El consejo de administración de la Empresa Municipal de Movilidad y Aparcamientos de Cádiz (Emasa) ha rechazado la aprobación de la cuenta general de 2020, con los votos en contra del PP, PSOE y Ciudadanos. Entre los números, resalta en el balance unas pérdidas de un millón de euros.
El concejal de Movilidad y presidente de Emasa, Martín Vila, no ha dudado en hablar de “boicot” por parte de la oposición, “que en ningún momento ha argumentado razones para desestimar estas cuentas. Ninguno de los consejeros, ni Juan José Ortiz (PP), ni Natalia Álvarez (PSOE), ni Carmen Hidalgo (Cs) han alegado motivo alguno a pesar de habérselo reclamado expresamente”. Es por ello que se les ha otorgado un plazo de cinco días hábiles para que especifiquen por escrito cuáles son los aspectos de la formulación de las cuentas que rechazan. Y ello, con objeto de volver a convocar una nueva reunión del consejo para la aprobación de dichas cuentas.
El PSOE, muy preocupado, ha pedido ya un plan de viabilidad para esta empresa municipal; mientras el PP ha vuelto a pedir la dimisión de Vila al frente de la sociedad, ya que, dice, “lleva meses maquillando la quiebra financiera de la empresa con una contabilidad ficticia”.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, desde el Ayuntamiento se recuerda que el sector del aparcamiento se vio gravemente afectado por las restricciones de movilidad y el confinamiento frente a la pandemia del coronavirus, por eso las cuentas de 2020 de Emasa “arrojan unas pérdidas de un millón de euros”.
A lo que se añade también la decisión de sustituir a todo el personal con cualquier dolencia durante el periodo de crisis sanitaria; o bien la gratuidad del uso de los aparcamientos subterráneos al personal sanitario.
No obstante, estas pérdidas se vieron paliadas con la formalización de un crédito ICO por valor de 1,1 millones de euros. Una póliza de crédito que ni tan siquiera ha hecho falta agotarla. Y asimismo, para fortalecer a la sociedad se amplió el capital social incorporando la tribuna del estadio Nuevo Mirandilla que tiene un valor de 4 millones de euros. Por todo ello, “queda demostrado que se ha actuado para garantizar la viabilidad de la empresa”, se remarca.
Lo llamativo es que en el consejo de administración, para ampliar la información a los consejeros, y sin que fuera necesario en ese punto para la aprobación de la cuenta general, se ha informado de la “situación real” de la sociedad en 2021, “demostrando que a día de hoy la empresa ha mejorado incluso la cifra de negocio de 2019, por lo que la empresa, lejos de verse en peligro, tiene la previsión de cerrar el presente ejercicio con superávit”. Todo ello en un año en el que durante el primer trimestre también hubo restricciones a la movilidad.
Por todo esto, Martín Vila asegura “no entender el boicot a la aprobación de una cuenta general, hecho éste que sí que puede poner en peligro a la sociedad”, por lo que se ha exigido que, por escrito, los consejeros manifiesten qué objeción tienen a la cuenta general para así convocar de nuevo el consejo de administración.
Este concejal izquierdista recuerda que el PP, entonces en el gobierno local, ya trató de “mandar a la quiebra” a Emasa en 2014 con la obra del aparcamiento de Astilleros, “y nosotros como equipo de Gobierno lo frenamos, para garantizar la continuidad de la empresa y de los puestos de trabajo. Por eso lamentamos que Juancho Ortiz vuelva a la carga con esa intención acompañados del PSOE y de Ciudadanos”.
En este punto, la versión del ahora principal partido de la oposición es que el actual Ejecutivo local “dilapidó los 2 millones que tenía la empresa en 2015 para el aparcamiento de plaza de Sevilla, rechazó de manera sectaria la financiación aprobada para ese proyecto y comenzó su particular cruzada contra el vehículo privado, lo que ha provocado -interpreta- ese millón de euros de pérdidas al año, lo que pone en evidente riesgo la sociedad y los puestos de trabajo”.