PASE DE SEMIFINAL
Enciende el farol, que no veo tanto apio… Enciéndenos, Kike, ciéganos con ese chorreón de watios… “te diré de qué está hecha la penetrante traicionera… no apartes la vista, ya es tarde, no te resistas… que magia más divina no la haaayyy…”, ‘La luz de Cádiz’. Esa. Una separtación de primeras, pero el crío es de los dos… “si los besos que un día nos dimos por mor del destino, los dos enterramos, para siempre… si se cerraron los ojos con sus miradas entre nosotros, para él tengo el guiño aquel que lo dice todo… no lo hicimos tan mal, observa la personita que va creciendo… que nuestra falta de amor no sea nuestra guerra, que el separarnos no sea su pena, esto es entre tú y yo, no dejes que ningún juez dicte limitarme… sabes que me necesita, igual que a ti como madre, nunca me prives sentirme padre”. Potito. Quejoso con la deriva del concurso, pero viendo que hay esperanza en la cantera… “hoy que prima la cantidad más que la calidad, hoy que se escucha de otra manera, que parece el ambiente en camerinos un tanatorio, hoy que vengo como empresa al auditorio, que prostituimos repertorio… hoy que el que canta sus males ya no espantan, confieso que venía por pura inercia, con la amargura entre mis labios del que se ha rendío… pero hace poco la final de infantiles me demostró a mis ojos que no está to perdío… nunca dejes atrás la pureza con la que pisas este teatro, elige bien el espejo, que en carnaval lo más verdadero es lo que tú haces”. Una letra aplicable a todos los ámbitos del vivir, en cuanto te sale pelo ahí, no tienes remedio… Que pocas luces… “Se están llevando el Falla a pellizcos… que yo pellizco a pellizquito me fumo a to Marruecos”, dise un cupletillo, delante de otro de miedo, que acaba más bien erótico-festivo… “ven hacia la luz, Carolain…”. Y enciéndeme por febrero, que yo cuando digo te quiero, nunca me tiro un farol. Nunca me acuerdo que es una comparsa, afirma entre dientes el Remolino, entre pamplinas al aire. “Que los carnavales son la luz que por febrero, alimenta al gaditano el año entero, que magia más divina no encontráis, te lo dice el farolero, que no la hay, que no, que no, que no, que no… la luz de Cádiiiiiii”. Y el señor Endesa sonriendo en el butacón mientras acaricia al gato. Fiscal, ¡apágame, apágame la factura de este mes…!
(extracto de la crónica diaria de la 2ª semifinal del COAC 2019, AQUÍ)
PASE DE CUARTOS DE FINAL
Eléstrica de Cádi está contenta. Ya asoma el Kike Remolino con su kilo y medio de faroles colgando. La penetrante traicionera, deslumbrando… “no apartes la vista, no te resistas… deje que os alumbre, os guíe, os caliente… la luz de Cádiiiiiiz”. Chorro de watios para saludar. A la faena, faroleros. “A veces la vida te enseña que sobran palabras si se puede dar un abrazo… cura más que diez mil doctores… si no eres de abrazar, abrázate a esta letra, que para darlos sobran motivos…”. Primer pasodoble teletabi, a-bra-zo fuerte… corre, fiscal, corre a abrazar a tu mare. Se abraza poco, y es una pena. Tanta luz, tanto twitter, y tanto Franco… “hoy vengo a los pies de su tumba… más de cuarenta velas con usted bajo tierra… me lo imagino ahí descojonao porque los míos se quedan dormíos… que no me da miedo verlo, resucitado, en el parlamento de Andalucía”. Ta güeno, pero llega casi tres meses tarde ese foco a las conciencias de los abstencionistas. ¿Para Vox, PP y Cs no hay abrazo? ¡Paco, da la cara! Qué de luces. Los adelantados niños de Castilla… pajilleros dos años antes que tú; y “ya no es Paquito el Pellejo, ya le dicen por las redes, Paquito el Wallapop…”, en esos cupletillos, con quejío y tó. No terminan de pegá. Que yo cuando digo te quiero, nuuuuunca me tiro un farol. “Que magia más divina no encontráis, que no la hay, la luz de Cádiiiiiiiz”, sentencia ese pupurrí con brillito, y con claroscuros. Y ya se sabe, “los carnavales son la luz que por febrero alimenta al gaditano el año entero…”. El fiscal come también bocatas de atún, en marzo y abril.
(extracto de la crónica diaria de la 3ª cuartos de final del COAC 2019, AQUÍ)
PASE DE PRELIMINARES
Y tras media hora colgando faroles, esto parece el escaparate de Prian, alumbra el Falla la cabeza de serie de la ya madrugada, la comparsa del Kike Remolino, ‘La luz de Cádiz’… “Antes de que te deslumbre, te diré de que está hecha la penetrante traicionera… dejen que os alumbre, que os guíe, que os caliente, que os atrape, que magia más divina no encontráis, te lo dice el farolero… la luz de Cádiz”. Son faroleros de fantasía, probando la máxima potencia de los focos del teatro. Les han robao medio tipo a las bailarinas de Norma Duval. El niño del cumparsista anima al padre a salir y le traslada sus sensaciones, el mundo al revés… “papá que no tengo remedio, me comen los nervios, comienza a crear, yo sé que te invade la mente de modo inconsciente, querer descansar, pero no es el momento, porque el año pasado te vi disfrutar… cómo te explico, me siento cual gigante cuando me dicen ole tu pare lo bien que lo hace… y no te quiero escuchar, quejarte ni de jurados ni de pamplinas”. Automotivación familiar. Naciendo de nuevo en esa segunda letra dedicada al Tato, pachucho del corazón… “el destino le regaló una partida extra para seguir jugando… veremos cómo responde mi corazón cuando vea, cantar en el Falla a mi comparsa”. Con shentimiento. Los correajes del tipo del Remolino no soportan tanta emoshión. Alusión a las muchas bombillas del atrezzo, se las ceden al Kichi para las navidades; y las patillas y la picha del torero Padilla, en los cuplés… Enciéndeme por febrero, que yo cuando digo te quiero, nuuuunca me tiro un farol. “La luz y la oscuridad son dos amores reñíos, los dos se necesitan, como tus labios y los míos…”, arranca el popurrit, con claroscuros, suena bien pero cuesta verlo a la primera… se habla de malostratos (“aquel que una luz maltrata, no encontraran mi silencio…”), madres alumbrando gaditanos (“que el futuro eres tú, eres la luz”), de la inspiración (“musas que jugáis con los poetas y me los lleváis a la locura, porque os apagáis…”), o de la inmigración (“rema sin mirar las banderas, que en el mar no hay frontera, por tu África negra, por tu mar de pateras y que tu muerte se quede atrás…”), para acabar encendiendo los faroles, deseos, milagros, salud, paz, esperanza, los carnavales… “la luz que por febrero alimenta al gaditano el año entero”. Y Endesa, feliz. El fiscal también es un abrazafarolas. DIARIO Bahía de Cádiz
(extracto de la crónica diaria de la 7ª clasificatoria del COAC 2019, AQUÍ)
FICHA DE LA AGRUPACIÓN
Comparsa: ‘La luz de Cádiz’
Localidad: Cádiz
Autoría Letra: Manuel Enrique García Rosado
Autoría Música: Manuel Enrique García Rosado
Dirección: Salvador Rubianes Ramos
Representante Legal: Manuel Enrique García Rosado