El Cádiz se impuso en el campo del Betis (0-2) en un caluroso derbi del que se podría hablar del árbitro, las dos expulsiones sufridas por los de Pellegrini y alguna otra roja perdonada. Pero también del partidazo de Bongonda y de la emoción de Chris Ramos al marcar su primer gol de amarillo.
JORNADA 28. Tras la dolorosa e injusta derrota de la pasada jornada en casa ante un rival directo, el Sevilla, el Cádiz logra dar una alegría a los suyos ganando por primera vez en su historia en el Benito Villamarín en otro intenso derbi andaluz, en la sobremesa del Domingo de Resurrección, marcado por el calor, el arbitraje y unos jugadores béticos desquiciados ante un rival competitivo, que supera al fin los 30 puntos en la tabla y toma aire, oteando con un poco más de distancia el descenso directo.
Los gaditanos salieron al verde, arropados por unos mil cadistas en las gradas, por: David Gil; Iza (la justicia le ha levantado cautelarmente la sanción), Pacha Espino, Luis Hernández y Fali, en defensa; Alcaraz y San Emeterio, en el centro del campo; con Sobrino y Bongonda en los extremos; y arriba, Guardiola y Chris Ramos. El gaditano, estrenando titularidad.
Y no empezó mal el Cádiz, con personalidad e incomodando la salida de balón de un Real Betis que pelea por posiciones europeas. Y en el minuto 3, el belga-congoleño gozaba de una inmejorable oportunidad tras una pérdida de balón, pero se encontró delante a un Rui Silva con reflejos.
A esta ocasión le sucedieron varias interesantes en cada portería: la de Rodri mandándola a la red en el 11, o la de Miranda de cabeza, asistido por Canales en el 23. Y poco antes, en la otra área, otro cabeceo de Chris Ramos aprovechando el centro por la izquierda de Bongonda.
Se desarrollaba bonito y competido el duelo. Y llegaba la acción clave del minuto 36, que desestabilizó a los hombres de Pellegrini: un agarrón de Sergio Canales a Sobrino que enfilaba (casi) solo hacia portería, y el árbitro no dudada en mostrarle roja y a la calle. Una estricta y discutida expulsión mientras el VAR miraba a otro lado. Sin embargo, poco después sí se le perdonaba esta misma pena a Ayoze.
Con uno más en el campo, el Cádiz casi se veía obligado a darlo todo para ganar y pudo ponerse por delante en el marcador en dos acciones antes del descanso: otro centro de Théo Bongonda que remataba Chris Ramos fuera por muy poco; y un cabeceo de Sergi Guardiola que se iba por encima de la portería.
GOLES Y UN BETIS ALTERADO
Tras la reanudación, pronto los visitantes se ponían por delante en el marcador gracias a un penalti claro, una mano de Juan Miranda. Rubén Alcaraz no fallaba desde los once metros en el minuto 53. Pero el alegrón de los cadistas era todavía mayor cuando cinco minutos después hacía el 0-2 Chris Ramos, culminando un enorme contragolpe de Bondonga. El gaditano no podía evitar las lágrimas en su primer gol con la camiseta de su equipo.
Al mazazo para los verdiblancos se le unía una segunda expulsión, la de Aitor Ruibal por una agresión a Fali. Poco después se les perdonaba otro penalti sobre Sobrino, y Miranda debió ver la roja por una hostia a Iza. Estaban más que calentitos los de casa.
Con el paso de los minutos, se iban calmando algo los ánimos y el Cádiz trataba de manejar los tiempos para conservar el resultado sin sobresaltos, aunque en el 67 el lateral portuense se vestía de héroe sacando bajo la línea el remate de Abner. Igualmente, ya en el descuento (cuatro minutos sólo…), Rui Silva evitaba el 0-3 en un mano a mano con Roger.
Finalmente, estos tres puntos “muy valiosos” y a domicilio, en la lucha por evitar el apretado descenso a Segunda, se vienen para la Tacita. “Hemos superado la barrera psicológica de los 30 puntos”, se felicitaba el técnico Sergio González en la rueda de prensa posterior: “estuvimos muy bien y hemos entendido bien el partido. Es verdad que esa expulsión nos da un poquito más de confianza, un poquito más de tranquilidad y entendemos que es una oportunidad a partir de ahí que no queremos desaprovechar”. DIARIO Bahía de Cádiz