El fuego se apagó, sin mucha resistencia. En la noche del sábado al domingo se celebró en Cádiz la última barbacoa del Trofeo Carranza que, según lo decidido meses atrás por el Ayuntamiento, pasa a prohibirse a partir de 2017, después de que en los últimos años la ¿tradicional? fiesta haya sobrevivido como macrobotellón en la arena, cuestionada por la agresión medioambiental que supone. Pese al molesto levante, unas 17.000 personas de media no han querido perderse esta histórica jornada del ‘adiós’, que ha dejado cerca de 13 toneladas de basura. Pasadas las 8 de la mañana, la zona acotada ya estaba adecentada.
El fuego se apagó, ayudado además por el levante. En la noche del sábado al domingo se celebró en Cádiz la considerada última barbacoa del Trofeo Carranza (en lo deportivo, ha triunfado el Málaga) que, según lo decidido meses atrás por una mesa creada al efecto por el Ayuntamiento con sectores implicados y afectados, pasa a prohibirse a partir del verano de 2017, después de que en los últimos años la ¿tradicional? fiesta haya sobrevivido convertida en macrobotellón en la arena, básicamente, y cuestionada por la agresión medioambiental que supone.
Según los cálculos municipales, a esta edición de las barbacoas acotadas en esta ocasión entre los módulos 3 y 6 de la playa de la Victoria, además de en La Caleta, se han sumado de media alrededor de 17.000 personas (13.000 menos que en 2015, cuando se hablaba de unos 30.000 asistentes), contándose la mayor afluencia sobre las dos de la madrugada con unas 25.000 personas, la gran mayoría pandillas de jóvenes. Y sin contar los miles de gaditanos y turistas que paseaban y curioseaban por el paseo marítimo, contemplando el ‘espectáculo’ e inmortalizando esta estampa playera nocturna y festiva para la intrahistoria de la ciudad.
Los asistentes se concentraron sobre todo en una zona concreta de la Victoria, entre el módulo 3 y 4, en una superficie total de 17.680 metros cuadrados (a una media de algo menos 1,5 personas por m2 en el momento de máxima afluencia y de menos de una persona por m2 de media). Todos tuvieron que soportar y sufrir un molesto invitado que tampoco quiso perderse este anunciado ‘funeral’: el viento de levante, con rachas de 35 km/h de media.
Y para animar a empezar a ‘apagar’ las brasas, el Ayuntamiento ya ha promovido este fin de semana conciertos gratuitos alternativos en zonas alejadas de las acotadas, frente a la tapia del antiguo cementerio y a la altura de la calle Brasil.
Finalmente, el evento este 2016 ha dejado 12,7 toneladas de basura (unas nueve menos que el pasado verano) que recogieron los 210 operarios de limpieza que conformaban el dispositivo especial y que dejó la zona acotada para estas barbacoas limpia en apenas dos horas, sobre las 8.00 horas (con las bolsas de basura dispuestas para su traslado). A las 6.00 horas, como en las últimas ediciones, se terminaba de desalojar a los más rezagados y fiesteros de la arena.
En este punto, el concejal de Medio Ambiente y Playas, Manuel González Bauza, evidencia en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que estas labores “este año concluyeron antes y con menos desperdicios recogidos debido a la menor afluencia de público”. De este modo, a las 11.00 horas los servicios de playa abrieron con total normalidad como cualquier día de agosto.
Pese a ser la última noche de barbacoas del Trofeo, al igual que en años anteriores, se van a realizar analíticas de arena. En total, se prevén llevar a cabo cuatro analíticas (tres en la zona de la celebración y una en Cortadura, que servirá de contraste o blanco): una en el día en que comienza el evento, otra al día siguiente, justo una semana después y también dos semanas después. Igualmente se realiza una analítica de agua este domingo.
Desde el Ayuntamiento se destaca además la participación de los 50 voluntarios del movimiento vecinal que durante la tarde del sábado repartieron 5.000 ceniceros ecológicos y 3.000 bolsas de basura entre los asistentes a la controvertida fiesta.
LAS INCIDENCIAS
Durante la noche y madrugada, las 25 personas que formaban el dispositivo sanitario atendieron 62 incidencias, de ellas 46 en el módulo central. La mayoría de estas intervenciones se debían a comas etílicos por consumo de alcohol, y lo más preocupante, todas ellas de menores, y para realizar lavados oculares por presencia de cuerpos extraños motivados por el fuerte viento.
El único incidente “reseñable”, anotan fuentes municipales, tuvo lugar sobre las 5.30 horas, cuando un menor con domicilio de Jerez se negó a abandonar la playa y acabó agrediendo a uno de los 65 agentes de la Policía Local del dispositivo especial, por lo que se han abierto diligencias por un presunto delito de resistencia y atentado a la autoridad.
Por su lado, Policía Nacional y Guardia Civil aportaban en conjunto más de 100 agente a este dispositivo de seguridad.
HASTA SIEMPRE…
Las horas bajas en la que se había instalado esta noche de las barbacoas (con el paso del tiempo, sobre todo bebecoas) era más que evidente desde hace veranos, si se atienden a sus cifras, pese a que 30.000 personas, siguen siendo muchas. Pero es que hace algo más de una década, en 2005, se llegó a hablar hasta de 300.000 cuando el propio Consistorio (entonces, con Teófila Martínez como alcaldesa), promovía la asistencia con el objetivo de alcanzar algún record güiness al olorcito de pinchitos y choricitos al fuego. Luego se arrepentiría visto el estado en el que quedaba la Victoria, y comenzaría a ponerle límites, pero nunca se atrevió a la decisión ¿impopular? de prohibir el evento (que antes promocionaba), cuestión que sí ha tomado el actual equipo de Gobierno.
A partir de informes de la Demarcación de Costas señalando la importante contaminación del litoral posterior al evento, y de fotos vergonzosas de sofás y otros bártulos abandonados en la arena, la simpatía hacia esta celebración cambió radicalmente para muchos y la administración local optó por minimizar todo lo posible esta fiesta vinculada a la final del Trofeo, acotando un espacio de la playa para las barbacoas e imponiendo un límite horario, todo ello con el pretexto de facilitar la limpieza.
Y este 2016, con la paradoja añadida de que en 2015 el Gobierno de Por Cádiz sí se puede y Ganar Cádiz en Común apostó (con discusión interna) sorprendentemente por ampliar en 200 metros la zona acotada, se ha tomado la determinación, aprobada en pleno, de suprimir estas barbacoas del calendario festivo local a partir de agosto de 2017, y proponer otras alternativas de ocio en paralelo al Trofeo.
Dicen que todo lo que empieza tiene un final, aunque en este caso no se sabe muy bien quién y cómo empezó todo allá por la década de los 80 del siglo pasado, e incluso antes… sí se sabe quién le ha puesto fin, el ¿adiós? Se apagó el fuego, y sin mucho resistencia.
FOTOS de las barbacoas del Trofeo 2016, AQUÍ
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