La estación de bombeo de aguas residuales (EBAR) Alcalde Juan de Dios Molina, más conocida como La Martona, en Cádiz, ubicada en la avenida de la Sanidad Pública, contará con una planta fotovoltaica en la cubierta.
La actuación promovida por la empresa municipal Aguas de Cádiz tiene por objeto la puesta en marcha de dicha instalación para consumo eléctrico en la propia Martona e inyección de excedentes a la red de distribución. Como fuente de energía renovable, permitirá un importante grado de autoconsumo energético, reduciendo así la facturación eléctrica anual y un importante ahorro de emisiones de CO2.
Se acaba de sacar a licitación la actuación por casi 136.000 euros y un plazo de ejecución de algo más de tres meses. Por motivos de interés público y de Aguas de Cádiz, el inicio de la obra y su acta de replanteo podrá demorarse hasta un plazo máximo de seis meses.
Según recoge el proyecto de la actuación, en la que es la estación de bombeo más grande de la capital gaditana se levantarán 197 paneles fotovoltaicos de última generación, de 400 Wp cada uno, con tecnología avanzada que permite aprovechar al máximo la radiación y con placas de vidrio a doble cara para hacerlas inmunes a los conocidos efectos de la corrosión que se produce en las estaciones de aguas residuales.
La planta estará dotada de cuatro inversores de 20Kw, con una potencia nominal de la planta de 77,815 kWp y una generación anual de energía de, aproximadamente, 133.872 kWh al año, lo que equivale al consumo medio doméstico anual de 41 viviendas.
Esta energía se empleará en el autoconsumo de la Martona, estación de bombeo por la que circula casi la totalidad de las aguas residuales de la ciudad y buena parte de las pluviales. Con esta planta fotovoltaica se prevé cubrir casi un 12% de las grandes necesidades energéticas que requiere la instalación, según se detalla en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
La vida útil de la futura planta se estima en 25 años. Al margen de los beneficios medioambientales que supone, esta empresa cien por cien del Ayuntamiento espera amortizar la instalación en un periodo de unos ocho o diez años; y calcula que el ahorro total (hasta que deje de funcionar) será, aproximadamente, de 458.000 euros.
Aguas de Cádiz insiste en que está siendo pionera entre las operadoras del ciclo integral del agua en la eliminación de la huella de carbono y de la huella hídrica. Además, la empresa municipal sigue estudiando otros métodos y medios que permitan descarbonizar la empresa, ya sea mediante otros generadores de energía o mediante la reducción de sus consumos.
Esta futura planta se une a otras ya instaladas en instalaciones de Aguas de Cádiz. La primera de ellas, y de mayores proporciones, fue la que se levantó en la azotea de sus oficinas del edificio de María Auxiliadora. A esa le siguen otras en la cubierta del almacén que la empresa tiene en la Zona Franca, y en estaciones de bombeo menores.