DÍA 26 (1ª SEMIFINAL)
Otro pasito más, el penúltimo, en este Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2020). Sin tiempo ni para masticar la segunda criba del jurado oficiá, este domingo post-Ostinada echan a rodar las semifinales, a tragar del tirón. ¿Se te hace bola?
Una primea noche de semis con los grupos de Gago, Tino, Canijo, Subiela y Nandi Migueles, coincidiendo y poniéndoselo difícil al jurado. Y matizando: el cuarteto ‘Vida y obra de Juan Carlos I, bajo D’, superando su chapú; y la comparsa ‘¡Oh capitán, my capitán!, insuperable.
¡Espera espera!, que acabo de leer que Igualdad Animal está recogiendo firmas para exigir la prohibición del foie gras. ¿También nos van a borrar de las mentes el “¡más buenos que el pan!”? Pedro, Pablo, no se me resequéis. Maripili, úntame más, y dale a la palanca, que resbale bien este cronicón en diferido de un tirón, sin respirar, que ya nos sabemos las presentaciones y los popurrís de corrido. Pero antes, un aplauso al Yuntamiento de Cádi, que nos subvenciona el oxígeno.
“Que lo mismo sin concurso no tendrías ni de qué hablar”
Las 20.08 horas. Arriba el telón. “Cádiz construye sobre su propia historia, y para buscar la gloria yo busco bajo sus pies, ¡qué suerte la mía!, vamos a ponerte bonita”. Se ve que no está hoy Enrique el fenicio en el sarcófago hallado en esta animosa obra con fin, “está to el mundo alquilando las casas en Cádi, no lo voy a alquilar yo”. ¿Y eso quién te lo ha dicho a ti?, uno, oeeeee. Ya saluda la elegante y sencillita comparsa-acuartetada ‘¡Quieto todo el mundo!’, con el Iván Romero en medio. Sin chillar. Y dos pasodobles, dos. Reiterando que en esta sociedad antes que la persona está el mardito parné, vaya novedad…, “no recuerdo momento más duro que esa despedida, dejé atrás un camino pa empezar otra vida, buscando una salida en otro país… pa ser inmigrante, tienes que ser muy valiente… que más da la religión, razas, etnias o colores, lo que importa es tu dinero”. Y un poco de metacarnaval, como parapeto del COAC, ¿de este COAC?…, “estoy harto de los que critican nuestro concurso, aficionado y prensa que nunca están a gusto, componentes y autores que hablan por hablar… tú que hablas del concurso, que lo mismo sin concurso no tendrías ni de qué hablar… te estás metiendo con lo mío, y a ver cuándo ya se enteráis que el que le falta el respeto, se está metiendo con Cái”. Cuplés sazonados de polvo talco, mare. En uno, “to los años me propongo echarme novia en carnavales, este año el único polvo que voy a echar es el del estribillo”. El satisfayer aquel sigue colándose en semis, en el segundo. Me voy a callá, me voy a callá. “Cádiz con más de tres mil años, y los mismos desengaños todo sigue igual…”, la vida sigue igual. Ah no, que eso toca luego con Luis María. Déjame que arregle tus desconchones. Pedro y Pablo se van a tatuar ese verso en el coxis. ¿Y nos echamos ahora unos cantecitos? Enciende las máquinas, la de cuerda, la de viento y la de percusión, “empieza la producción, mi fábrica produce canciooooneeees”. ‘Creaciones S.A.’, el coro de los niños, ya resuena. Con cierta desazón por el desinterés que despiertan, en mucho aficionao, la modalidad, ese primer tango-reivindicativo…, “que por tus venas campa la sangre de este pueblo… mi tango viene pegando golpes sobre la mesa, que no te olvides de tus raíces, de tu esencia… no te pongas celoso de las grandes comparsas, porque eres padre y madre de to las coplas que aquí se cantan”. El tango, con más hijos que el Julio Iglesias… “De nada ha servido, marcharte tan pronto y tan joven, que vivan tus cojones porque mi primo nunca se ha ido”, sentencia la segunda letra con shentimiento que Nandi Migueles le escribe a su primo, Manolito Santander. Clin clan. Cádi mu cambiá desde que está er Kichi, “tan sólo hay una cosa que no ha cambiado, los camareros de La marina que llevan doscientos años”, apostilla un cuplé. Clin clan. El otro es… peor. ¡Que le haré la canción de su vidaaa! Mamá, quiero unos platillos. El musi-popu te convalida dos horas y cuarto de Conservatorio. “Para ti hice cada canción, y aplaudí dándote gracias por tu afición, para ti…”. Pedro y Pablo (se) tocan la flauta. Esa mano… Ueeea. Soy un truhán soy un señor. ¿Señor? Señor bocata el que se están zampando las coristas de estos Julio Iglesias de Los Palacios, con la chulería de Luis María y Carlitos Pérez a sus espaldas. Tercer concierto ¿inesperado? de ‘Yo soy tu padre’. Presumiendo de yate, pero es que “donde se ponga tu Vaporcito, nunca habrá uno más bonito en el muelle de Cádi… voy a comprarme un submarino, y lo voy a reflotar”. Y de segundo temita, con dudas en la interpretación, abogando por que el Falla deje de mirar atrás…, “lo de vuestro carnaval se está yendo de las manos, que esto debe ser para Cádi, nada de Sevilla, Cantabria ni de Uruguay… pero pensando de está manera, que vuelva lo añejo verás que vuelve Franco… dejarse ya de muros y de poner barreras, porque si esto no fuera tan internacional, cómo coño hubiera venío, Julio Iglesias aquí a cantar”. Soltando el puyaso y maquillándolo con ese toque absurdo. Un quiero y no puedo, bueno, un poco. Uno de los cupleses nos amenaza a la prensa, aquí en el foso, con hacerse un Joaquín Sabina, cuidaaao. No es normal un carnaval con tanto calor, está pasando en Cádiz porque Julio se ha colao en febrero. “A Julio Iglesias tú lo verás, cuando haga Cádi una Almejá, almejita güenaaa”, avisados estamos. El popu sigue teniendo su efesto en el público y levanta un poco el recital, sobre todo el remate, con el cantante y las coristas en bañador, pa darse ese bañito en La Caleta y refrescar los bajos antes de volver a Miami. Pedro y Pablo son también tus hijos… Pero penalti ha hecho, jeje. El chapú del Gago en ‘Vida y obra de Juan Carlos I, bajo D’ ya va dilatándose lo que dura un embarazo. Ya estoy rehabilitao… Valcárcel eres tú. Aquí estoy, a puerta escayola. ¿Estuco o trato? Salvi, diseeee. Antes de pintar hay que picar. La dueña del piso se pone de parto, a roto aguas, va a dar a luz, ¿llamo al fontanero o al electricista? Y se han quedao encerrados. Ya vienen los sanitarios, los sanitarios de Roca. ¿Dónde va señora, que hoy tenemos que cobrar?, cobrar, diseeee. Con una parodia que mantiene el nivelón de pases anteriores. Los cuplés y me voy. Uno de documentales, equivocándose y reconociéndolo, qué artistas, primo. Y los cirios de semana santa también con olor a aquello de la Gwyneth Paltrow, jeje. Piensa en el hospital nuevo, verá como se te pasa. Tema libre apopurrinado con Perlita. Los cuartetos también lloran. Y los consejales. Espicheeee, qué fáci es poné un espicheee… Qué manera de exprimir el asunto de las reformas caseras, qué ingenio, qué buen rataso, qué cuartetón de Cádi. Y unas sabanitas para cubrir a los vecinos quejicas del foso, en ese chimpón arrojando escombros. Pedro y Pablo se tiran pa abajo, a por los papelillos. ¡Juan, por tus niños, dale un intro, que me ahogo!
“Saben que la vida es como el mar, no se puede domar”
… A por los tikets de la casa del terror agitaná, ¿no se lanza naide?… Y pa asustarte, hay un chino estornudando. Se presenta, arrastrando la losa reguetonera, ‘Los gipsy scream’, con alguna grasieta con un patinete eléstrico y una tele con sorpresa. Encadenando versos en la primera letrilla circular y ojanosa…, “al cruzar tus Puertas de Tierra, tierra de la libertad… letra que sólo sale al cruzar tus Puertas de Tierra”. Y asín como victimista el segundo pasodoble, que sigue sin contar nada que no sepamos, que son de más allá del peaje, que síiiii, lo pone en la ficha… “aunque no nací en la Viña, aunque me aprendí en Sevilla tus coplas de carnaval, he entendido a la primera lo de en Cádi hay que mamar… no hay que rivalizar con malas crónicas, que yo no me olvido de que venimos de fuera… que somos de Sevilla, la etiqueta que utilizan para hacerme tu rival, pero sé torear sin un traje de luces a esos que me critican, y presumen de andaluces”. Los carnavaleros se suben a esta atracción en un primer cuplé, con el Morera metiendo miedo con su vuelta al resto de cuartetos. Y el otro se lo cantan al Vera Luque, “te lo juro que no puedo ver ya a ningún surfero…”, y le copian, sacándose no tres si no seis sucintos cupletillos sucesivos. Afú, las moditas, se expanden más rápido que el coronavirus, que viene de China, y ya se sabe lo que pasa con el Aliexpress. “Cómo voy a asustarme, si yo vengo a cantarte y me animas igual que a las de aquí, que yo no te tengo miedo, eres mi casa encantada….”. Con más envoltorio que contenido. Juan sin miedo. Pedro y Pablo sólo le tienen pavor al espejo cada mañana. Y al tic tac del reloj… Silueta, cascabeles, escalofríos… huele a Tino, sabe a ‘¡Oh capitán, my capitán!’…, “y eres papelillo, y eres serpentina… oh capítán mi carnaval, oh capitán tu carmavaaaaal”. Ese holaquéhay es un bas-ti-na-so. Acordándose de entrada de esa Cádi que no suele glosarse en los repertorios ni en las guías turísticas, de extramuros. Un original pasodoble beduino…, “sé que no tengo canción ni un poeta que mire mis puestas de sol, pero tengo avenida y tengo un hospital, pero soy tan de Cádiz, que estoy rodeá de mar, de Cortadura a la Paz, el que llega a ti le doy la bienvenida, con mis dos puentes custodiando tu bahía… no tengo tu Caleta, pero soy tan gaditana y veraniega que tengo playas de niños llenas, que por las tardes a sus barrios llevan los pies empapaos en arena… ni soy trimilenaria, ni abuela de Occidente, pero también existo, y aquí me tienen dejada a mi suerte, que parece que ya no me quieras, que soy tu hermana pequeña, que no soy una cualquiera… no dejes gaditano que Cádiz acabe en las Puertas de Tierra”. Y poniendo los vellitos de punta con ese pare celoso que ve que su niña ya no es sólo su niña…, “por nuestro barrio los vi, agarraos de la mano, llenitos de amor, hoy descubrió un nuevo amor y se le ve contenta, me he quedao de piedra, quién se lo iba a esperar… y ojalá pudiera echar atrás los días… y sé que es ley de vida, y sé que llegaría, y sé que es tan bonito, pero a mi me dejó tiritando… a un padre quién lo prepara, pa ver a su hija amando, se fueron de la mano y yo pa casa me fui llorando”. La modita de los runners y sus múltiples accesorios, “cruzo la acera, me compro un litro y me voy pa casa”; y emocionado de aquella manera con las bodas, con la invitación, para relleno de los cupletés. Déjate de pampinas, vente del brazo del capitán, a los carnavaaales, a los carnavales. Y ocho minutos de pupurrinaso que se resume en “y esto es carnaval y esto es carnaval y esto es carnaval y esto es carnaval…”. Mis coplas de ayer y de ahora ya no son mías, ahora son tuyas… Y esta pasión, este verso, esta herencia, este club de mis poetas muertos, este amarte, este compás, este templo, este delirio, esta revolución, este tipo, esta irreverencia, esta insurrección, y esto es carnaval, y eso es carnaval, y esto es carnaval. Pedro y Pablo, levitaaaan. Contamínate, mézclate conmigo, siente el uranio enriquecido. El Canijo, con música de Bienvenido, ¡bienvenido!, ya explota por tercera vez esta temporada su ‘Chernobyl El musical’. Expande esos pasodobles radiactivos, y bien escritos. Activando el modo comparativo: “si se fija en las barquillas que hay en la Caleta, son como la gente de Cádiz en su identidad, yo creo, que incluso, comparten, la misma madera pues con la mar traicionera, humildes y enteras, consiguen flotar… su mayor lujo es vivir frente al mar… saben que la vida es como el mar, no se puede domar… y aunque se quejen con pena, viven en la misma gloria, su paraíso”. El segundo se lo dedican a Billy el Niño, antiguo miembro de la policía franquista, y torturador…, “cuando España se parecía al lejano oeste, los pistoleros vestían de gris… era de necios pensar y sentir… viejo vaquero, recuerda canalla, que aunque te arranquen esas medallas, tu condena, tu pena y tu desgracia, es que tus ojos han visto, la democracia”. O algo parecido. En la tanda de cupletillos, respetando a los votantes de Vox, hasta al mismísimo Ortega Lara, “le encanta el caralsol del tiempo que se llevó que no le daba el sol en la cara”, jajajaja; y el Papa dando “una ostia no consagrada” cuando le agarraron el brazo de “la mano de las macocas”. Si te doy la mano este carnaval, no te la vayas a quedar… que esta es la mano de las macocas. Por si no quedó claro. “A por el brote, oooe… tío normal, el que no bote…. ucraniana ucraniana, eres la más irradiante de la nación… qué bonita Ucrania por la tarde, cuando el cielo está que arde, por efecto nuclear, ¡Kieeeev!… cada uno lleva dentro su Chernobyl… sobrevivir no es mantener la respiración, seas de Chernobyl, de Santander o de Aragón…”. Pedro y Pablo, sonrientes, siguen practicando el jopak… Déjate de danzas tradicionales y ponle el tampón a la función, Subiela, y Carli…, “que la luna es como un queso, y la noche es una trampa, y aquí está este pequeño ratón y aquí está mi comparsa, y aquí está tu comparsa”. ‘Los listos’ ya están fuera del agujero, a unas horitas… Cuando el amor se acaba pero no hay separtación, de entrada…, “malditos amores que cuando se pudren siembran una guerra, ella es la herida y él es la sal, sus dos niños asustados, oyen chillíos en la salita, y ahí están los dos están, sin valentía, pa dar el paso y romper el puente que los unía… que el amor debiera ser un viento que sople en sus alas, pero nunca el cáncer que hoy aquí los mata… maldito sea el amor que los tiene a los dos encerraos y acostaos, igualito que las ratas”. Y la paradoja vital de don Ramón, todo un facha de manual…, “un señor patriota con la frente estrecha, católico de misa, obrero de derechas, casado por la iglesia, familia numerosa, un ciudadano, un español, de cara al sol, de la bandera en el llaverito, y del insulto a lo que es extranjero… hoy al fin se enfrenta, solo ante su historia, pues ya nadie quiere ni saber de él, y ni patria, empresa ni familia, van a ir a empujarle la silla de ruedas… escucha don Ramón, y aprende la lección, quien te ayuda y quien te cuida, hoy es mujer y es inmigrante”. Los cuplés son cuplés de comparsa, eso es ajín, Chapa. Y ese niño ilusionao con los reyes magos tiene ya los huevos negros… No vayas a darme veneno, no vayas a darme veneno que ya me tienes envenenao. Trampas trampas trampas… ratón de corazón caliente, de corazón valiente. Por lo que sea, ir de roedor no es lo mismo que hacerlo de equilibrista, de pájaro enjaulao o de farero, por lo que sea. Pedro y Pablo se mesan el bigote… y les duele. ¡Mi reino por otro intro!
La 1.33 horas. Baja el telón. Vaya neblina nos espera en el mundo extrafallero, niño. Pedro, Pablo, poned los antinieblas, y a la Moncloa. Ya me quedo yo aquí barriendo y canturreando alguna coplilla guapa de Juancarlo: “Desde que nací, yo siempre rogué, al Golfo de Cádiz, llévame contigo, tierra trágame, porque mar no hay, es una forma de estar aquí, es el deseo de ser el mar, más golfo que el Atlántico y más lejos de la historia, tuvo que ser en Cádiz donde hicieran la Victoria, y en una cobardía como un golfo de nosotros, se coló por La Caleta, dando vuelta y maremoto…”. Dany Rodway
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