El festival No Sin Música de Cádiz cierra su sexta edición prometiendo “volver” en 2019. Y es que esta cita ya referente en el verano gaditano continúa consolidándose, superando la cifra de asistencia de 2017, con un cartel con actuaciones memorables, como las de Bunbury, Vintage Troublé, Residente, Izal, Kase.O o Mala Rodríguez.
El Puerto de Cádiz ha vivido intensamente la música y la fiesta durante tres jornadas, del 19 al 21 de julio (más el previo de Off No Sin Música, con bandas emergentes locales); jornadas marcadas por la variedad de estilos: pop, rock, soul, hip hop y alguna que otra bullanga. El festival, anclado al lado del mar y al mismo tiempo sumergido en el corazón de la ciudad más antigua de Occidente, insiste en desmarcarse del resto “por ser cercano, cómodo, familiar y completamente abierto al disfrute popular; un festival diferente, que se disfruta de una forma distinta y que sin muchas pretensiones ha logrado algo grande”.
Este año, según revela la propia organización en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el No Sin Música se despide con 35.000 asistentes (alrededor de 30.000 se contabilizaron el pasado verano) y “con la satisfacción muy alta de haber cumplido un sueño”, llegar a esta sexta edición “desmarcándose de la línea habitual festivalera y apostando por una línea coherente en la programación de su cartel artístico, mejorando la infraestructura y sobre todo consiguiendo que los asistentes no duden en volver en 2019”.
El mismo alcalde, José María González ‘Kichi’, ha valorado muy positivamente el transcurso de este festival que se calcula que ha generado un impacto económico en la ciudad de “en torno a los 2 millones de euros”. “Podemos confirmar que este festival se ha consolidado en nuestra ciudad como una cita ineludible cada verano”, ha celebrado el primer edil, resaltando “el buen ambiente vivido estos días”, que “dota a la oferta de ocio del verano gaditano de una gran imagen”.
El completo cartel, añade González Santos, “ha convertido al No Sin Música en “uno de los mejores festivales de música estivales de Andalucía”. Prueba de ello, “es la cantidad de gente que nos ha visitado este fin de semana atraídos por el festival”; por lo que ha agradecido a la organización su apuesta un año más por la capital para acoger este tipo de eventos de tanta envergadura y que “está situando a Cádiz dentro del mapa musical en nuestro país”.
El Ayuntamiento, la Diputación, la Autoridad Portuaria Bahía de Cádiz, Bernardino Abad, Cruzcampo y ron Brugal, acompañan a la organización privada, la promotora NSMFest, como principales patrocinadores del evento de este 2018. A todos ellos, y al resto de implicados, el festival agradece su “entrega y apoyo”. Y por encima de todo, “a nuestro público que hacen posible que cada año celebremos una nueva edición”.
TRES JORNADAS DE MUCHA MÚSICA
El sábado 21 finalizaba el sexto No Sin Música con “actuaciones espectaculares para dejar buen sabor de boca”, relata la propia organización. Fue la clausura con más actitud, desde el inicio de la tarde con el rock más setentero bien rodado de The Milkyway Express, el humor titánico de Antílopez y la explosión más volcánica del festival, los sensacionales Vintage Troublé que “revolucionaron al público nada más salir”, con su puro blues rock.
La elegancia más estudiada y exquisita llegó de la mano de Bunbury con un show repartido entre canciones de su nuevo trabajo y viejos hits de Héroes del Silencio. Todo un dandy del rock, de lo más disfrutado de la noche. Hacia medianoche, Residente y su banda cambiaron el ritmo y llevaron al público hacia terrenos más reflexivos con sus canciones de activismo y compromiso. El punto final lo pusieron los grandes magos de la juerga, La Pegatina, “expertos en serpentinas de colores que hacen que el baile final sea una auténtica fiesta”.
En el escenario secundario, la cosa estuvo reñida con el rock de Last Drop, el mestizaje de La Tarambana, Santísima, El Lobo En Tu Puerta y el rock&roll desenfrenado de los sevillanos Los Labios.
El viernes, la cita arrancaba con la música de Shinova y San Remo, antes de Viva Suecia, uno de los grupos indies del momento. Con los últimos rayos de sol, el “alien circular” de KASE.O descendía desde los mismos infiernos para acoger con toda maestría a los más cercanos al hip hop. Acompañado por su alter ego R de Rumba, hermano de palabra y corazón de Violadores del Verso dio un buen repaso a su último trabajo y recordó algunos de los temas clave de VDV. Y con la noche ya entrada aparecía en el escenario grande el grupo más esperado de la jornada: IZAL tomó Cádiz y se hizo querer. Hits como ‘La mujer de verde’ y ‘El baile’, con un Mikel apoteósico bajando las escaleras llevaron al clímax a los miles de fans. Seguidamente, Dorian ofrecieron un concierto sobrio, habitual en los directos de los catalanes. Y el viernes, ya bien de madrugada del sábado, lo clausuraba ZOÉ, que aguantaron el tipo y ofrecieron uno de los shows más elegantes y especiales del festival.
Y el arranque del jueves tuvo actuaciones entrañables en el Brugal Stage como las de la banda We The Lion que a pesar de enfrentarse muy temprano al comienzo del No Sin Música 2018, ofrecieron un concierto lleno de matices. Tras ellos, atronadores, llegaba la banda de Marky Ramone, que “tocó 38 temas sin respirar y sin tiempos de rescate”, marcándose un concierto más que digno con claros guiños históricos ramonianos. El turno de los chicos de las camisetas de tirantes blancos LA M.O.D.A. ya caída la tarde lució de lo más generosa demostrando en cada uno de sus conciertos que son una de las bandas actuales más brillantes, no solo por sus letras y composiciones melódicas sino por la forma tan cercana de llegar al público.
El pop de Sidecars llegó a la hora y en el momento adecuado, con sus estribillos previsibles pero muy bien aprendidos también se llevaron de calle al público. La madrugada de la primera jornada fue para el espectáculo arrollador de Mala Rodríguez que con su escenografía y su equipo de baile femenino conquistó a los miles de asistentes. La Pompa Jonda echaron el cierre más divertido. Al otro lado, en el escenario pequeño, también se tuvieron momentos álgidos con actuaciones altamente volcánicas como las de Dinero.