La concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz inauguraba a principios de julio dos de las muestras que ofrece este verano a vecinos y visitantes, en principio visitables de forma gratuita hasta el 27 de septiembre. El Espacio de Creación Contemporánea (ECCO) se ha abierto a la exposición temporal ‘10 de Marzo de 1820. Los mártires sacrificados por la tiranía’, y una de las salas del castillo de Santa Catalina acoge ‘Expone’.
La exposición ‘10 de Marzo de 1820’ está organizada por el Archivo Histórico Municipal, junto a la Fundación Municipal de Cultura, y cuenta con las especiales colaboraciones del Museo de las Cortes de Cádiz, Onda Cádiz, la Biblioteca Municipal José Celestino Mutis, la Fundación Federico Joly Höhr, la Biblioteca de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras, el Obispado de Cádiz y Ceuta y Miguel García Díaz.
Esta iniciativa recuerda los días de “terror y muerte” que la capital gaditana vivió hace doscientos años, mientras se manifestaba de manera pacífica en la plaza de San Antonio y lugares aledaños, para conmemorar la vuelta de la Constitución de 1812, promulgada en la ciudad y con una corta vigencia.
Desde el fin de la Segunda República este hecho traumático quedó en el olvido, siendo habitual que en años anteriores, desde la finalización de la llamada Década Ominosa, en 1833, se celebraran anualmente, cada 10 de marzo, prácticamente sin interrupción, homenajes y exequias por aquellas víctimas inocentes, cuyos restos descansan en la cripta del Oratorio de San Felipe Neri, al lado del mausoleo de los diputados doceañistas.
‘EXPONE’
Por otro lado, la sala de San Nicolás Alto del castillo de Santa Catalina alberga ya la muestra ‘Expone’, de la tertulia fotográfica Balaustrada, que celebra sus 35 años.
“Retratar el mundo para posteriormente compartirlo a través de nuestras instantáneas, es una de las labores más importantes y satisfactorias que puede experimentar todo fotógrafo que se precie”, remarcan los promotores de esta exposición.
La muestra por este aniversario se compone de una “colección de fragmentos de tiempo impresos”: “rostros anónimos, escenas cotidianas, algunas de ellas reconocibles, variopintos rincones, sutiles bodegones que inmortalizan la belleza más minimalista, cautivando siempre nuestros sentidos con un exquisito marcado gusto compositivo, en atractivos juegos geométricos, imposibles puntos de vista, y ese ingenio creativo propio de los grandes maestros, cualidades que ponen de manifiesto el dilatado bagaje de todos y cada uno de los miembros de este grupo de amigos fotógrafos”.