DÍA 16 (16ª CLASIFICATORIA).
No tengo ni idea de quién es la Andreíta ni si se comió el pollo, pero eso de que recurra a un juez para que ordene paralizar el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2018) porque no le hizo gracia un cuplé… da para catorce cuplés más, chiquilla, que vas provocando. Llegará el día en el que no se pueda bromear ni con Falete, porfavó. Entre insensateces, que vaya calentando la decimosexta función de las clasificatorias.
Una noche con un reloj de categoría en el cartel que acabó dando el campanazo. Tino Tovar se presentaba con el comparsón ‘Tic-tac, tic-tac’, y el tiempo es lo que tiene, pasa pasa y pasa y cuando menos te lo esperas, en la última cuarteta se va; sí, que nos dice adiós, aunque toda la afición confía en que se quede en un hasta luego. Además, la chirigota sevillana ‘Campeones por cojones’ hizo pasar un buen rato, bajo amenaza; y las comparsas ‘Dios salve a la reina’ y ‘Juan sin miedo’, no disgustaron.
Acabo de leer que hoy es día de los periodistas, lo que no me queda claro es si para celebrarlo hay que estar titulado o vale con tener la etiqueta de anís del mono. Estudiar nosecuántos años de carrera y a manejar con destreza el tipómetro para acabar redactando una información sobre una tal Andreíta… Nuestros colaboradores, el tontito de las banderitas y el señor mongolo (de Monogolia) asienten, en la silla. Pumm. Maripili, dale a la palanca y que resople este cronicón de la jornada fallera, en diferido y con retraso. Las cosas del tiempo. Pero antes, aquí debiera aparecer la publi del Yuntamiento de Cádi. El encargao está viendo el Madrí en la Copa con el Leganés. Le-ganó. Pummm. .
‘LA ESQUINITA’, CON PLUMEROS
Las 20.33 horas. Arriba caja y bombo. “No has visto carnavales si no has parado en una esquinitaaaaaa…”, dictamina el coro de La Isla ‘La esquinita’, valga la redundancia. Un cuarto de siglo de córner en córner. En esta ocasión, la letra es de Victoriano Cano y la música de Luis Alfonso Betanzos. Tipo estándar de coro, mezclando como tres agrupaciones distintas, pero las tres suenan ajín, alrededor de la escalinata de Correos. Metatango piropillo cañaílla y gaditano, “al que no le falta sal”, el de entrada… “que no ha nacío el que a mí me aparte de sus heridas”. En el otro hay una defensa de la indolencia andaluza o todo lo contrario, refregada indirectamente a Catalunya… “tengo un bandera hecha de olivo y la cal más pura, tengo a Lorca en la cuneta, a Blas pidiendo paz y libertad… mi tierra secuestrá y aquí no pasa ná… y tengo vergüenza porque Andalucía es valiente y no echa las culpas de sus penitas a nadie de afuera”. El chiquillo Miguelito… “el primer monaguillo que le ha metío mano a los curas”, y ración cuñadil jarta de catalanes, en los cupleses. Perderse en Cái manda cohones. Un repaso por las diversas modalidades, pero ya fuera del Falla, en la calle, en ese pupurrí-percusión, sin orden y desorden. En San Fernando son típicas las tortillitas de camarones y los ensayos a distancia, como en la Uned, reflexiona el señor mongolo (de Mongolia). El tontito de las banderitas se compró una casa redonda pa no barrer las esquinas. No es antiguo el chiste, chiquillo.
‘DIOS SALVE A LA REINA’, CABALLATI CON TOMATI
Esas mojarritas coronadas. Coronadas por el Juan Fernández… “dios te salve a ti reina del mar, del mar de la Caleeeeetaaaaa… y son las mojarritas las que viven como reinas en el mar de los poetas, escuadrones de caballas entre tus fenicias rocas…”. Es la comparsa submarina ‘Dios salve a la reina’, glú glú glú. Piropillo pescanova para abrir la lata… “el gaditano tiene sangre azul, porque tiene en la cuna un palacio lleno de sueños, un trono en la luna y un garabato por cetro… ayy gaditano que tienes un reino en tus manos, como las caballas”, el más azul de todos los pescaos, precisa el tontito de las banderitas. Y superlativo agradecimiento a la mujer por su valentía, sufrimiento y el regalo en forma de vida tras el parto. Son como preciosos los pasodobles, ¿no?, me inquiere el señor mongolo (de Mongolia). En la tanda de cupleses, de comparsa, uno ombliguita, y un escoñamiento algo canutero nadando en la Caleta. Yo me muero me muero me muero por estar cerquita de ti mi Tacita. Las mojarritas caleteras nacen, crecen, se reproducen y mueren, en el metafórico popu… “mojarrita sal de la cueva, la aventura te espera con cada sueño… es mi novia y es mi hermana, es mi mare y es mi abuela, sueña desde el fondo del mar… dios salve a la reina, dios te salve Cádiz”. Ni una mención a la piriñaca. Eso tiene que restar.
‘LA GENERACIÓN DEL FLEQUILLO PALANTE NO LEVANTAMOS CABEZA’, NO
Mirando al móvi y con el deíto evolucionao. El concepto de la chirigota tiesa de la localidad onubense de Aracena, encadenada al iphone, ‘La generación del flequillo palante no levantamos cabeza’. Voluntariosa presentación. Los aplausos se los mandáis por wasap, con copia a Zacarías Rodríguez Ortiz, autor de letra y música. De maestro han tenido a don Adolfo, dicen en el primer pasodoble homenaje a Manolo Cornejo… “ya eres un gaditano universal”. ¿Aprobaron?, se pregunta el señor mongolo (de Mongolia). El tontito de las banderitas no entiende el detalle de las gafas remendás. ¿El resto sí? Más cartas de puño y letra y menos fríos emoticonos, reclama el otro pasodoble, con shentimiento. Esto es pa twittearlo. La Jeni y el Jordi, protagonistas de los cuplés. El niño lo que tiene es guasa guasa guasa. Y malange. Un cargador, no precisamente de móvil, afúuu, despista en la apertura del pupurrí, con su momento “haciendo de cuerpo, despacito despacito”. Miua. La abuela, ella sí que sabe. El Falla se aguanta la guasa, nunca mejor dicho. Y la fiscalía dónde se mete cuando se le necesita.
‘JUAN SIN MIEDO’, EN FEBRERILLO
Cantar carnavales, remedio de Cádi para combatir temores y sobresaltos. Entra la refrescada comparsa de los Majaras de El Puerto ‘Juan sin miedo’, con su capa y todo. Inspirada en el cuento clásico, que nunca le han contado al tontito de las banderitas pa dormir. El señor mongolo (de Mongolia) también se alarma si le arrojan una pecera a la cara. Sergio Guillén Bancalero es el autor de música y letra. “Recuerdo que nos decía cuando el pregón terminaba, que no se pierda la herencia que han dejado estos majaras…”, y llega ese homenaje-promesa a Pedro, Antonio Rico Segura, que copa el primer pasodoble con shentimiento, “con pasión y respeto”. Y el ser humano en estado puro en la otra letrilla semanasantera, que llueve, que no llueve, y llovió, pero nadie echó ni echaba cuentas de ese mendigo bajo cartones a las puertas de esa iglesia… “y mientras lloran de pena por la imagen que veneran, don José cualquier mañana, no se despierta no se despierta”. Un primo ha entrado en un cursillo de acupuntura, en uno de los cupleses, de aguja gorda. Ay chiquilla no me des más sustos cuando pases a la vera mía, que verás en un susto de esos te abrazo y te beso, y no te suelto en la vía. Trompetero parte el popu, digno, entre desasosiegos… “espanta tus miedos con valor, igual que un día lo hice yo, no permitas que el miedo se apodere de tus sueños, debes saltar para volar, que la vida se vive una vez, y tus miedos tienes que vencer…”; sin embargo, al llegar febrero, los miedos son justificados… “que mi alma disfraza sus miedos, cantando Cái a tu vera, cantando coplas de carnaval”. Juan, ¿a ti te gusta el puchero?
‘CAMPEONES POR COJONES’, BOOOOMBA
Cuenta atrás, inquietante. El Miguel Ángel Fuertes y el Manzorro, rehenes… “tu chirigota es mu buena, pero no termina de explotar… ahora os vais a enterar… de quién va a ser el primer premio… mío mio míooooo”. Con un chaleco de explosivos amenazante ya canta la chirigota sevillana ‘Campeones por cojones’. Tiene su gracia el tipo de quemeinmolo quemeinmolo. Arriesgaíto, tal y como anda el mundo de tiquismiquis. Carlos Acal y Emilio Juan Martín ponen la letra, y Luis Alfonso Martínez y Alfonso Miguel González, la música. Sacan al Manué, el difunto, antes de los pasodobles, para exhibirlo ná más, por lo que se ve. Y se ganan a medio Falla. Pasodobles potentes, con su chanza y sorna, y remate con moralina. De primero, un currito esclavizao por su jefe… “cómo te voy a dar la baja si no te he dao ni el alta… por estas cosas es cuando exploto… en España tós vivimos explotaos”. Po asín é. Y a la piel fina, el segundo… “si veo a un moro no puedo decir que es un moro, perdona Belén Esteban, pero la niña es mu fea… esto es carnaval, tan sólo es humor, si no lo entiendes, es cuando exploto… intenta de lo malo hacer un poco de comedia, para sobrellevar un poco mejor esta tragedia”. Po ahí lleva razón. En los cuplés, la polémica camiseta de la selección, y el Albert Rivera “ná más que ve raya ve rayas”, y a las aplicaciones del móvi para todo. Ustedes no preocuparse si yo me tiro de aquí, porque en Cádi hay que morir. Ole. Bombista, ejem, desde enano, relata un popurrit dinamitero, y dicharachero… “ayy Cádi que me muero si con mis letras no puedo sacarte dos coloretes… en noches de falla soy pueblo que estalla…”. Nos hemos salvado por seis minutos, observa el señor mongolo (de Mongolia). La próxima vez, además del cinturón de explosivos, que se traigan un cinturón para el pantalón del chanda, agrega el tontito de las banderitas. Comentario más gayumbero que enigmático. Se agradecen estas bombitas de frescura, y las de ensaladilla, aro.
‘TIC-TAC, TIC-TAC’, NO TE VAYAS TODAVÍA
Y el follón fallero preludia a la cabeza de serie de la sesión, la comparsita relojera del Tino, don Tino, Constantino Tovar… “tu ambición siempre fue controlarme, un reloj inventaste para ello, arrogante que nada entendiste, cómo vas a encerrarme si eres tú el prisionero… ando trepando por dentro, de tu alma, de tu piel de tus huesos, trazo mis surcos de fuego en tu cara y me subo a tu pelo… yo danzo al son de tus horas, yo valgo más que la fama, que el dinero, soy quien todo lo sana, no juegues conmigo que yo nunca pierdo… soy el que nadie gobierna, el que enciende tu llama y apaga, tu instante tu momento, tu eterno compañero, yo soy el tiempo, mi tiempo, tu tiempooooo”. Guuuaaaaaaa ese holaquéhay de la comparsa ‘Tic-tac, tic-tac’, y ese tiempo que sobrevive a todo y todos. Como es costumbre de la casa, el Tino clava su lanza en el primer pasodoble y le habla a la afición, y le confiesa sus dudas… “ni un paso atrás, compañero, que no merece la pena y es tan bonito arriesgar, que hay tantos y tantos y tantos que no podemos fallar… me licencié en imposibles para que en mí tú te fijaras… donde otros ven una locura, yo veo un sueño, una comparsa… pasan los años y ya vez que no escarmiento… y viajando me reinvento, sé que me quieres porque sabes que te quiero… si estar contigo es mi dulce condena, que Cádiz me espera y hace que merezca la pena”. Desnudando el alma junto a una melodía no apta para diabéticos. Y doméstico viene la segunda letrilla, con cierta intriga… “toíta la noche despierto otro año más… tú hoy vas a cantar carnaval con tu pare, y el corazón por la boca a mi niño le sale, que es domingo de carnavales”. Con shentimiento paterno. La poesía sencilla también puede arrebatarte, y complicarte. ¿Muy Canción de Cádi?, o soy yo. Tic tac. Un cuplé al tipo paranoia, “le ha salío del… alma”, una metáfora de calendas, “imagínate explicando yo eso a la parienta…”, con truco, que viene con cuco; y otro a la que cayó en noviembre, “siempre tiene que llover cuando uno tiende…”. Calando hondo. Hazme caso compañerita del alma, que aquí hay algo entre tú y yo. Y siéntate y enchufa los sentidos, que el popurrí se pasa y no vuelve… “soy tu principio y tu fin, tu certeza y tus dudas, cuántas veces has soñado con frenarme, parar tu vida un instante, como si fuese tu vida una acuarela, soy tu hoy soy presente, tu futuro, tu pasado, yo que todo te lo he dado, yo también te lo he quitado”; “no pidas tiempo al tiempo compañera, piensa en qué gastarte el tiempo que te queda, funde tus días en esa vida, como si fuese un cuento de hadas…”; “vas cosiendo los días hora a hora, con el hilo gris de la costumbre… y necesito un tiempo detenido, para vivir sin prisas, y necesito que el tiempo se calle, se canse, que pare un momento, un tiempo sin tiempo… pero ni para el tiempo hay tiempo”, bastinaso, primo; y a matarnos y rematarnos “media vida teniendo esta canción con el vello de punta en el alma, haciendo carnaval y otra media pensando en hacerlo, tal vez sea la hora de descansar a la orilla del sendero que llevo, de escoger, de beber el vino de la melancolía, tal vez sea que todo es tan distinto, que ya no soy el mismo, tal vez sea que ni el tiempo me dijo si fui vencedor o vencido… es tiempo de estar orgulloso de esta aventura contigo que mereció la pena… necesito pensar, necesito saber si esto lo necesito… el tiempo me dijo que es hora de bajarme del tren, y tal vez sea el tiempo algún día me diga que hacer, el tiempo sólo el tiempo tal vez me empuje a volver…”. Snif. Cómo una cuarteta puede ser tan maravillosa y al tiempo dejarte KO. Qué mal cuerpo, chiquillo, qué delicia cortapunto. ¡Tino no te vayas!, corea el teatro. Las despedidas te abofetean recordándote que nada es para siempre. El tontito de las banderitas y el señor mongolo (de Mongolia) están buscando desesperadamente un clínex. No te chives: me lo guardo para mí.
‘LO MÍO ES MÍO Y LO TUYO ES TUYO, PERO LO MÍO ES MEJÓN (LOS ENVIDIOSOS)’, PA TI
Recoge los lagrimones y vamos al martillazo final. Turno de la chirigota de Cádi Cádi ‘Lo mío es mío y lo tuyo es tuyo, pero lo mío es mejón (Los envidiosos)’, combinando el naranja y el verde. Miguel Ángel Goma Romero y Darío García Alcántara comparten la autoría. Cajasó no patrocina este momento… “hasta los peos me los tiro pa mí”. No coment. “Que hay que ganarse las cosas, con trabajo y sin enchufe”, termina el primer pasodoble, llamando al suegro para que echen a un nuevo que ha llegao al curro. Ironías de la vida. Los homenajes a los carnavaleros siempre llegan tarde, comenta el otro pasodoble. Un cuplé con comisión, y en el otro una novia cibersexual… “luego me huele el nabo igual que el teclao”, iiiiiiinnnn. Sin anestesia. La pelusa corroe un popurrí pa ti, sí sí, pa ti tó… “Oliver, Benji, me la coméis los dos”. Envidia sana, aro. El tontito de las banderitas y el señor mongolo (de Mongolia) mueven la cabesita, al unísno, como el perrito-muelle aquel con los baches de la carretera.
Las 00.32 horas. Baja el telón. Baja del tren, le ha dicho el tiempo al Tino. A mí el tiempo ná más que me pone solecitos y nubesitas. Tontito de las banderitas, señor mongolo (de Mongolia), esta noche, ya madrugada, se merece un brindis: por los Casio F-91W, ese que marcó nuestra niñez. Antes de que la nostalgia se trague este cronicón, saco la frase célebre del cajón: “todos somos aficionados. La vida es tan corta que no da tiempo para más”, dicen que dijo Charles Chaplin, el actor y escritor británico. Se me hace tarde… DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway
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