PASE DE LA GRAN FINAL
¿Quién se duerme en tu disfraz?, el corazón, a las tres, ¿quién te tiene en un vaivén, un vaivén?, carnaval que es mi cruz y mi querer, a la una, a las dos y a las tres. ¡Chass! Y ya está el rebaño descolocao. ‘La oveja negra’ de don Antonio se acerca… “y aunque el futuro sea negro, y la oscuridad me devore, como soy gaditano, por fuera mis penas son de colores… yo busco un batallón que quiera unirse conmigo, pa cantarle las cuarenta, las cuarenta al enemigo… aquí está, otra vez, el dolor de febrero, otro año enamorao, ay mi amor, mi amor, con mis coplas rebelao”. Reminiscencias del Perro andaluz en el pasodoble primero, un encuentro nocturno…, “a la puerta de un garito, de madrugada, con un wiski a palo seco y un cigarro entre sus dedos, de reojo me miró… si me hubieras conocido en otro tiempo, por el filo de mis muslos todos bebían mi miel…una diosa en su cama yo me convertí, lo de Despeñaperros lo pusieron por mí… fui la más grande desde levante hasta poniente, aún tengo coño pa ser rebelde … ay si mis hijos se despertaran, te aseguro que la tierra iba a temblar, te dejo ahí mis lunares y mis hazañas, y un corazón hecho telarañas, como me llamo alma mía… mi nombre es Andalucía, una puta es lo que soy, pa toda España, pa toda España”. Y concursando que es gerundio con ese letrón que pone tieso al Falla, con kilos de aplausos, al escribirle a Juan Carlos: “Cabeza, te echo de menos, querido amigo, un llanero solitario en este concurso agrio, así me siento sin ti… los autores se han vuelto corderas obedientes, no sacan los colmillos, tienen dientes de leche, te has librao del vacío y la mediocridad, se acabó ser valiente, un premio y poco más… se nos queda en el tintero un mano a mano, compañero… cuántas veces nos llamamos, nos quisimos, nos odiamos… te admiré como a ninguno… siempre siempre te querré, cabeza, te echo de menos, te añoro tanto, esas batallas en este escenario… pronto llegará el momento que el telón cubra mi cuerpo, ese día te cogeré allí en tu barrio, allí en tu barrio”. Si el Aragón levantara la cabeza, Juan… Pero vaya, Antonio, que el Jona, Germán, Piru-Tomate, el Chapa, Fran Quintana, Cornejo, Carapapa, el Gago… ¿no dicen cositas, no sacan los colmillos? Béeeee. Con la cosa dura durísima; y entendiendo aquello de “hibrido enchufable” en una noche de ligoteo, en otros dos cupleses olvidables. Que tengo tengo tengo todo un universo para soñar despierto con mi Tacita, con mi Tacita. “Sobran borregos, faltan ovejas negras… faltan ovejas negras, sobran borregos… sólo queda, sólo queda, mi rebelión… a morir matando si hace falta, que si algo nos sobra es la rabia… acoge niña a esta ovejita negra, ábreme las puertecitas, Ay mi Tacita del carnaval, carnaval canalla e insolente, un nido del rebeldes, milagro de febrero, la madre del cordero…”. Ya no hay más adjetivos para ponderar el popu. ¡Primer premio, Juan! ¡Otra, otra, otra!, grita la afición…
(extracto de la crónica de la Gran Final del COAC 2024, AQUÍ)
PASE DE SEMIFINALES
Y con el teatro ya calientito se abre “en la ciudad invisible” el corral de Martínez Ares, ‘La oveja negra’, apuñalá por la espalda…, “aunque el futuro sea negro y lo oscuro me devore, como soy gaditano, mis penas por fuera son de colores… soy la oveja, oveja negra, y jamás sigo al rebaño… siento la llamada, el grito de furia de un pueblo entero, aquí está otra vez el dolor de febrero…”. ¡Y al que no diga ole, que lo apunte don Antonio con su guitarra!, grita una anónima. Tres décadas después, el Ares le da una vueltecita al “acércate, torito, que ya es la hora, no me mires a los ojos, que noooo me das pena…”, de La Ventolera; ahora echa toda la bilis sobre el mundo rancio, paleto y criminal del toreo subvencionado por todos: “de nuevo los toreritos vuelven al ruedo, de nuevo están destapando la cajita del espanto de la fiesta nacional, de la España más fascistas que juega al juego de la hembra empitonada que se le caerá la braga cuando vea a su semental… no me entra en la cabeza que decir tauromaquia equivalga a cultura, y a sentido de patria, cómo pueden decir que esto es una pasión, cómo puede entenderse, profesión matador, no es más que un circo romano… volvemos al lamentable culto taurino, a la prehistoria y al desatino, ni es trabajo ni eso es arte, son manos manchadas de sangre… solo hay un animal, y es asesino, un asesino, un asesino”. Y drama-pasodoble el siguiente, indagando en eso llamado violencia vicaria, un día tan bonito con súper-papá sólo podía tener ese final, Juan: “hoy me llevaré a mis niños de fin de semana… vamos a ir a una casita que está en el campo… la policía llega a la casa, huele a tragedia, huele a venganza, salen los cuerpos de dos chiquillos, y una bestia que no para de reír por odio, por posesión, furia y cobardía, le arrebató lo que más quería… son cabrones miserables que condenan a las madres al castigo de morir, todos los días, todos los días”. Béeeee. “Coño, coña, coñe, pero los tres quieren un po… béeeeee”, remata uno de los cuplés-porrazo ofendidito con el lenguaje inclusivo. Y un pibe ¿zoofílico? Afú, Antonio, no vea que tandita. Mi niña, que para dormir y pensar en ti no cuento ovejitas, que tengo, tengo, tengo, todo un universo pa soñar despierto, con mi Tacita. La pieza más excelsa del repertorio impostadamente rebelao, o no, sigue siendo el popurrí, en el que la oveja pronto se da cuenta de que va contracorriente: “despertad animalitos, nos tienen acobardaos, se acabó estar sometío, dominao, amaestrao, anestesiao, domesticao, faltan ovejas negras, sobran borregos… Me escapé trasquilao de esta perra vida, se acabó, comienza mi desobediencia, parto hacia la batalla, no llevo bandera, sólo la guitarra y mi calavera, me voy con mi gente a esparcir la simiente de la libertad, a morir matando si hace falta, que si algo nos sobra es la rabia…”. Juan me mira con cara de corderito degollao…
(extracto de la crónica diaria de la 1ª semifinal del COAC 2024, AQUÍ)
PASE DE CUARTOS DE FINAL
El anuncio de don Antonio pone del revés al teatro, y sin sonar ni un acorde, ni cantar el gallo rojo. Ya se escucha el balido de ‘La oveja negra’, otra comparsita complicá de fotografiar más del Martínez Ares, en su lucha consigo mismo. “Cuando sopla carnavales soy el verso que molesta, a las columnas vertebrales de una sociedad que apesta… soy la oveja, oveja negra y jamás sigo al rebaño… Yo busco un batallón que quiera unirse conmigo, pa cantarle las cuarenta, las cuarenta al enemigo… Y aunque el futuro sea negro y lo oscuro me devore, como soy gaditano mis penas son de colores, son de colores”. Empezando el festín con un pasodoble al ¿día de la madre?, pero… “ya se ha despertao la bruja, está gritando, como todas las mañanas con el látigo en la cama, exigiendo mi atención… un andrajo soy con cuarenta primaveras… siempre fue la pura estampa del dominio y la crueldad… me siento un animalito abandonao, en el arca de Noé… hay almas negras, y por desgracia a mí me ha tocao y hasta que muera estaré a su lao…. hay madres malas, hay madres malas”. Rebuscaíllo el asunto, Juan. Espera, espera, el Ramoní cantando en català macarrónico en gran parte del segundo pasodoble que se ve de vení desde el Llobregat, un porrazo ¿demagógico? para encender a izquierda y a ultraderecha, cada una entiende lo que quiere entender, contra el presunto independentismo supremacista y los giros de guion del actual presidente español que nos ha librado de momento de no padecer al Abascal de vicepresidente, con un remate debatible y el temita de la amnistía, chupito, por medio: “el nostre poble no és un poble com el seu, Catalunya és la nostra pàtria, la resta és la puta Espanya, un país de repressió, Pedro Sánchez ja s’ha cagat i és un dels nostres… ja som els amos de tota la nació, la nostra ajuda porta anys de sacrifici, però per fi s’acabo… por siete votos de nuevo han resucitao a Franco, pero te pueden más los escaños… soy rojo, pero no confío en tu palabra, cada uno tiene lo que se labra… qué amnistía ni cohones, no quieren ser españoles, abre ya el corral y que se vayan, y que se vayan”. Po me voy… ¿Ah. pero Perro Sánchez también es rojo? Béeeeeee. Un bastinazo gratuito y comida sindicalista-facha de rabo al, ¿otra vez?, Perro Sánchez, en uno de los cuplés. ¿De verdad, Juan? Mi niña, que para dormir y pensar en ti no cuento ovejitas… que tengo tengo to un universo pa soñar despierto con mi Tacita, con mi Tacita, con mi Tacita. Y con potencia superlativa, sueltan ese popurrinaso, en gaditano…“Me amamanté con el calostro de la mar, mi lana olía a tribu vieja y libertad, hipnotizado y poseído, proferí el primer balido, y me puse a llorar y a cantar y a cantar… nací una noche plata de carnavales, un rebelde, un rebelde parió mi mare… Amiguitos ladrones, la envidia llena el establo, ni los muertos se libran de su porción de castigo, desde entonces en el lomo clavao llevo sus cuchillos… Despertad animalitos, nos tienen acobardaos, se acabó estar sometidos, dominaos, amaestraos, anestesiaos, domesticaos, faltan ovejas negras, sobran borregos… Corderito de dios, dónde está el paraíso que prometiste, tu biblia es una cruz, el cuchillo cristiano de un matarife, sólo queda, sólo queda mi rebelión… Parto hacia la batalla, no llevo bandera, sólo una guitarra y mi calavera, me voy con mi gente a esparcir las simientes de la libertad… acoge niña a esta ovejita negra, ábreme la puertecita, ay mi Tacita, del carnaval, carnaval canalla e insolente, cunita de rebeldes, milagro de febrero, la madre del cordero, carnaval, carnavaaaaal”. Juan, ¿nos separtamos? Emm, bona nit.
(extracto de la crónica diaria de la 2ª de cuartos del COAC 2024, AQUÍ)
PASE DE PRELIMINARES
Y con la olla a presión jirviendo, sale del establo don Antonio. ¿Cómo está el rebaño? ¡¡Beeeeee!! Ejem. Fantasía cabrera desprendida de atrezzo, en ese tipo de ‘La oveja negra’, otra comparsita oscura de Antonio Martínez Ares. No vea pa hacer una foto digna, Juan. “Soy distinto, diferente, un alma descarriada, siempre voy contracorriente, tengo la lengua afilada… Cuando sopla carnavales soy el verso que molesta, a las columnas vertebrales de una sociedad que apesta… Yo busco un batallón que quiera unirse conmigo, pa cantarle las cuarenta al enemigo, un batallón que al mundo quiera ganarle la partida y pelee sin condiciones por mi Cái de mis amores, to los días de su vida… Y aunque el futuro sea negro y lo oscuro me devore, como soy gaditano mis penas son de colores, son de colores”. Con pasión abusiva el cierre de la presentación, dándole un sentido al concepto de este año. De primeras, un pasodoble concadenando a muchos y variopintos autores de la fiesta de ayer y hoy, para rematar saliéndose del pellejo un “ovejas negras, ovejas neeeegraaas”. Entre otros, Pedro Romero, el Libi, el Quini, Cañamaque, Ripoll, Tino, el Tomate, Yuyu, Bienvenido, Tino, Requeté, Santander, Aragón, el Noly “impenitente”, y hasta Germán “que no obdc”. ¿Mete a todos en su mismo saco? Y de la poesía metacarnavalera de la primera letra, a la advertencia contundente en la segunda, mirando al Bruno, al nuevo arcarde, presente en el palco municipal…, “tú tienes la mayoría yo la inmensa minoría, que se llama carnaval… Te debes a un partido lleno de delincuentes, fachas reconvertíos y cachorros creyentes, tú te debes a tus siglas, cariño mío, y yo a la que me parió… Te juro que no voy a aguantar ocho años, como hice con otros mamarrachos, te voy a estar esperando, con mi guitarra apuntando en la estatua de Moret, a tu despacho, a tu despacho”. Letra preventiva. Béeeeeee. A vé esa tandita de cuplés: al tipo, y “aquí me cuelga la oveja negra”, y follaje monárquico a to los españoles. “Mi niña, que para dormir y pensar en ti no cuento ovejitas, que tengo todo un universo pa soñar despierto con mi Tacita, con mi Tacita”. Y como todo popurrí que se precie, hay que escucharlo otra vez… Seis cuartetas para narrar el nacimiento y evolución de esta oveja revolucionaria desde la cuna que huye del rebaño: “me amamanté con el calostro de la mar, mi lana olía a tribu vieja y libertad, hipnotizado y poseído, proferí el primer balido y me puse a llorar y a cantar y a cantar… Carneritos que cantan y cantan y no cuentan nada, jueces que un día perdieron torneos y no han olvidao, todos pidiendo guerra y vacías las barricadas, ese es mi ganao, ese es mi ganao…”. Pero esta oveja negra también se enamora, como aquellos piratas…, “yo conocí a una ovejita, se llamaba Ana María, era negra y era blanca según le daba la luz del día…”. Y hay vida más allá del carnaval: “despertad animalitos, nos tienen acobardaos, se acabó estar sometidos, dominaos, anestesiaos, faltan ovejas negras, sobran borregos… Corderito de dios, dónde está el paraíso que prometiste, tu biblia es una cruz, el cuchillo cristiano de un matarife, solo queda, solo queda mi rebelión…”. Y a rebelarse, sólo queda rebelarse: “me escapé trasquilao de esta perra vida, parto hacia la batalla, no llevo bandera, sólo una guitarra y mi calavera, me voy con mi gente a esparcir las simientes de la libertad, a cambiar el mundo con canciones, a morir matando si hace falta, que si algo nos sobra es la rabia… ábreme la puertecita, ay mi Tacita, del carnaval, carnaval canalla e insolente, cunita de rebeldes, milagro de febrero, la madre del cordero, carnavaaaal”. Y tras la ovación, el Falla queda mudo, tratando de digerir esta lucha contra la mediocridad en la que está enfrascado el Ares. Juan, cuidao con el lobo. DIARIO Bahía de Cádiz
(extracto de la crónica diaria de la 3ª clasificatoria del COAC 2024, AQUÍ)
FICHA DE LA AGRUPACIÓN
Comparsa: ‘La oveja negra’
Localidad: Cádiz
Autoría letra: Antonio Martínez Ares
Autoría música: Antonio Martínez Ares
Dirección: Antonio Martínez Ares
Representante legal: Antonio Martínez Ares
En 2023: La ciudad invisible