DÍA 20 (1ª CUARTOS DE FINAL).
Porme un cuarto de final y media de chocos. Bien despachaíto. El Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2018) da un paso más y se adentra en su segunda fase, hacia lo que los derrotistas de las clasificatorias llaman el verdadero concurso. Este lunes, con el contador a cero, el Canalsú incorporado en diresto y el coviran rascándose el bolsillo, se celebró la primera función de las seis de cuartos.
Una noche que se antojaba sin grandes sobresaltos, pero lo tuvo, más allá de una pedida de mano entre dos chicos con medio patiobutaca pendiente, y la gala de futuros triunfitos haciendo la competencia televisiva en prime time: la chirigota sevillana ‘Una corrida en tu cara’, bajo esperpéntica amenaza de verse en los juzgados por llamar fea a una famosilla del aquíhaytomate, aprovechó la circunstancia y replicó con un cupletón tamaño pollo, de corral, además de venirse arriba durante el repertorio, con el Falla a favor. El cuarteto de Morera no defraudó, del todo, confiando en el jugo que le da “don Antonio”, y el coro de los estudiantes conectó su rockola para mover, una sesión más, al teatro.
Ni el señor mongolo (de Mongolia) ni el tontito de las banderitas se han ido a El Salvador con el presi del Cádi a convencer a Mágico González para que vuelva un rato por la Tacita, a celebrar las sesenta primaveras. Nuestros colaboradores en estas vomitonas de palabras con la excusa del concurso, han pasado también a cuartos de final. Era o ellos, o se chivaban a mi madre… Y ya se sabe lo que duele un babushaso con cariño. Maripili, dale a la palanca y que este cronicón brindado al compañero Juan Manzorro, sin añadidos, todo natural, saque la cabeza por la ventana y se despeine. Pero antes, aquí debiera aparecer la publi del Yuntamiento de Cádiz. ¿Debiera o debiese?
‘ROCKOLA’, PEPSICOLA
Las 20.40 horas. Arriba ese rockandroll, y esos pelucones de foame. Enciende la gramola, niño, que ya canta y baila el joven coro de los estudiantes, repitiendo la fórmula, de la cocacola, que el pasado concurso le llevó a saborear la final; ambientado en aquella Norteamérica de la prosperidad tras la segunda Guerra Mundial. Un tango-relato-denuncia de lo que pasan muchas mujeres por el simple hecho de serlos, en su vida laboral… “si vienes así para trabajar, ni me quiero imaginar los fines de semana… que viendo cómo está el trabajo, sé lista y no sigas quemando la paciencia de tu jefe”. Babeante esa letra, babas de asco. Con la Iglesia se topa la segunda letrilla, o más en concreto con el Obispado de Cádi que ya dejaba en bragas el repertorio de la comparsita obedeciente del Germán Rendón. “tú que haces negocio con la vida de la gente, te permites el lujo de soltarnos el sermón, quién pone la otra mejilla cuando le han pegao en las dos… y tú te llamas pastor, pastor de pisos vacíos… dejad de mirad para otro lao, y el que esté libre de pecao que tire la primera piedra”. Échale más cocacola. Un cuplé con la familia Janeiro invitada a salir en el coro; y otro a los cambios de itinerarios en semana santa, con chiste visual, no apto para los que estén pegados al transistor. Échale más cocacola. Y más pompones. Se lo pasan bien, o mejón, en un popu-chute de adrenalina. Disco tras disco, para los niños de papá, los deportistas, los pandilleros… “yo no soy uno mas” y los curritos, y “déjame que ponga una última canción… mucho por vivir”. ¿El oso también canta?, quiere saber el tontito de las banderitas. El señor mongolo (de Mongolia) ha movido los deítos de los pies, pero no tanto la sesera.
‘DÓNDE METO EL ELEFANTE EN EL PISO DE ESTUDIANTES’, CACAHUETES
Intercambio estudiantil chirigotero… “estoy mejor que en brazos viviendo aquí en Cádiz…”. Doce africanos en un piso de la calle Pasquín, y el elefante, ¡qué bote el elefante, qué bote el elefante! El Falla es soberano. Bota, dentro de la caja del amazon-a. Debe ser complejo cantar con un recuerdo de Arcos de labio inferior. Quejoso el primer pasodoble, con los nuevos eruditos de carnavá, aro aro, que al parecer están todos en el twitti… “ya no es una fiesta popular, es una fiesta universal… al final va a resultar que yo jarto de ensayar, no pinto ná, no pinto ná”. Cuarto y mitad de razón. Proanimalista entra el segundo reglamentario, que se tuerce buscando uno de los temas manidos de este concurso… “esa manada en San Fermín, no merece para mí llamarse así”. Humor negro en un cupletillo, contentos por la presencia de tantos grupos tiznaos, también el del Vera y el del Bizcocho; y la Mirian Peralta, de cameo con el equinodermo, en el otro. Han ligao. Que nosotros somos más, de la selva del Amazonas. Pero… ¿no eran africanos?, se cuestiona el tontito de las banderitas, que colorea muchos mapamundis. “Carliiii, sal de la jaula por mí”. Integrados en la idiosincrasia gadita en un popurrí simpaticón con pánico a la “cola de la circuncisión”, que rima en asonante, y remate potito… “aquí la inmigración es fácil, la gente sabe lo que es ser pobre… nadie te va a acoger de esta manera”. El señor mongolo (de Mongolia) también tiene trompa. Lo dejamos ahí.
‘LAS IRREPETIBLES’, AJO Y AGUA
La comparsa de Alcalá de Guadaira, nunca mejor dicho, en formato libro, con ansias de escribir uno nuevo junto a ti… “soy tu amigo, compañero, tu camino, tu sendero, aquello que quieras que sea… llévame contigo que lo que tenemos entre los dos es solo el principio…”. Papel y boli, y al lío. “En esta vida, el tiempo no lo puede curar todo… deja los refranes y los discursos, si la vida se pasa en dos días…”, demuestra que se pueden cambiar las reglas, instan esta mujeres a la mujer en el primer pasodoble. Aplicable al otro cincuenta por ciento, el del otro sexo, sospecha el tontito de las banderitas. Y en el segundo se desahogan bien contra los preclaros que convocaron un concursito de carnaval en Sevilla exclusivo para miarmas… “un puñal llevo también a la espalda… el carnaval es del mundo y fiesta de los gaditanos, que aquí el DNI nunca me pidieron, y como una reina siempre me recibieron… no más peajes, por qué ponerle barreras, no quiero en Sevilla ningún concurso con alambres en la puerta… los carnavales somos nosotros, no tu caseta”. “El tema de Catalunya me agobia ya de tal manera…”, apunta el segundo cupletillo, con independencia onanista de clímax. Nadie como tú sabe leerme, sabe leerme, el pensamiento. Pasito a pasito se van adelantando durante ese popu menos libresco de lo esperable, que insiste en que la “vida está hecha para disfrutar de momentos… irrepetibleeeees”. Cosqui a la redes asociales que enferman al mundo e incrédulas con los dioses que aparecen en novelas escritas por hombres. El señor mongolo (de Mongolia) tiene repe el cromo del Tato Abadía. Eso sí era un bigote irrepetible.
‘EL EQUIPO A MINÚSCULA (COMANDO CALETI)’, TORTILLITA DE CAMARONES
Po nada, guau. El Falla se anticipa al golpe perruno del cuarteto del Morera, y el Trinchera flipando con la comparsa de don Antonio, aunque sigue sin saber de qué raza es… y en el burguerking de San Juan de Dios, “en vez de coronas, el gorro del perro andalú… Goku encontró las siete bolas de dragón, no va a encontrar Antonio el gorro”. Ahí anda la parodia, sin introducción que valga ni hilo argumental en el que agarrarse, de este equipo a minúscula. Mientras esperan una nueva misión, el jefe, el M.A. y el gadita, junto al Trinchera, siempre con el Ares en la boca, van soltando paridas con Cádi como referencia, sobre los carnés para alimentar los gatos, el cambio de calles, el carril bici y las tradiciones, “la tradición de tirar la basura fuera del horario… en Cádi es más fácil atracar un banco que bajar la basura”. “Nos van a quitá to las tradiciones, lo próximo qué va a ser, cruzar por los pasos de peatones”. Fresquito aunque inconexo. En los cuplés, en telecinco todo el mundo está operado; y mejor el segundo, la alarma de los contenedores se la han puesto a la Montse… “ahora me sigue engañando, pero sólo de nueve a once”, jeje. Y ya no llevo más ná, porque no cabe en la furgoneta. En el tema libre sí hay misión, controlar la cola para la venta de semifinales, y no han colgado ni el teléfono y ya está la fila formada… “si tú ve una cola y no te pones, tú no ere de Cádi”. Y el primero, uno de Puerto Real, “un guiri”, que acaba disparando al Trinchera… “qué suerte, te va a morí en Cádi, en la puerta de la Caleta… dejarme morir, que viene don Antonio en la barca a por mí… llévame a la eternidad, te cuidao que está la marea bajando”, jeje. El señor mongolo (de Mongolia) se ha reído. El tontito de las banderitas incluso ha soltado alguna carcajada. Pero… Morera, pichita, eso del planteamiento, nudo, desenlace, ¿no e de Cádi?
‘LOS QUE VIENEN DE VUELTA’, POLEÁ
Las botas no son de Valverde del Camino, “son de Valverde, el del Barsa”. Que pase la chirigota postrociera. El diseñador gráfico del forillo sigue siendo un monstruo. En el primer pasodoble, se ponen en la piel de los almonteños que deben sufrir a los patosos, como en Cádi en carnavales…”vengo representando a todos los que andan pisando nuestra cultura y tradiciones”. El segundo se lo dedican al Carapapa padre, que es integrante de esta veterana agrupación… “gracias Carapapa por haber sido chirigotero”. Con emoshión planificada. “Yo sí que tengo paciencia con lo de la independencia, que tengo al niño todavía en casa”, afirma un cuplé; en el otro, una muñeca hinchable que pega unos chupetones, que “hasta los lavabos te los desatasca”. Y cojo, y cojo, y cojo vengo de vuelta. El señor mongolo (de Mongolia) me mira. El tontito de las banderitas me mira, también. Yo miro al jurao. El popu sigue siendo de preliminares, lo mires como lo mires. Y ese bocadillo de shalshishón me lleva mirando y provocando un cuarto de hora. Dame pan, primo, dame pan.
‘PUEBLO LLANO’, TOCINO DE CIELO
La revolución tocinera indigesta al Falla más indolente. “Y no digo yo que la violencia sea la solución, pero tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió, el miedo cambió de bando, y la historia cambiaría… yo soy la voz de aquellos que quieren un mundo más humano, la voz del pueblo, del pueblo llano”. Sin cordilleras en el frente. De Antoñito Martín, son fans. Lo jura el primer pasodoble… “si hoy junto tres letras, es gracias a la llama que en mi prendiera el coplero de la Cruz Verde… uno acaba y otro empieza, porque esto es ley de vidaaaaa”. Se autoproclaman herederos del niño de san Vicente. Pero el niño de san Vicente no sale a saludar. El segundo, rabioso, va con destinatario… “vivir con setecientos euros estirando el sueldo haciendo malabares… y dice la Villalobos, que tantos jubilaos viviendo del cuento, es un robo… cómo te atreves con comentarios tan chabacanos, si no has trabajao en tu vida, y lo que duelen las manos”. ¿Echamos un candicrash?, apunta oportunamente el tontito de las banderitas. Cachondeíti con la procedencia de la comparsita y lo bien criao que están estos revolucionarios, en un cuplé… “y cuando tú me viste te habías creído que había vuelto la parra bomba”; y bellotero el otro. Ábreme Cádi tu corazón, que contigo yo no puedo, ni pudo Napoleón. La insurrección recorre un nutritivo popurrí, una arenga con el basta ya… y te echa la bronca: si estamos asín, “es culpa del pueblo llano, por soportar el yugo de la historia siglo tras siglo… vamos a la calle compañero, que por fin llegó febrero…”. Qué penita que los levantamientos se queden en las coplas y en un teatro, acaba con resignado realismo este agradecido alzamiento, autofrustrado. El señor mongolo (de Mongolia) sigue espatarrado en el sofá.
‘UNA CORRIDA EN TU CARA’, CON GALLETAS
“Ya están los toreros otra vez en faena, así que Andreíta, cambia de cadena… pero si esto no es maltrato, el toro es feliz entrándome al trapo…, le pongo carnavales y le paso los coros…”. Dice holaquéhay la chirigota, con letrado adherido, protaurina y proniñadelaBelénestaban. Era ironía. O no. Y el gallinero corea “Andrea cómete el pollo”, jeje. Con expectación. Regodeándose de los nombres que le ponen cada año al grupo y luego cómo le llaman la gente, con un “te imaginas que nos denuncian…”, por ahí en medio. Y para los ofendiditos queda sobre la mesa el otro pasodoble, que “no entendéis que esto es ironía… en verdad no somos toreros, es tan sólo un tipo, sarcasmo, carnaval… seguro que me critican porque el pasodoble es oportunista… lo digo con ironía”. Andreíta, al final me como yo el pollo. Y continúan aprovechándose de las circunstancias para poner pitoso al teatro… “la niña de Jesulín es un montón de guapa, hoy quiero corregirme, porque no quiero pagarle a tu mare to las operaciones… fijarse si aquí hay canguelo que el cuplé lo ha escrito mi abogao…”. No, no se oye el estribillo con el Falla tirándose pa abajo, tras ese primer cuplé. “Vestío de negro eres un brownie más que un bizcocho”, le lanzan al amigo de la chirigota de San José de la Rinconada. Otro a la cola para denunciarles, aro aro. Ya no le tengo miedo al toro, ahora me da miedo Montoro. El popurrit torea con hechuras el resto de repertorio, mas sin cornear como ese cuplé ahílollevaAndreíta, posiblemente el cuplé del concurso. El abogao sí es un uno, apostilla eufórico el tontito de las banderitas. El señor mongolo (de Mongolia) está preocupao, es la primera vez que no le da nauseas una corrida. Se la ha tragao enterita. Afúuu. La faena, irreconocible en comparación con el pase de clasificatorias. Esto es sacar tajada, con arte, de una eventualidad. Se han quedao con la sandía casi entera.
‘EL RINCÓN DEL DUENDE’, PUCHERO
El duende de cuatro barrios señeros de Cádi Cádiz, en escena: la Viña, el Mentidero, el Pópulo y Santa María… “no puedes verme porque me oculto en las entrañas del gaditano, en las heridas que te provocan los que gobiernan, en los cohones de los trabajadores que cortan el puente, en la verdad que destruye tu mala suerte… soy tu raza, tu conciencia, tu locura, la esencia que no se enseña que no se aprende…”. Los de Nene Cheza son vecinos de los duendes coloraos de los Carapapas, ¿no? “Mi nación es Cái”, sentencia el primer pasodoble, dibujando al gaditano desde dentro, y no como se ve desde fuera… “el duende de nuestra tierra, además de a marea, incienso y romero, huele a lucha y a pelea y a la sangre del obrero… mírame bien la etiqueta, que no pone copla y fiesta, sólo pone gaditano…”. Y el abuelo babea por la nieta, por su princesa, en la segunda letrilla… “que el amor de mis amores, lleva sangre de mi sangre”. Onanismo cupletero. En el primero, “lo que más me flipa es descargarme peliculitas… bajas las pelis, pero suben otras cosas”. Me cashi en la mar, me cashi en la mar, me cashi en la mar. Esta esencia del gadita distribuida por cuatro rincones recorre ese popu tirititrantantero…. y “lo más grande de Cádi, siempre fueron los viñeros… levanta gaditano no te tragues tus miserias, la sangre de mis barrios es la savia de esta tierra, y el duende de Cái eres tú…”. ¿Yo?, no tú no, tontito de las banderitas. ¿Y yo?, tú tampoco, señor mongolo (de Mongolia).
‘LOS QUITAPUPAS’, CERVEZA, CERVEZA, CERVEZA
Y clavando la última alcayata de la noche, ya madrugada, el Sheriff, el Lulu, y las cabras payotas… “no está lejos Setenil… y la cabra dijo, beeeeee, y aquí estoy”. Quitapupas de guardia. Un buen consejo en la mochilla del primer pasodoble, sanando la fiebre del carnaval… “se ha vuelto envidioso, malage, patoso, no le gusta ná, lo suyo ná más… ya no siente ese pellizquito cuando pisa este escenario… premio, deja el premio, cuando el concurso sea una enfermedad, no te lo pienses deja el carnaval”. Y con sorpresita final la segunda letra desahuciada… “pasa niña pasa, que aunque esta casa tenga que ocupar, pero en la calle tú no duermes más”. Y ese mismo pasodoble le sirve para el chiste del primer cuplé. En el complementario, “Pellejo, te pago el doble si no lo cantas”. Machaca machaca… ya tengo la poción contra la tristeza… cerveza cerveza cerveza. Ole el pellejo relleno. Repartiendo remedios chirigoteros en un popurrí que acusa la hora, consumiéndose con vitalidad… “cuídate, saborea la vida con alegría, y a vivir que son dos días… se marcha el curandero, buscando otro paciente pa alegrarle el corazón”. El tontito de las banderitas se ha quedado bloqueado con la receta contra las almorranas. El señor mongolo (de Mongolia) le responde: no tienes cura, chaval.
Las 02.03 horas. Baja el telón. Bájame esa última hora: Amaia y Alfred, elegidos para representar a EspÁña en Eurovisión 2018 con el tema ‘Tu canción’. Y estos ¿en qué comparsa salen? Tontito de las banderitas, señor mongolo (de Mongolia), no son horas de fregar los platos. A la cama. Una frase célebre, y a roncar: “lo que más admiro en los demás es la ironía, la capacidad de verse desde lejos y no tomarse en serio”, dicen que dijo Jorge Luis Borge, un escritor argentino. Un Messi de la literatura. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway
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