PASE DE LA GRAN FINAL
¿Qué hora es? Pregúntale al Tino… “Y ando trepando por dentro, de tu alma, de tu piel, de tus huesos, trazo mis surcos de fuego en tu cara y me subo a tu pelo… riego tus días en la tierra, valgo más que la fama, que el dinero, soy quien todo lo sana, no juegues conmigo que yo nunca pierdo… el que enciende tu llama y apaga tu fuego… soy tu eterno compañero, yo soy el tiempo, mi tiempo, tu tiempo, yo soy el tiempo…”. El ‘Tic-tac, tic-tac’ avanza inexorablemente con la agridulce huella del adiós… Ya ha empezado el tontito de las banderitas a moquear… El tiempo de una mujer maltratada por su marido, agobiando la primera letra… “en este tiempo que cuento todo le di, le di mi tiempo más verde, el de adolescente, mi tiempo más puro… mi tiempo como amante, como esposa, como madre, en esos tiempos di tantas cosas, le di mi tiempo florecido, el de la espiga y el de las rosas… con él la semana eran años, las horas eran días, eran tiempo de nudillo y paredes congeladas… cuánto tiempo habré perdido, habré querido que se fuera al otro barrio… y aunque se pudra en la cárcel, ya que más da si a mi me ha desangrao, quién me devuelve mi tiempo robao, mi tiempo con un desgraciao”. Fuuaaaa. Y prepara el puchero, que viene el segundo profetizando el alzamiento verdiblanco… “también yo tengo bandera, tengo un país, y tengo historias de agravio que nunca llegan a un fin, y tengo un himno de versos que canta por las libertades… tengo sintechos y sin papeles, niños sin libros, y tengo mar, campiña y sierra, y listos que a los tontos nos saquean, y también son trimilenarias mis raíces, y tengo calles por su algún día hay que tomarlas… y también tengo un mártir que es nuestro y que veneramos, que a Caparrós lo mataron los grises y les perdonamos… seguramente en el sur algún día, una nación se levante cansada y herida, república de Andalucía”. En nuestros corazones, como la catalana. El señor mongolo (de Mongolia) se conforma con la república gaditana, guuuuuuaaaaa, comparsón. Un cupletillo repe, con sorpresa cucú. Y otro bizco, para el saco Junqueras… hazme caso compañerita del alma, que aquí hay algo entre tú y yo. No hacerle caso a los cupleses, no, y poneros de pie, niños, que entra en vena the last Tino´s popu… y sigue corriendo el cronómetro, la cuenta atrás, ay mare, que se va… “soy tu principio y tu fin, tu certeza y tus dudas, como un díos inmortal pongo a los hombres finitos, cuántas veces has soñado con frenarme, parar tu vida en un instante como si fuera una acuarela… soy tu hoy, soy tu presente, tu futuro y tu pasado, yo que todo te lo he dado, yo también te lo he quitado… y necesito un tiempo sin tiempo, pero ni para el tiempo hay tiempo… media vida colgado de un reloj, media vida tejiendo comparsas, teniendo esta canción con el vello de punta en el alma, tal vez sea la hora de descansar a la orilla del sendero que llevo, tal vez sea la hora de beber el vino de la melancolía, tal vez sea que ni el tiempo me dijo si fui vencedor o vencido, el tiempo me dijo que es hora de bajarme del tren, necesito pensar, necesito saber si esto lo necesito…”. Ayyy que lloro. Sombrero al piso. El gran Tino Tovar amaga con salir a recibir la ovación, pero se escurre entre bambalinas. Modesto delante, atrás, a la izquierda y siempre a la izquierda. Un señor. Un brindis por la sencillez, por el verso hecho shentimiento… frío, que se queda uno frío… Darme fuego…
(extracto de la crónica diaria de la gran final del COAC 2018, AQUÍ)
PASE DE SEMIFINAL
Hacen¿dado? Momento patrocinado por tu cuñá. Momentos tras momento, día tras días, hora tras hora, todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar mirando el reloj del móvi… ‘Tic-tac, tic-tac’, Tino, mueve las manillas del Falla y de sus sentíos y entretelas… “tu ambición siempre fue controlarme, arrogante que nada entendiste, si eres tú el prisionero, soy aquel pasajero que nunca se baja del vagón de tu tren… yo valgo más que la fama, que el dinero, soy el que todo lo sana, no juegues conmigo que yo nunca pierdo… el que enciende tu llama y apaga tu fuego, soy tu eterno compañero…”. Dicen que la RAE se está pensando reemplazar la definición del diccionario de tiempo, tu tiempo, mi tiempo, por este mogollón de presentación. Dudas sobre la presencia del carnaval gaditano en el coliseo catalán… “yo que pensaba que estas tablas era el altar de nuestra fiesta, parece que me equivocaba, que en el Liceo esta la meca, al parecer en Barcelona está la esencia… pensaba que en la sencillez residió en tu grandeza, pensé que tal vez el talento te hizo importante, yo tu grandeza la encuentro en la plaza, con las callejeras… brindo por mis compañeros que venden Cái por el mundo entero, pero dejarse de complejo, que para ver la grandeza de mis carnavales, no tienes que irte al Liceo”. De cal, y de arena. La sensibilidad navegando por el segundo pasodoble reglamentario, agridulce, ese viudo desorientao… “y con el alma echa trizas aún se pregunta el porqué, dónde está su compañera, dónde se fue… y en los rescoldos de una casa echa ceniza, sigue la huella de una vida compartida, y en cada esquina sus recuerdos… hoy se ha dormido la mar de contento, aunque su fiel compañera se le fue a los cielos, jamás morirán sus recuerdos”. Tic, ¿tic? Tac ¿tac? Un cupletillo profiláctico, que lubrica en el otro, “y al pie de la letra, no vea los durex lo que me duran”… Hazme caso compañerita del alma, que aquí hay algo entre tú y yo. “Soy tu principio y tu fin, tu certeza y tus dudas, soy abismo y sendero, tu fiel enemigo… necesito que el tiempo se calle, se canse, que pare un momento, un tiempo sin tiempo, pero ni para el tiempo hay tiempo… media vida colgado de un reloj, tejiendo comparsas, teniendo esta canción con el vello de punta en el alma, tal vez sea que todo es tan distinto, que ya no soy el mismo, es tiempo de esquivar los focos, de estar orgulloso de esta aventura contigo que mereció la pena… necesito pensar, necesito saber si esto lo necesito, que el tiempo me dijo que es hora de bajarme del tren, el tiempo sólo el tiempo, tal vez me empuje a volver”. Es la Cuarteta, con mayúsculas, por todo lo que significa e implica, del concursito. Popurrí descomunal y a la vez íntimo, no apto para hipersensibles. Enga, a mojarse: el tontito de las banderitas sí quiere. El señor mongolo (de Mongolia), sí quiere. Hala, podéis besaros.
(extracto de la crónica diaria de la 2ª semifinal del COAC 2018, AQUÍ)
PASE DE CUARTOS DE FINAL
Tic tac tic tac tic tac, tic tac tic tac tic tac… Ponte de pie, prima, que es imparable la cuenta atrás del Tino, aaay, mejón no pensarlo, que me enjabono, digo, embajono… “tu ambición siempre fue controlarme, un reloj inventaste para ello, cómo vas a encerrarme si eres tú el prisionero… soy aquel pasajero, el que nunca se baja del vagón de tu tren… yo valgo más que la fama, que el dinero, quien todo lo sana, no juegues conmigo, yo nunca pierdo… soy tu eterno compañero, yo soy el tiempo, mi tiempo, tu tiempo, yo soy el tiempo”. Eso es presentarse, y en punto. El señor mongolo (de Mongolia) quiere un susto gordo después de sentir ese primer pasodoblón, con miedos y sin miedo a reconocerlo… “me han dicho siempre que el miedo, hay que espantar, que si en sus garras te atrapa, ya no te puedes soltar… hay miedos que tuve, que no los cambio por ná… y tuve miedo de perderte, y tuve miedo de tenerte al mismo tiempo… y si me llamas cobarde, porque te siente mu macho, mi infeliz amigo, el miedo es no haberlo tenío”. Escalofríos, niña, mira mira, de punta. Y de dentro hacia fuera el otro pasodoblón, viajando por diferentes rincones de este país y su ¿futuro?…. “en esas horas vacías de juventud, en un rincón de esos barrios que no visita ni dios… juventud de mi patria, la de los barrios de la patria obrera, no mires para otro lao, y dame la cara, que han hecho de ti estos canallas”. Cupleses, ajín, para salir huyendo al popurrí, dándole publicidad inversa a las motos eléctricas de alquiler aquellas, y un trasplante barato de pelo… “y me puso el coco que parecía una permanente”. Ya te imaginas de dónde sale ese pelo. Hazme caso compañerita del alma, que aquí hay algo que aquí hay algo entre tú y yo. Tiempo tiempo tiempo, que ahora sí entra el pupurrí, para poner en el los ocho sentidos, que es escapa… “soy tu principio y tu fin, tu certeza y tus dudas, cuántas veces has soñado con frenarme, parar tu vida un instante, como si fuese tu vida una acuarela, soy tu hoy soy presente, tu futuro, tu pasado, yo que todo te lo he dado, yo también te lo he quitado”; “vas cosiendo los días hora a hora, con el hilo gris de la costumbre… y necesito un tiempo detenido, para vivir sin prisas, y necesito que el tiempo se calle, se canse, que pare un momento, un tiempo sin tiempo… pero ni para el tiempo hay tiempo”; “media vida haciendo carnaval y otra media pensando en hacerlo, tal vez sea la hora de descansar a la orilla del sendero que llevo, de beber el vino de la melancolía, tal vez sea que todo es tan distinto, que ya no soy el mismo, tal vez sea que ni el tiempo me dijo si fui vencedor o vencido… es tiempo de estar orgulloso de esta aventura contigo que mereció la pena… necesito pensar, necesito saber si esto lo necesito… el tiempo me dijo que es hora de bajarme del tren, y tal vez sea el tiempo algún día me diga qué hacer, el tiempo sólo el tiempo tal vez me empuje a volver…”. Oye, y dale, que insiste, que se nos va el gadirita, que no era un mal sueño. El tontito de las banderita está palote, no te digo ná, qué le pone un mástil. A mí me pone ese bocadillo de sardinas en su salsa… Dame pan, primo, dame pan.
(extracto de la crónica diaria de la 5ª cuartos de final del COAC 2018, AQUÍ)
PASE DE PRELIMINARES
Y el follón fallero preludia a la cabeza de serie de la sesión, la comparsita relojera del Tino, don Tino, Constantino Tovar… “tu ambición siempre fue controlarme, un reloj inventaste para ello, arrogante que nada entendiste, cómo vas a encerrarme si eres tú el prisionero… ando trepando por dentro, de tu alma, de tu piel de tus huesos, trazo mis surcos de fuego en tu cara y me subo a tu pelo… yo danzo al son de tus horas, yo valgo más que la fama, que el dinero, soy quien todo lo sana, no juegues conmigo que yo nunca pierdo… soy el que nadie gobierna, el que enciende tu llama y apaga, tu instante tu momento, tu eterno compañero, yo soy el tiempo, mi tiempo, tu tiempooooo”. Guuuaaaaaaa ese holaquéhay de la comparsa ‘Tic-tac, tic-tac’, y ese tiempo que sobrevive a todo y todos. Como es costumbre de la casa, el Tino clava su lanza en el primer pasodoble y le habla a la afición, y le confiesa sus dudas… “ni un paso atrás, compañero, que no merece la pena y es tan bonito arriesgar, que hay tantos y tantos y tantos que no podemos fallar… me licencié en imposibles para que en mí tú te fijaras… donde otros ven una locura, yo veo un sueño, una comparsa… pasan los años y ya vez que no escarmiento… y viajando me reinvento, sé que me quieres porque sabes que te quiero… si estar contigo es mi dulce condena, que Cádiz me espera y hace que merezca la pena”. Desnudando el alma junto a una melodía no apta para diabéticos. Y doméstico viene la segunda letrilla, con cierta intriga… “toíta la noche despierto otro año más… tú hoy vas a cantar carnaval con tu pare, y el corazón por la boca a mi niño le sale, que es domingo de carnavales”. Con shentimiento paterno. La poesía sencilla también puede arrebatarte, y complicarte. ¿Muy Canción de Cádi?, o soy yo. Tic tac. Un cuplé al tipo paranoia, “le ha salío del… alma”, una metáfora de calendas, “imagínate explicando yo eso a la parienta…”, con truco, que viene con cuco; y otro a la que cayó en noviembre, “siempre tiene que llover cuando uno tiende…”. Calando hondo. Hazme caso compañerita del alma, que aquí hay algo entre tú y yo. Y siéntate y enchufa los sentidos, que el popurrí se pasa y no vuelve… “soy tu principio y tu fin, tu certeza y tus dudas, cuántas veces has soñado con frenarme, parar tu vida un instante, como si fuese tu vida una acuarela, soy tu hoy soy presente, tu futuro, tu pasado, yo que todo te lo he dado, yo también te lo he quitado”; “no pidas tiempo al tiempo compañera, piensa en qué gastarte el tiempo que te queda, funde tus días en esa vida, como si fuese un cuento de hadas…”; “vas cosiendo los días hora a hora, con el hilo gris de la costumbre… y necesito un tiempo detenido, para vivir sin prisas, y necesito que el tiempo se calle, se canse, que pare un momento, un tiempo sin tiempo… pero ni para el tiempo hay tiempo”, bastinaso, primo; y a matarnos y rematarnos “media vida teniendo esta canción con el vello de punta en el alma, haciendo carnaval y otra media pensando en hacerlo, tal vez sea la hora de descansar a la orilla del sendero que llevo, de escoger, de beber el vino de la melancolía, tal vez sea que todo es tan distinto, que ya no soy el mismo, tal vez sea que ni el tiempo me dijo si fui vencedor o vencido… es tiempo de estar orgulloso de esta aventura contigo que mereció la pena… necesito pensar, necesito saber si esto lo necesito… el tiempo me dijo que es hora de bajarme del tren, y tal vez sea el tiempo algún día me diga que hacer, el tiempo sólo el tiempo tal vez me empuje a volver…”. Snif. Cómo una cuarteta puede ser tan maravillosa y al tiempo dejarte KO. Qué mal cuerpo, chiquillo, qué delicia cortapunto. ¡Tino no te vayas!, corea el teatro. Las despedidas te abofetean recordándote que nada es para siempre. El tontito de las banderitas y el señor mongolo (de Mongolia) están buscando desesperadamente un clínex. No te chives: me lo guardo para mí. DIARIO Bahía de Cádiz
(extracto de la crónica diaria de la 16ª clasificatoria del COAC 2018, AQUÍ)
FICHA DE LA AGRUPACIÓN
Comparsa: ‘Tic-tac, Tic-tac’
(‘El ángel de Cádiz’ en 2017)
Localidad: Cádiz
Autoría Letra: Constantino Tovar Verdejo
Autoría Música: Constantino Tovar Verdejo
Dirección: José Luis Otero Trechera
Representante legal: José Manuel Fernández Pidre