DÍA 18 (18ª CLASIFICATORIA).
“En Cádiz, son graciosos pero no trabajan”. Te lo suelta un empresario cordobés saborío investigado por estafa millonaria, y te mosqueas, cuando te has llevado media vida cantándote cuplés guasones sobre tu flojera y tu alergia al taladro, al pico y la pala… qué paradoja todo, niña. Deja la indignasió y hazle hueco a la decimoctava noche de clasificatorias del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2018).
Una larga penúltima función de preliminares con ocho agrupaciones, y un remate tolón tolón: Kike Remolino presentaba su comparsa ‘Los campaneros’, muy completa, y ya anda en las quinielas de muchos. Como cabeza de serie, la chirigota del Canijo ‘¡Qué caló!’, sin foam, no terminó de calar del todo con el tipo calé, un estereotipo muy trillado. Y además, arde ‘Los incontrolables’ de Cardoso y Pepito Martínez.
Nuestros colaboradores más colaboradores hacen doblete hoy. Llevan desde las nueve de la mañana en el pleno municipá, pasando vergüenza ajena, y ahora se me vienen al Falla a pasar vergüenza propia. Maripili, dale a la palanca y que ande descalzo este cronicón ni en vivo ni en directo. Pero antes, aquí debiera aparecer la publi del Yuntamiento de Cádi. Mañana, hijo, mañana..
‘LA COMUNA’, AQUÍ SE CANTA DIFERENTE
Las 20.34 horas. Arriba ese Moret. “Hoy Cádiz va a desobedecer… es el pueblo ahora quien va a decidir…”, consignas lanzadas por el coro perriflauta ‘La comuna’, con letra y música de Alejandro Ariza Bruzón. Con nosotros, ese alcalde de andar por casa “que todos llevamos dentro” de este sueño de Cádi Cádi independiente, aunque sea en formato cantón. El tango de entrada es un alegato a uno de los puntos cardinales, aquel en el que por azar te alumbraron… “el sur es la tierra donde se esconden los sentimientos, la puerta abierta para que entre cualquier vecina, es la mano de obra de otras regiones, una lengua propia aunque digan lo contrario… tú que con tu rabia y odio tanto al sur desprecias, yo tengo la suerte de ser del sur donde fui a nacer”. Y una anciana desahuciada en la otra letrilla, aunque no lo sabe… “no estés triste que queda más por llegar, cómo voy a decirle que la echaron a la calle, prefiero engañarla y que no vea la puta realidad”. En los cupleses, el papa, con chocos, perdiendo fieles; y lecciones para seducir a una piba… y no acaba rimando en ocho, no. Hay un sitio para ti en nuestra comuna, únete a nuestro cantón independiente, los motivos los conoces ya de sobra, porque Cái es diferente. “La historia de una utopía”, en un popurrí corresto, con sus mandamientos… “amar a Cádi sobre todo lo demás, santificarás las fiestas, no robarás riquezas se comparten con los demás…”; y sus consejos a los gaditanos del futuro, “Cádiz del mañana, intenta no repetir los errores del pasado…”. Y con la de cosas que hay que arreglar, siempre discutiendo por las mismas pamplinas. Revolución controlaíta. Queda dicho. El tontito de las banderitas lee en dossié que las flores del tipo son remembranzas de aquel mayo parisino del sesenta y ocho. El señor mongolo (de Mongolia) es alérgico al polen.
‘AHORA BAJO… QUE ME ESTOY CAMBIANDO’, ÁMBAR
Efectista presentación, sobre todo el momento sacalaescalera. Muñecos de los semáforos, los rojos y los verdes, se combinan en la chirigota de la localidad sevillana de Tomares ‘Ahora bajo… que me estoy cambiando’. Los muñecos igualitarios que tanto hacen rabiar a los ultracatólicos no han podío venir. Antonio Logroño Ferrete pone la letra, y la agrupación asín sin señalar, se ha encargado de la música. El amol encala el primer pasodoble, incrustado en metáforas patrocinadas por la DGT, y “cada uno palante llevando el volante por su propia vida”. Y piropillo a Cádi, como visitante y en rojo y verde, en el otro… “ay Cádi que no parpadeo, por no dejar nunca de verte, no hay luz más bonita que ver tu carita con dos coloretes”. En los cupleses aparecen un tal Del Nido, y otro tal Chiquetete, Y me bajé pa darle un abrazo. “No somos ni burdeos ni turquesa”. Este paso de peatones da para un simpaticote popurrí… “Cádiz ahora detente, quédate a mi lado, si quieres me pones verde, pero hoy me has sonrojado”. Uno de los coloraos casi acaba esta noche con el culo en San Rafael. El tontito de las banderitas es de los que cruzan la calle por cualquier sitio. El señor mongolo (de Mongolia) no cambia de acera, por el que dirán. Hay que tener semáforos para embutirse en ese tipo enmallao. Lo dije.
‘EL CATEDRÁTICO’, A SEPTIEMBRE U OCTUBRE
A clase. La comparsa de Andújar, ‘El catedrático’, viene más que a dar lecciones, a aprender del febrerillo loco. Por ejemplo. Alberto Domínguez Gómez y Francisco Mena Rescalvo son los autores de la letra. Manuel Otero Sánchez aporta la música. Piropillo foráneo, para comenzar… “aquí vengo a cantarte con mis mejores amigos, yo sé que la distancia me tiene envenenao… vendré los años que haga falta para llevarme un aprobao”. La interpretación es un quiero y casi llego. El casi es relativo. Una carta emotiva a la mare de un hijo mu preparao buscándose la vida en el extranjero, como tantos, por ahí anda el segundo pasodoble, pero, quietoooo, una pala más de drama… eso no es un giro, es una voltereta con tirabuzones… que acaba de sufrir un atentao cuando iba a correos a ponerle el sello… Mala pata, primo. El tontito de las banderitas ha enmudecido. El segundo cuplé da motivos suficientes para comprender por qué suenan tan regular ná má. Que yo quiero aprender y poder graduarme… me tengo que estar muriendo para no poder examinarme. Estribillo para nota, del tutor: que venga tu mare mañana a hablar al despacho. La vida hay que vivirla, suelta un popurrí planchaíto musicalmente con su instante discotequero… “soy carnavalero, ahora lo puedo decir”. Y birretes al aire. El señor mongolo (de Mongolia) sospecha que están cumpliendo una penitencia, o una apuesta perdida…
‘LO QUE NOS FALTABA’, PALA Y CUBO
Jartos de nadar en la placa ducha, y de pagar el peaje, te montan Sevilla Beach… “como ya hay playita en Sevilla, lo que me voy a ahorrar ahora de gasolina… si antes de tener playa nadie ya nos aguantaba…”, po verá tú ahora. Por ahí chapotea el concepto de la chirigota hispalense ‘Lo que nos faltaba’. Rafael Flores García firma la letra, y José Luis Nieto Lindo, la música. “Por que tú seas un gaditano, no pienses que en cuestión de carnaval sabes más que un sevillano… mientras muero de la envida, porque no he nacío gaditano”. En definitiva, ese primer pasodoble sigue siendo un piropillo al uso, que casi continúa en el siguiente, que va evolucionando hacia el homenaje a Manolo Cornejo, y si están aquí es que don Adolfo, “me dio la lección de ser chirigotero”. “Don Antonio es un señor pero le robó el manto del tipo a la Macarena”, dice un cuplé, y el otro, dándole vueltas al coco para sorprender al jurado… y te sacan de figurante al Agustín Bravo, el de verdad, con unas gafas de buzo. Se ve que ahora que han cambiado al gerente del OndaCádi, está el nota por aquí a ver si hay algo pa él… Miasma miasma miasma. De momento, el ochentayocho por ciento del repertorio es metacarnaval. Los shavales no salen mucho a la calle, opina el señor mongolo (de Mongolia). Una jornada playera artificial para ese popu con su ración escatológica. No falla, di mojón, y te ganas a medio teatro, advierte el tontito de las banderitas. “Yo me siento sevillano, pero mi amor por ti no es de verano… Cádiz es, lo que nos faltaba…”. Lo que les faltaba: el cubito y la pala junto al Guadalquivir.
‘LOS INCONTROLABLES’, ¡¡INFOCA!!
Sileeeeeencio. Arde, esta comparsa arde… “el verde ha tornado a negro, la vida se terminó…”. Dolor y silencio en este bosque arrasado por la mano del hombre. ‘Los incontrolables’, desde Cádi, con música de José Martínez González, y letra de José Manuel Cardoso. Todos contra el fuego, todos contra el fuego, tú lo puedes evitar, canturrean a coro y con coreografía el tontito de las banderitas y el señor mongolo (de Mongolia). Oportunistas y nostálgicos. El primer pasodoble parece ponerle voz al Pepito Martínez, a sus dudas, a su indignación por el maltrato que cree recibir de años pasados… “se me habrá escapado el tiempo o esto ya no es lo que era… la leña no se apaga, la llama está encendida, mi corazoncillo prendío de fuego… a seguir quemando los rastrojos de algún traicionero, o quemándome vivo en este teatro por el que me muero”. Un piropillo-tesquiero, que quema, para el segundo… “fuego, que Cádiz tiene fuego como los luceros, esos que iluminan el cielo… mi Cádiz que es un incendio de sentimientos que te van quemando por dentro, y al que viene de visita por febrero, se los lleva clavaítos a fuego”. Cuplés, quemaos, aro. Un chistesito con el tipo, y otro con el innovador carné de alimentador de gatos… “deja a los gatos ya y a ver si le das de comer al conejo”. No le eches más lecha al fuego que se agitan las llamas, que me vuelvo incontrolable. Candela, llamas, humo, brasas, cenizas, y va consumiéndose el popu… “que no se apague este fuego, que un día lo echarás de menos”. Potencia incontrolable pero controlada, asín suena este catástrofe natural coplera. Sin víctimas.
‘¡QUÉ CALÓ!’, POM POM, SE SECÓ
“¿Te gustan los Chichos?… más chuches nooo, no quiero más gomaespuna por encima…”. Preámbulo de la cabeza de sesión, la chirigota del Canijo, agitanao, ‘¡Qué caló!’… “el caló llegó señores, el caló llegó en febrero… que payos y gitanos no somos igual, que más quisieras tú… vamos a ser amigos, ríete conmigo, pero no de mí…”. Antonio Pedro Serrano pone la letra, y se acompaña en esta ocasión con la musiquiqui de Jesús Bienvenido. Y se nota, vaya si se nota. “Cuando se entra por Cádiz, primo, por la Bahía, primo, se entra en el paraíso de la alegría, es tan chiquito que no queda sitio para andar mirando ni la raza ni el color, que aquí el hambre y el dolor se solucionan cantando… que la pureza está mezclarse y respirar lo diferente, que la raza es una mentira, cuando el mar une las manos, el arte del vivir, el arte y el sentir de los gaditanos”. Un piropillo a la fusión gaditana, para la primera letra. Tiritiritirán. Y otro recuerdo a un patriarca de la chirigota, a don Adolfo, ya honrado en el detalle de sus bastones… “se nos fue, y Cádi le está cantando, y como buen aprendiz lo llevo conmigo aquí en este bastón de mando… que a mi generación, nos tiembla el corazón, si se van sus dioses”. Pom pom, gorrión. Su Salvaora, en los dos cuplés, flamencos y peloteros. La Gürtel, el caso Nooos, los Rres, Cajamadrid, ¿y los que roban son los gitanos?, ji ji ji. “Ahora el brazo de gitano es un phoskito, que dice que yo duro menos que la República catalana…”. El popurrí, con tacto, incide en los tópicos manidos alrededor de los gitanos, cómo si te tragaras a cualquier imitador chusco de la tele, y le cuesta salirse del camino, y eso que no hay fregoneta en el ambiente; hasta la nutritiva última cuarteta, recurriendo a agrupaciones punteras de las últimas décadas… “el mundo está hecho un carnaval, es una torre de Babel, tiene una pinta fatal, en carnaval yo me pinto la piel… por eso pinto mi cara, por eso cambio de piel, el carnaval le dice al mundo cómo es él”. Fitetú, el tontito de las banderitas está echando de menos el foame, y mayor derroche de ingenio canijil. El señor mongolo (de Mongolia) seguirá escuchando el cassete de Los flamenquitos apaleaos… “me voy a comprar un autobús pa pasarme la vía, en los asientos de atrás, lelerele…”.
‘LA ERRANTE’, ERRANDO
Pidiendo tierra, en escena, una nueva ración agitaná… “vendo romero de esos que los males quita… no dejaré de cantaaaaaar”. ‘La errante’, comparsa sevillana con Francisco Javier Ramos Rueda como autor de letra, y Román José Limón García y David Ruiz Félix suscribiendo la música. Un remake del momentaso del Romero Bey de días pasados, sin momentaso, observa el tontito de las banderitas. Drama-pasodoble para empezar, con ese hombre viudo que apenas ve a los hijos y nietos… “ay mi Manuela, te me has ido tan pronto y desde ese momento vivo suspirando… quien no quiere a su padre y no quiere a su madre, es que no quiere a naide”. Y exigiendo valentía al jurado para que las agrupaciones con mujeres también vayan pasando fases… “ya no es lo mismo, acabaron los tiempos del servilismo… el concurso ya no es lo que era, desde estas tablas ya somos escuchadas…”. El señor mongolo (de Mongolia) se teme que el sistema de cuotas llame a las puertas del Falla. Un cupletillo probando cosas sesuales, que ves un bujero y un túyamentiende asomando… “y le colgué el abrigo”. En el otro, recurren porque sí, al Canjijo-patriarca, que estaba a mano… Como el vagabundo, soy la más rica del mundo, teniendo mi libertad. “Y a cada paso, a cada paso, voy dejando un pedazo de mí”, pisa ese popurrí errante… “que cantar quita las penas, que a las buenas yo soy muy buena, pero a las malas, mejor me callo… los caminos llevan a Roma pero los míos, a tus carnavales”. Si novedad en el frente, capitán.
‘LOS CAMPANEROS’, TOLÓN TOLÓN
“Qué suene, qué suene… que a la ciudad dormida tengo que despertar, levanta, agárrate a la vida… vive, lucha, cada día… que yo seréeee, el campanerooooo”. Impresiona el montaje que arropa a la comparsa del Kike Remolino, ‘Los campaneros’, aferrada a las cuerdas, y rebañando la presente función. Tubular bells, con Pellejo. Manuel Enrique García Rosado firma música y letra. Si me das, yo te doy: un pasodoble a la reciprocidad, el de re-presentación… “si me das la tierra, si me das el cielo, si me das veneno, si me das folio en blanco, una pluma, tintero, si me das borrachera, mis amigos, las noches que pasé contigo, si me das la esquina para desahogarme, se me das puñaladas, si me das quebrantos… si me das patria, una guitarra entre mis manos, otro febrero enamorado y el lujo de gritar que soy gaditano… Cádiz si me das un campanario, yo te devuelvo esta comparsa por darme tanto”. Tolón tolón. Y el Gran Teatro Falla le habla, con respeto, al Liceu de Barcelona, en el segundo, instándole a que no deje de abrirle sus puertas a los andaluces exiliados por allá… “oye compañero, tienes que escucharme, en nuestras entrañas va manando el arte, aunque al lado mía eres gigantesco, de opera o de danza, de cine o concierto, los dos damos la talla… pero en carnavales deja que te oriente…”. Interesante abrazo. El Remolino quiere una convía a la Ciudad Condal. Tolón tolón, tolón tolón. Cuplesillos dignos: cada campanero tiene su manera de dar los campanazos… y el de Muñoz Arenillas “va a dar las horas con los palillos”; y la Antonia enganchada al concurso, para jugar con el apto y no apto. Cádiz dime lo que tienes que hasta las campanas me desafinan. Campaneros vigilantes de la Tacita en un popurrí preciosista, con cuarteta enredada y un tanto de acrobacia en tela… y “doblan campanas de réquiem por los que marcharon, tocan campanas de gloria por los que llegaron, pero aquí cuando se va un carnavalero el réquiem se cambia por gloria, porque no se fueron, sirven de espejo, hoy cantan mis campanas por Manolo Cornejo… y sus coplas sonarán por los siglos de los siglos a campanas de gloria…”; “suenan las campanas para anunciar febrero, suena un papelillo cayendo en el suelo, no hay pregón más grande para el carnavalero… y suena hasta el silencio libre por una semana, y suenan hasta los miedos de mi tierra corriendo cuando cantas… porque Cádiz cuando llega carnavales sólo suena a alegría… y si suena tan bonita cada calle, tan bonito cada barrio, dime qué hago yo en el campanario”. Enorme chimpón para una actuación compacta y casi sin fisuras. ¿Campanazo? No te pases tontito de las banderitas, no te pases, picha. El señor mongolo (de Mongolia) sigue preguntando por el jorobao. ¿Lo has visto?
La 01.20 horas. Baja el telón. Baja del altillo otra mantita, que vuelve a refrescar. Tontito de las banderitas, señor mongolo (de Mongolia), dejad de tocarme las campanas, que se me despierta… el ánimo. A contar ovejitas, tras masticar la frase célebre almax: “la muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos”, dice que dijo Antonio Machado, el poeta y prosista español. Alegría alegría… DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway
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