JORNADA 30. Derbi andaluz, derbi agónico, derbi de pasión, derbi en plena noche de Viernes Santo con las procesiones guardadas en sus templos ante la amenaza de temporal a la misma hora que este choque en lo más bajo de la clasificación de LaLiga EA Sports, midiendo a Cádiz y Granada, el penúltimo estrenando a José Ramón Sandoval en el banquillo; en un Nuevo Mirandilla con cerca de 15.500 espectadores que al final se mojaron mucho menos de lo previsto.
Ambos ya, a estas alturas de competición, con muy poco que perder y ¿mucho? que ganar, aunque sea la esperanza de seguir conservando mínimas posibilidades de salir del boquete que les envía directamente a Segunda. Aunque toca depender de tropiezos de Celta, Sevilla, Rayo, Mallorca…
“Estas dos semanas nos han venido bien para preparar, refrescar, descansar también y afrontar este partido con mucha ilusión. Los que no están jugando demasiados minutos están preparados para jugar. Tenemos un equipo que trabaja bien y que está unido, con esto me quito el sombrero”, apuntaba en la previa Mauricio Pellegrino, incidiendo en que “hay que tener el foco puesto en lo que tenemos que hacer y eso nos va a dar vida hasta el final”.
En el once local, apenas los cambios de Maxi y Osuso por Chris Ramos y Fali. Así, en el titular aparecía Conan; Iza, Luis Hernández, Fali y Chust, en defensa; Rubén Alcaraz y Kouamé, en el centro del campo, con Sobrino y Robert Navarro en los extremos; y arriba, Juanmi y el delantero gaditano.
Un cabezazo picado y manso de Ramos rozando el minuto 15 se convertía en la primera ocasión más o menos peligrosa del Cádiz, llevando el peso del encuentro desde el pitido inicial ante un Granada alérgico a la bola, aunque intenso atrás y en la presión, sin dejar pensar con claridad a los gaditanos.
Pasado el minuto 20, se acercaban de nuevo con peligro los amarillos, ante protestas infantiles de los nazaríes, y el disparo cruzado de Rubén Alcaraz se marchaba fuera; en la siguiente, a la media vuelta Juanmi golpeaba forzado y fácil para Batalla; y todavía se concatenaba otra tercera acción interesante de Robert, entrando en el área y obligando a intervenir al portero.
Fali, casi sin quererlo, un poco más y la cuela por toda la escuadra en un despeje lejano ya en la recta final de una primera mitad dominada por lo de casa, demostrando ambición sin fortuna ni culminar muchas de las intentonas, frente a un rival pobre e inferior a la defensiva.
GOLAZO, Y SENTENCIA ANULADA
La segunda parte arrancaba con cambio obligado en el banquillo cadista: se quedaba en la caseta Rominigue Kouamé con molestias y entraba en su lugar Álex Fernández. Y pronto llegaba el merecido premio para el Cádiz, el golazo de Robert Navarro en el 51 cuando los de Sandoval parecían por fin querer jugar a algo con la pelota.
El 1-0 inyectaba todavía más confianza entre los amarillos, por momentos, y aumentaba las dudas e inseguridad del Granada. En el 65, con el panorama más igualado, Fali tocado pedía el cambio y le reemplazaba Ousou; en la siguiente acción, Conan Ledesma salvaba una falta, y en el córner posterior, un revoltijo de piernas y patadas sin sentido casi da un susto al Nuevo Mirandilla.
Rubén Sobrino lo intentaba en el minuto 74, pero muy desviado. Era su última intervención antes de ser sustituido, junto a Robert Navarro, ovacionado, por Alejo y Pires, respectivamente.
Un trallazo de Iza Carcelén, al borde del área, levantaba el ‘uy’ en la grada; igual que una internada de Chris Ramos que acababa en saque de esquina y golazo de Juanmi de cabeza, anulado por el árbitro por supuesta falta previa; y otro remate eléctrico del incombustible gaditano, sin puntería.
Alcanzado el minuto 84, Chris Ramos dejaba su sitio en la delantera a Sergio Guardiola, y Méndez lanzaba con potencia desde fuera del área para acongojar a los cadistas, rozando el larguero.
Ya en los seis minutos de descuento se sufrió más por lo corto del resultado que por un peligro real del rival. Aun con tensión y nervios, este Cádiz demostró templanza y saber jugar la propina antes de poder celebrar otros tres puntos clave para seguir creyendo en la salvación y meter presión a los que merodean por encima del descenso.
“El equipo va creciendo y teniendo la sensación de que puede ganar partidos. Vamos madurando jornada tras jornada”, sentenciaba en rueda de prensa el técnico argentino, satisfecho de los suyos. Y a esperar la visita del Barça dentro de dos semanas. DIARIO Bahía de Cádiz