DÍA 23 (4ª CUARTOS DE FINAL).
“Las mascotas también eligen disfraz para carnaval; se consolida como una celebración para disfrutarla junto a ellas; Superman, Wally o Spiderman tienen disfraces adaptados para perros”. Tres frases, tres, extraídas de la realidad capitalista, que te hacen dudar: cómo no seguimos arrastrándonos por este mundo a cuatro patas. A cuatro patas pone a más de uno la cuarta noche de cuartos de final del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2018).
Función, con frío fuera y dentro del Falla, rematada por la comparsa de Antonio Martínez Ares ‘Un perro andalú’, ladrando otros dos considerables pasodobles. Y antes, ‘OBDC. El joven obispo’, ‘El trío’, ‘No te quemes todavía’ y ‘Los chimenea’, también hicieron méritos para ganarse su pase a la siguiente ronda.
No sabía si malgastar vida aludiendo a ese titular del canal que va de progre, Lasexta, que denota que no tiene ni idea de lo que habla: “Racismo, Andrea Janeiro, sacrificio de Puigdemont… este año los carnavales son más polémicos que nunca”; o bien subrayando que entre los conciertos gratuitos de este año en San Antonio no están los Andylucas… son de amores, amores que matan, amores que ríen, amores que lloran, amores que amargan. El tontito de las banderitas y el señor mongolo (de Mongolia), nuestros colaboradores, vienen calentando voces. Maripili, dale a la palanca y que riegue los campos este cronicón que tiende a infinito, más uno. Con pinzas de madera. Pero antes, aquí debiera aparecer la publi del Yuntamiento de Cádi. Asómate, a ver si tú la ves, que eres más alto.
‘Y SIN EMBARGO TE QUIERO’, MELÓN
Las 20.38 horas. Arriba las palpitaciones. Qué potito es el amol… “por ti yo pierdo el sentío, pero más no me apuñales roneando en la Bahía… a tus pies rendíos tienes a este modesto coplero, no debía de quererte, y sin embargo te quiero”. Te lo dice el corito de Paco Mora, obsesivamente apasionado, y con pantalones de tela de cortina. Entre trapos entra el primer pasodoble… “hay una guerra abierta, que se ha colado en mi barrio, una guerra de banderas… enredándose en batallas por absurdos valores… tantas pasiones de tela que no han sabido volar… mientras algunos se enfrascan en una guerra, vuelan mis verdaderas banderas, tendidas por mi ciudad”: sábanas, babuchas, camisetas del Cádi, monos de astillero… Y nuevo toquetaso al negocio católico apostólico y romano, con tantas propiedades en la ciudad, “lo que más me choca es que todas tenga el mismo dueño, una iglesia inmobiliaria… para qué queremos en Cádiz a un señor obispo, que ha olvidado que Cristo, vino al mundo en un portal”. El Zornoza no se ha comío nunca un bocadillo de Madueño. Descanse en paz. Un cupletillo quejoso con el cambio de logo en las cortinas del Falla, por el nuevo del concurso… Por más desengaños que me llevo, ayy sin embargo cuánto te quiero, ayy sin embargo cuánto te quiero. El popu repasa a recordados copleros igualmente enchochaítos con Cádi… “cuántos dieron su ilusión, su gracia y su tesón, tantos gaditanos que ofrecieron sus encantos a tu corazón…, lo doy como ofrenda, para que me quieras y me des todo tu amooooor”. El tontito de las banderitas, embelesado con las olas del mar del chaleco. El señor mongolo (de Mongolia), patidifuso con las troneras y piedras ostioneras de las mangas. Con el corazón, de melón, roto.
‘¡DE AQUÍ NOS DESPEDIMOS!’, FILETITO RUSO
Y “para apoyar y fomentar la cantera del carnaval gaditano, además de recompensar el esfuerzo realizado por tener un repertorio digno”, esta noche toca ponerse firme ante la comparsa primer premio de juveniles, ‘¡De aquí nos despedimos!’. Hartos de lo que les ofrece este mundo, predispuestos a construirse un arca y a volar, aunque al final se quedan a tu vera, verás… “que con la que está cayendo, aquí no me pienso quedar, yo te juro que de aquí me najo…”. “Lo mucho que yo te quiero”: a la mare, un pasodoble en el que el niño ya no es tan niño. Es lo que tiene crecer y madurar. “Que la cantera ya no tiene nadie que le eche cuenta”, afirma la otra letrilla, sin el Piojo. Y nueva puyita a los malanges de la prensa que ignoramos el concurso de los chavales… Mira, mira pa otro lao… El jurao les premia con un diez. Mejón que alguno de adulto, se escucha por lo bajini en el foso de los leones.
‘ÉRASE UNA VEZ… LA CHIRIGOTA’, MACARRONES SIN TOMATE
Y la chirigota, se inventó. Tras érase una vez el hombre, el cuerpo humano y el espacio, érase una vez la chirigota en sus televisores, es lo que tocaba. La chiri del Choza con el añadido del Popo-fesó, que no lo tiene fácil para sus monólogos con esas barbas. El primer pasodoble, dedicado a Manolo Cornejo, a don Adolfo… “ay mi Kichi de mi alma, que se acerca el fin de tu popurrí… si echamos de aquí a la teñía por letras falsas, no hagas de Cái una comparsa”. Segunda coplilla entre la advertencia y la crítica al alcalde en veintitrés días de concurso, incrustada en el tipo. Pero no me interrumpas. En el otro pasodoble instan a la mujer a apuntarse también a salir en la modalidad… “suéltate ya la melena, cambia por risas las penas y haz un cuplé con alegría… saca niña ya una chirigota, y con tantos criticones, hazte en el pelo tirabuzones”. Un niño criado con dos padres, con remate ajín, en uno de los cupleses. Diga Andreíta y pato Donald, y carcajada asegurada. El popurrí, dinámico, se funde con chirigotones desde las últimas décadas hasta ahora, junto a pamplinas surtidas… “gloria para los que quedan, y para los que se fueron, gracias a ellos soy chirigotero… tienen ganada, la eternidad”. El tontito de las banderitas una vez ganó una chochona. El señor mongolo (de Mongolia) no gana pa sustos.
‘OBDC. EL JOVEN OBISPO’, SANDÍA CON PIPAS
No tiene que hacer frío hoy en ese ático a lo Rouco Varela, pichita. Aleluya, aleluya… “ya somos obispos, qué alegría, y encima en la Tacita…”. Con la ironía, como padre nuestro, y hostias como catedrales, santo y seña de la comparsita obedeciente del Germán. Ya reza. “Cállate ya, lloras como una nenaza…”, rondando los tópicos alrededor de homosexuales y lesbianas, que se escuchan día a día en la calle, y en los carnavales… “y yo veo una palabra, una palabra, y es la maldita homofobia”. Po asín é. Asumiendo culpas del pasado, y es que es un recurso fácil tan de cuplé…Uuuummmm. Cosqui a la sanidad andaluza, y algo más, en el siguiente… “y los médicos te curan con dinero no rezando… le están quitando la vida a Andalucía, sálvala extirpando el cáncer, llamado Susana Díaz”. Puuum. Duele. Los pasodobles te van meciendo y te terminan reventando, primo. Uuuummmm. A los cuplés: Ondacádi, “suerte que no tiene porno, si no el tanga de leopardo lo llevaba… Enrique Miranda”, jajajaja. Puntaso. Y de confesión íntima, el siguiente, “Mami no me compres calzoncillos… que se me salen los huevos por los boquetes de los dos laos”. Slip abanderado, es cosa de hombres, con los compañeros en su sitio. Que me lleven al infierno por haberte amado tanto, por haberte amado tanto. Y el popu casi no encuentra un respiro, si hay ocho minutos para decir, pues se dicen cositas, que encima entran divinamente… “cómo no quieres que dude, si tras este disfraz yo también soy humano… yo quiero ir en coche oficial, como el obispo de Cádiz… si no fuera sacerdote, entregaría mi alma a una mujer… al infierno, al infierno, si te ofende mi disfraz y no el diablo de verdad, ellos venden tu moral, yo tan sólo hago carnaval, yo tan sólo hago carnavaaaaal”. El tontito de las banderitas se quiere bautizar en esta fe. El señor mongolo (de Mongolia) quiere ir a misa de doce con estos curas. Germán, lo sabes, si todo es desierto, camino y camino y camino… con mis niños del barrio.
‘EL TRÍO’, MOJAMA
El cuarteto de los niños, sin el Iván Romero ni el Carlito, en casa, con la inscripción, releyendo las bases del concurso… sigue dudando si salir como trío en esa parodia, o buscar a un cuarto componente, un componente que esté loco y sepa bailar o un componente clásico, de los antiguos como el Masa y el Peña… “que más da lo antiguo o lo moderno, lo importante es que haya cuarteto”. “Vamo a echarle pasióooooon”. Los golpes son constantes, casi como las carcajadas, y si hay que improvisar, se improvisa. Tienen arte para eso y para más. En la tanda de cuplés, “el embutido que se come en mi casa, viene envasado al vacío…”, y ya se sabe lo que cuesta abrir el paquete, merendando con una bollera, “tú siempre te abres fácil y acabas con las tijeras”, iiiiínnn. La prima que está preñada se ha dibujado un huevo kinder en el bombo, en el otro, pues el crío vendrá con sorpresa. Tal como está el carnaval, mejón nos quedamos en casa. El casting, buscando cuartetero, llega ya en el tema libre, y todo se desmadra un poco más todavía. El Pedro, de subidón subidón. Primero entra Carlos Duti, hiperactivo, que se cree que va a la guerra, “granadaaaaaa… Málagaa, Jaéeeen”, jajajaja. Y el siguiente, viene en moto, el Masluma de Jabonería, que termina mostrando sus dotes bailando flamenco-reguetón. Momento marca de la casa. En resumen, un metacuarteto que pone frente a frente a lo de siempre y a lo nuevo, para concluir que porqué hay que elegir, “a mí me gusta lo bueno”. Y si el próximo día “los vecinos del primero nos dejan ensayar”, jeje, seguirá la selección. “Que en el Falla yo me siento como en mi casaaaaa”. Ni hace falta jurarlo, chavales. El tontito de las banderitas llora. El señor mongolo (de Mongolia), mama. Eso eso, mojama. Que rima.
‘NO TE QUEMES TODAVÍA’, BIZCOCHO DE CHOCOLATE
¿Y Manué? Ooooh… reemplazado por el Macario, el que la liaba en el gallinero noches atrás, tomando el solesito, buscando “que se le pegue el moreno”, jejeje. “Y me dicen pichita, creo que pichita no es la palabra”. Entra la pulisía, y e Macario sale escopetao, pero vuelve para echarse un bailesito… “Macario ponte Niveaaaa, no te quemes todavía”. Y que los ofendiditos sigan rebuscando, ay mumá. Un pasodoble para recordarte los políticos que sufres y dónde te tienen… “me siento andaluz de una forma impresionante… casi me sale perfecto lo de cagarme en los muertos mientras busco aparcamiento… muero con el carnaval, don Antonio fue el primero que vendió discos de los piratas… eres para toda Europa, un tercermundista lo mismo que yo”. Y el segundo, con dedicatoria, to pal Juan Manzorro… “en mi poblado natal yo escuchaba el carnaval… yo seré un niño, mientras en la radio se escuche tu voz”. Emoshión en el palco de Canalsú Radio. Mami qué será lo que no tiene el negro. Un primer cupletillo vendiendo camisetas falsas, “dinero negro”, y otro mejón: “escucha Andrea Janeiro, si sigues enfadada, tú no has visto en condiciones una corrida en tu cara, no has visto el pregón de tu pare… venga alégrate que te pones mu fea cuando te enfadas”. El producto más buscao, el que tengo aquí colgao. El popu, en modo road movie, sin carretera ni coche, desde África hasta su ¿vida? en EspÁña, con su valla, su patera, su no-recibimiento, vendiendo en la playa… “y de aquí ya no quiero moverme, me quedo en Cádiz ya no hay más que hablar, y seguiré pateándome la calle, bebiéndome tu carnaval, que ya pesa bastante la mochila, vengo vendiendo la risa, que lo aprendí de tu gente… que no es sobrevivir, que es saber vivir, que es la dignidad y la libertad, que te voy a contar a ti Cádi, lo que es buscarse la vida…”. Con puntillitas fresquitas en el repertorio. Qué manera de sacarle punta a una tragedia, sin victimas, salvo el que se quiere inmolar buscando su ira, sin entender lo que es reír por no llorar. ¡Macarioooo, Macariooo! El tontito de las banderitas y el señor mongolo (de Mongolia) ya están buscando su teléfono para contratarle en bodas, bautizos y comuniones, que arte más negro. Yo me conformo con buscar, desesperadamente, ese bocadillo de shushi. Dame pan, primo, dame pan.
‘LOS CHIMENEA’, CHULETÓN CHURRUSCAÍTO
Reabre función, con medio teatro todavía en el limbo, el coro del Pastrana, humeante en la azotea del Falla… “ya empieza a funcionar, ellos prenden la llama del teatro, lo nuestro es limpiar, limpiar… lo que nos queda en pie, nuestra propia revolución industrial, la fábrica de Cádiz ya comienza a funcionar, que Cádiz comienza a cantaaaaaar”. Sonando superior, al cuadrado. Un primer tango meciendo un trozo de maera… “sigue paseando por Cádiz, y aunque muchos la critiquen, pa defenderla aquí estoy yo… es la reina del mar, virgen del Rosario, no sé si será algo necesario, si te cuelgan una medalla, será que tú a Cádiz no le fallas, como tanta gente le falló”. Qué será será, canturrea el señor mongolo (de Mongolia). El tontito de las banderías sabe que no será será. Sugerencia al alcalde, en un segundo tango bien construido y crítico… “le propongo una idea, ponerle una chimenea a este templo de las coplas… y limpie todo el humo que está vendiendo, mientras Cádiz se sigue hundiendo, en su fábrica de carnaval”. El niño, muuy fan del Harry Potas, “tiene en verdad, una vara mágica impresionante”, opina la novieta en un cupletillo. Y otro niño, el del Ortega Cano, rondando el siguiente, que lo único que aprueba es dibujo técnico, “todo un experto poniendo rayas”. Chimenea como las de Cádiz, no verá usted en el mundo ninguna. “Cádiz ya canta su verdad”. Popurrit deshollinador, en el Falla y fuera del Falla. “si en Cádiz lucharan con fuerza igual que hacen por carnaval… por Cádiz limpia tus cenizas, mentiras, política, cobardes, enemigos, quien no crea en Cádiz, ese es tu trabajo… comienza a limpiar… dale vapor, más vapor, dale vapooooor”. Po no se me ha venío a la mente una olla express.
‘LA CUMBRE’, FRIGODEDO, FRIGOPIE
Si en el foso estamos tirititrando bajo cero, no vea allí arriba, chiquilla, en la cumbre, en “la montaña de la vida, rumbo al norte y a escalar… y a por la felicidad, donde la tierra toca el cielo”. Comparsa con escarcha. Un pasodoble que empieza por acá y termina por acullá… “el patriotismo es una bestia, que es tan salvaje como mansa, a la mínima de cambio se levanta… dedícate a otras tareas, porque como sevillano y carnavalero he sentido vergüenza”, le dicen a los politiquillos que anunciaron un concursito sólo para miarmas. Y la relación entre un padre y su niño autista, a capella, en el complementario… “maldito sea este silencio, este vacío… y asumiendo que sería mi rutina, un sólo gesto cambió la historia, cruzamos nuestras miradas, y viendo su dulce sonrisa por primera vez han sobrao las palabras”. En la tanda de cupleses, el hermano chico, un ingeniero de las cachimbas… “vamo a callarnos que creo que viene una cofradía”; y canibalismo, y ya te imaginas que se comieron de postre… Pa que quede clavado en la cumbre, cuanto te quiero cuanto te quiero. Mochila, dos mudas, y a perseguir la felicidad, aaah ahhh aahh ahhh, en un popurrí de altura, literal… “sendero y fe, en la montaña manda el corazón… y me demostré, que los sueños se cumplen… la felicidad tiene que ser línea y camino, nunca un lugar…”. Que tendrán los cumbres que te llevan al éxtasis, se pregunta el tontito de las banderitas. Un doce por ciento de alcohol, concreta el señor mongolo (de Mongolia), con al mirada clavada el cartón, de Gredos.
‘LOS QUE SE METEN EN TODAS LAS CONVERSACIONES’, PESCAÍTO EN BLANCO
“Te volviste un poco flojo, y por no escribir me utilizas tú… yo me meto en to las conversaciones, porque a ti te sale de los cohones…”. Carta de presentación de los emoticones del guasap, del Lacio. Guiño guiño, de foame. Una princesita que sufre malostratos en el primer pasodoble, sin dejar de recurrir en el desarrollo a los emojis… “esa simple princesita, ya duerme pa siempre”. Alegría alegría. “Con to el respeto, no quiero hacer una guerra, no me creía que fueras a hacer un concurso solamente para gente de tu tierra… aquí aguantamos que se barra pa casita, que nos tachen de maricas, pero Sevilla estando y siendo tan bonita, para hacer un concurso que mal te lo has montao… que los carnavales son la libertad para todo el mundo… ya se perdieron las guerrillas, que tenemos en el jurao a uno de Sevilla”, subraya el pasodoble número dos. Afú, ese chavá ya está marcao… Cierto mascamiento en el ambiente. Cupletillos sazonados con aceites lubricantes, ambos dos… “fui por el aceite, y le hice papas con huevo frito”. Caaagooón. Ha sonado el guasap. Popurrí en línea, y escribiendo, en línea, y escribiendo, en línea, y escribiendo, “porque no le gusta lo que está poniendo”. El señor mongolo (de Mongolia) y el tontito de las banderitas no se meten. Son educados.
‘EL PERRO ANDALÚ’, SALMOREJO
¡Don Antonio! Y mordiendo los flecos de esta eterna sesión, el perro blanquiverde más rococó del momento, el Martínez Ares pringado en símbolos y más símbolos, para despertar a la Andalusía subyugada… “cuidado que vengo que muerdo, que traigo la furia más loca, la sangre en la boca, la rabia el cuerpo… sigo siendo el mismo perro, el perro de Andalucía, vengo vengo que muerdo… por fin coronao, maldito holgazán, abre tu barraca, comienza a reinar, enciende los farolillos de tu ocho princesitas, y no me cuentes penas, llantos, amarguras… alegría en sus caritas… canta grita salta, ríe baila al viento, cómo de fiel es mi perro… el perro hoy se rebela, el perro muerde la mano, el perro rompe las cadenas, el perro no tiene amo… vengo que muerdooooo”. Cuidadín. El tontito de las banderitas no se acerca mucho, que nunca le han echao la antirrábica. Todos los filólogos sabemos que el español que se habla en el sur es el más evolucionado, pero te lo tiene que contar el Ares para que te lo creas… “los pobrecitos castellanos, no pueden seguir nuestro acento, necesitan ir más lento, ¿los perros? que los subtitulen, hay quien pide abiertamente. … por fin nuestro verbo es un grito… si la palabra fuera la clave, la mía seria la lengua madre… es un dialecto adaptao al día a día, se llama sabiduría en continua evolución, mil y un vocablos reducío a lo concreto, que no hablamos malamente, hablamos mucho más tiempo…, que tu idioma sigue vivo por paletos como yo… cómo es posible que no me entiendas, si tu memoria está escrita en el sur, pregúntate que ya es hora, si el inculto no eres tú, si el inculto no eres tú”. El señor mongolo (de Mongolia) es muy fan de la economía del lenguaje y de don Pedro Payán. Confesión divina en el otro pasodoble, con alzacuellos… “no puedo fingir por más tiempo, he conocido a una persona, llevamos casi un añito, no sonrías que no es broma, al lado de esa señora, resucito… antes que te lo cuente, su nombre es María, la última cena, te pido eso… para los restos esta será mi penitencia, mi pecao, mi tormento, el apestao para mi iglesia, que no ve que me enamore pero tapa a violadores, en el nombre del señor. … vendré el domingo, vendré con ella, vendré a tu casa por tu bendición, no te olvidaré en la vía, ayyy palabrita de dios”. Ya lo cantaba OBDC horas atrás, si debajo del disfraz, sólo hay un hombre. Los aplausos falleros denotan el procesamiento de la letra. Cupletillos salvavidas. En el primero, Goku sin ideas para la tanda, “llamemos a Puigedont que le está dando ideas a todo el mundo”; y en el segundo, un cuñao en un programa de Telecinco que te gira la vida, “tú necesita una rotonda…”. Cuando pongas una bandera, primita mía, en tu balcón… pon la de la taza de plata, pon la de Cádiz, pon su pendón, y al que no le guste que ladre, porque esa es la madre que a ti te parío. El popurrí ya te lo has escuchao catorce veces, así que cántalo conmigo… “así es como nos ve, esa otra mitad de España peleá con la otra España, que ni come ni deja comer…”; “no te vayas, deja quieta las maletas, sé que el tiempo se te agrieta, tu sitio está aquí a este lao… es sencillo decirlo en una canción, qué difícil cantárselo a esta generación, primo quédate, prima quédate … como odio ese maldito tren…”; y ya sin corona, sin yugo ni rosas ni caretas ni manto, “un hombre queda, tan sólo un hombre, un andalú que cada día a lo que venga lo desafía, limpio de cruces… esta montaña no es Sierra Morena, es la piedra más grande del camino, si no la apartas eso es lo que dejas a tus hijos y a sus hijos… vengo que muerdo, vengo que muerdo, hermano, ladra, luego cabalgamoooos”. Guau guau. ¡¡Don Antonio!!
Las 02.36 hora. Baja el telón. Baja al chucho, y que no se te olvide la botellita con agua y mistol. Tontito de las banderitas, señor mongolo (de Mongolia), poneros la rebequita y vámonos a San Antonio, que ya están montando el tablao, y está torcío. Como dislocada viene la frase célebre trocotrón: “¿es el hombre sólo un fallo de dios, o dios sólo un fallo del hombre?, dicen que dijo Friedrich Nietzsche, el filosofo alemán. ¡Fallo nooo, Falla! DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway
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