no pasarnos, no queremos ensayar más…”, imploran en el segundo pasodoble dándole la vuelta al primero, y como que ya no saben en quién cagarse. Estoy malito. “Es que desfibrilador no entraba”, lo mejón de esos cupleses, bueeeno. Medio Cádi me quiere, medio Cádi me odia, y más de medio Cádi a mí no me puede ver, ¿y el otro medio?, pues lo guardamos pa después. “El caja tiene una minusvalía, y nos valía…”, anota un pupurrí de mamaso, con-tu-puta-madre. Juan, no te embaleh. La frescura y el descaro en una chirigota siempre debería puntuar, pese a las taras. Esto es lo que pienso, esta es mi opinión, y yo lo respeto.
“es por aquí, no hay confusión”
(22.41 h.) Turno para el ayatolá soterrao de Martínez Ares y su ‘La ciudad invisible’…, “oh carnaval, barrote de mis penas, mi cadena, mi prisión, mi libertad… aquí espero en la cueva, la llamada de febrero en libertad, ay lereleré, que está aquí febrero. qué voy a hacer…”. Un primer pasodoble monárquico, como que no es… “déjate ya de mensajes, vente aquí a la puta calle, no a los desfiles ni a tu regata, ahí la miseria, niño, no llega… sin consulta ni referéndum, sigue en vigor el mandato que un día firmó Franco para nuevos dictadores… otro diciembre, salió el muchacho a predicar… cuando habla la ultraderecha te achantas y miras para otro lado… en 1812 en Cádiz perdimos la alternativa, de que hicierais las maletas, mirando cómo se acercaba la guillotina”. Felipe, jarrón, va por ti. Y contando un cuento a la hija en la siguiente letrilla, que acaba con mal cuerpo…., “esta es la historia de una princesa, que derrotaba a los dragones, mandaba ella y sus pantalones… y cuando apago las luces y me acuesto, conmigo el miedo combate, porque no quiero que crezca y conozca a un hijo de puta que me la mate”. Pumba. ¡Agua! ¿Dónde caraho se encuentra el Nico? Anda chiquilla, ven y fúgate conmigo hacia las profundidades, porque no existe en este mundo más condena, que estar solito en la cueva, por carnavales… El popurrí con-cierta-teatralización bajo tierra sigue enganchando…, “este carnaval, lo voy a vivir en el subsuelo, desentrañare lo que más quiero… Quién fue el listillo que dijo, de esta saldremos mejor… Lleva el beso de este preso, hasta casa de mi madre… No me caso con nadie, con ningún político me hipoteco, me fumo mis penitas, vivo, lucho, sangro y peco, no digo que tú hagas lo mismo que yo, pero si quieres para ti hay un arco en mi canción… Me quedo aquí en lo oscuro, porque en lo oscuro se está mejo, esperando, esperando, llegue el perdón”, Las catacumbas por rumbas para el simbólico adiós. Juan, mírame como ese guardia mira al Ares, asintiendo y negando. Aquí hay tomate.
“yo me voy pa Cádiz, que Cádiz es la gloria”
(23.23 h.) Perico, dejando inconsciente, con la guitarra, para preludiar a los santos chirigoteros del Sheriff…, “yo tengo las llaves, las llaves del cielo, yo soy el que dice quién es malo, quién es bueno”: ‘Los del veredicto’, da la vez. Animando a la donación de órganos…, “que me han dicho que en la tierra, firmaste en vida que eres donante… les diste otra oportunidad, y gracias a ti siguen vivas… angelito de ida y vuelta, no cruces por esa puerta, tú sigue vivo en la tierra”. Y un Cádiz con diferentes puntos de vista, para el que la vive y para el que la pasea…, “qué bonita es la Tacita, el paraíso del extranjero… pero para el gaditano sin trabajo y sin un techo, es un tormento, que viviendo en esta bello y preciosa ciudad, tenga que marcharse para trabajar, que Cádiz es un cementerio… disfruten de nuestra ciudad, ustedes que tienen dinero… yo vivo en un paraíso, pero con el agua al cuello, y mi vida es un infierno”. Un poco dramas, Juan. En los cupleses, Jorge Javier Vázquez, antes tenía un pionono y ahora un brazo gitano; y las cositas que pasan en la oscuridad del gallinero a las tantas, “que me voy… no te vayas que vas a dejar el teatro vacío”. Tú, tú tienes el cielo ganao. Y un popu que discurre esperable, hasta la dilatada cuarteta cuartetera del demonio, recurriendo en esta ocasión al Javi Aguilera, con su Heidi, aro… “no me eche cohone, barba, ten cuidao conmigo que yo estoy tó loco, barba… y en el infierno ¿qué hay?, se puede beber, fumar, decir picardías… ¿ese es el castigo?, po espérate picha mía, nos vamos contigo…”. Vámono, que Cádiz es la gloriaaaa.
“desde el vertedero. suenan los graznidos”
(00.05 h.) Recién pasada la medianoche y con doloroso eco eco en el patiobutaca, sobrevuela el coro-gaviota ‘Las del puerto’. A ver Barbate si continúa pescando. Decente tango recordando al Loco de la Colina…, “repartía lecciones de vida con sus reflexiones de privilegiado, qué más quisieran algunos culturetas de postura tener aquella cordura que de su mente brillaba tanto… dejó su eterna frase de periodista puntero, que en Cádiz hay que mamar desde que lo dijo Jesús Quintero, palabra de pregonero”. Y encoñaítos del tango tras su primer coro del pasado año…, “el tanguillo gaditano lo compusieron las olas… un domingo de piñata se fue con los carnavales… y con profundo respeto y orgullo de provinciano, mi anhelo es sólo cantarlo como lo cantan los gaditanos, gloria eterna a Julio Pardoooo”. “Lo del pico en la frente a nadie ha dejado indiferente”, deja caer uno de los cupletillos entretenido con el propio tipo; el otro rima con oño. Por culpa del carnaval, cuanto más vieja más loca. El popurrí refresca la palabra palitroque. Poco más que añadir, Juan. “No se me olvida que Barbate es donde habito…”. El nido es el nido.
“Mi Cádiz de toa la vida, vive enseñando”
(00.48 h.) “De las cosas que aprendimos, que sentimos, que vivimos, hoy te vas a enterar… vamos a dar cada día historia y filosofía, si estamos de cachondeo, aprovechemos el rato al compás del tres por cuatro, que la vida es un recreo …”. Saca el estuche, Juan, que empieza la clase de ‘La tía de la tiza’, firmada por José María Barranco, el Lacio, junto al espíritu del Canijo de Carmona. El terrorismo machista aparece en la primera lección “que debe empezar en la infancia. en cada estereotipo del día tras día… es tarde si te implicas sólo pa guardar minutos de silencio… no es amor si te hace daño, no es amor si no es del bueno… nos ha tocado este año, y por culpa de un tal Carlos, falta un romancero”. Eva en el recuerdo. Y de segundo pasodoble, agradecimiento a quienes siguen en el aula del Falla tras Martínez Ares, y reprimenda al resto…, “es todo un privilegio sentir la afición, tú me das la vida, yo a ti el corazón, no tiene sentido sin espectadores… esto es mucho más que venir a adorar a autores consagrados… ve, márchate, eres libre, que yo no mando deberes, pero no digas que eres buen aficionao”. Un marido de “pelo pobre”, y su mujer no tanto, en uno de los cupletillos, de pelo. Salvochea, sobresaliente, Carlos Díaz, suficiente, la Teo, suspensa… y ¿el Kichi?, el Kichi no se presenta. El popurrí es pedagogía gaditana de la güena güena, tarareando la tarea, con los horarios de marea, los alumnos el vecindario entero… “del que siente Cádiz como yo lo siento, del que aprende Cádiz como yo lo aprendo, del que enseña Cádiz como yo lo enseño”. Juan, ilústrate.
“bandolero, bandolera”
(01.28 h.) A los pies de Sierra Morena, a borricate…, “¡Vizcaíno, estás haciendo bueno a Pedro Sánchez!”. Chaparrón de papelillos, puuuum. “No somos peligrosos, somos unos moñas… más peligran los trabajos de alguno que está saliendo este año con los de Santoña… bandolero, bandolera, ya están aquí”, chimpón. ‘La chirigota del barranco’, con los trabucos reguleros, e hipotecas. Algún patoso presente le pone trabas al primer pasodoble. Le reprochan algo al de la sonrisa ultramoderada…, “escucha Juanma Moreno, esto que voy a decirle, tiene la tierra andaluza un sello que la distingue, su música blanquiverde, y contra ese privilegio, vas y reduces las horas pa enseñarla en los colegios… que la música es inteligencia, pasión y desenfreno por vivir, es todo lo que te molesta a ti… si llevas cuatro años haciendo el tonto, te arrodillas a los ricos y al pueblo y sus miserias le haces oídos sordos”. Y emulando un cantesito con shentimiento en la calle…, “esquina con calle Cobo, juntarse que no cabemos, flojito que ya es muy tarde… aquí acurrucao en tu casapuerta es donde me haces sentir, tu carnaval, tu fiesta verdadera… para que digan luego que Cádiz no me premia porque vengo de fuera”. Ajá. La nazi Olona enganchada al COAC, “ya sabe más que Juanelo…”, en uno de los cuplés oportunos; algo duro le palpan al Bizcocho, en el siguiente. Aquí están los bandoleros, pa robarte por febrero… porque tú eres rica, en Omegatré. El número Pi no termina de rellenar todo un popurrí peleón. Como el don Simón, Juan. Echa limón.
“cuidao que Cádiz te quiere embrujar”
(02.15 h) Momentos ¡¡croqueta, croqueta!!, y ¡¡que vote er Kichi!! ¡¡que vote er Kichi!!, mientras se termina de remover el puchero de ‘El embrujo de Cádiz’…, “que canten los dioses y el mundo se pare a escuchar, que del embrujo de Cái, nadie se puede escapar… Cádiz, Cádiz, Cádiz, la eterna maravilla que te embruja y al mundo entero lo engatusa, con su taratatrero tirititrá… cuidao que Cádiz te quiere embrujar… el que se meta con Cádiz, cuidao, se está metiendo conmigo…”. Juan ya nota ese repeluco, y ná más que ha sonado el holaquéhay. Pero ¿qué es el amor? Hoy distinto que ayer y antiayer…, “dicen que la juventud ya no quiere de verdad, y de amar no sabe nada, que le falta voluntad y no busca nada más, que acabar de cama en cama… por lo visto era mejor el amor sin condición, que te ataba a otra persona, por miedo, por culpa o por obligación… les digo sin duda, que ahora queremos mejor, porque amamos libres y sin prejuicios, sin contratos vitalicios, sin penas ni sacrificios, sin leyes ni religión… nuestra juventud se entrega valiente, y va con la pasión, y con el alma y los dientes, y como nada dura para siempre, no tiene tiempo para aparentar… yo les respondo en la cara, que sólo sienten envidia porque nunca fueron libres para amar como les dio la gana”. Qué letrón, Juan. Y paseo por la esencia de un rincón señero que ya no es el que fue…, “ay pare, dime el ingrediente que falta al conjuro que te he preparado, que lloras desconsolado porque por más que lo miras, no queda nada en la Viña de ese barrio en el que te has criado”. Pim pam pum. Un caraho de la Caleta que se lleva Vox en uno de los conjuros-cuplés; y el otro hechizo fresquito fresquito, pa “quitarle tó la malaje al que se ha pegao en el palco ese”, el patoso de hace media hora. Pim pam pum. Piru-Tomate, Juan quiere un hijo vuestro, y otro popurrinaso extra…, “que en mi tierra no hay magia blanca, que no, y tampoco magia negra, que va, que la magia de mi tierra es de espuma platea… Que cada vez que tú me hablas, Cádiz de mi vía, no lo puedo aguantar… Cuando nace una gaditana, el embrujo de Cádiz está en sus manos, porque ella mantendrá viva su magia. la magia de los gaditanos”. El buen rollo que irradia la comparsita es que compensa las ojeras.
“no no no, se acabó, esta no puede ser mi vida”
(03.11 h.) Y poniéndole los cordones a la sesión, tras minutos de aplausos gordos tratando de arropar al coro, “Martínez, lo que se empieza, se termina…”. El cuartetero Javi Aguilera introduce a los de Julio Pardo, fallecido de forma inesperada este mismo fin de semana. “No no no, se acabó, esta no puede ser mi vida, siempre gris, sin color, se acabó… y en esta orilla comenzó mi nueva vida”. Pese a la tragedia reciente, ya canta, y cómo canta, ‘Los Martínez’. Descalzos, Juan, mira mira esas uñas como mejillones. Un tango criminal…, “cuando vez a un bebé llegar a la vida, amor de verdad… ha cambiado mi vida y pa siempre ya es lo principal… es por eso que no entiendo que a un hijo se pueda matar por venganza… si el que mata a un chiquillo, mujer u hombre, es un hijodeputa y ese es su nombre”. Y un tango instando a vivir sin mochilas, vaya…, “cada quien, cada cual, lleva su papelera y allí lleva metida la basura de su pasado… los rencores, la envida, penas y fracasos… qué cohones, estamos haciendo, que la vida es una ná más, y no tienes más secretos que disfrutar… no lo olvides jamás, que después de esta vida y de su aventura se va tu cuerpo pa la basura, pa la basura”. En unos de los cupleses, Bienvenido y el chiste ya manido alrededor del Pay Pay. Y en mi duna, porque vida solo hay una, yo encontré mi gran fortuna… libertad libertad libertad. “Y ya no cuento los días, ya no cuento las semanas, que solo me importa en mi vida, despertarme cada mañana… Disfruta con libertad y con valentía, que la vida son dos días”. Toneladas inagotables de aplausos, con el hijo de Pardo aguantando ahí arriba. Nudo en la garganta. Corta ya, primo, corta.
Las 03.42 horas. Baja el telón. No mires el reloj, Juan… Detén el tiempo en tus manos, haz esta noche perpetua, para que nunca se vaya de mí, para que nunca amanezca… Que la levantera nos lleva rápido al catre. Y caminito a la cama pídele a Alexa que nos cante una nana nanita éa: “La muerte es una playa con cara de pena, desnuda bajo el cielo bailando encendida, la muerte es una lluvia que cae hacia arriba, y con su pelo largo y su espalda moren, llevamos esperándola toda la vida…”. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway
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