JORNADA 31. El Anxo Carro acogió en la noche del viernes, estrenando la jornada en Segunda, un duelo entre dos equipos en los extremos de la tabla clasificatoria: el Lugo, luchando para huir de los puestos de descenso directo, y el Cádiz, aupado en el liderato y tratando de evadirse de posibles sanciones de la FIFA y de la supuesta llegada de un inversor norteamericano.
Algo más relajado, tras la victoria en el Carranza ante el Almería, Cervera alineaba de inicio en tierras gallegas a: Cifuentes, bajo palos; Iza Carcelén, Pacha Espino, Juan Cala y Marcos Mauro, en defensa (Fali está sancionado por acumulación de amarillas); José Mari y el canterano Segio González en el centro del campo, con Álex Fernández más adelantado; y Salvi, Alejo y Choco Lozano, arriba. “No hay tantas diferencias en esta categoría, sólo están en los errores que se cometen”, avisaba el técnico en la previa, reflexionando que “un buen vestuario suma mucho más que los aspectos deportivos”.
La primera mitad más que por fútbol, ocasiones y tensión, sobresalió por dos acciones que marcaron el resto del encuentro: una expulsión que dejó a los gaditanos con uno menos, y el 0-1 inesperado cuando todo parecía ya en contra. En demasiados minutos de tanteo y respeto, apenas se sucedió, como reseñable, un cabezazo de Carrillo por parte local, y un remate de Alejo desde la frontal que se marchaba fuera por poco.
Y en el minuto 25 llegó la justa roja directa el capitán del Cádiz, Alberto Cifuentes, por salir con todo de su área a por un balón, tras un error defensivo, y arrollar a Gerard Valentín (había tocado incluso antes la pelota con la mano, como evidenció el VAR), que tuvo que abandonar el terreno y marcharse al hospital.
David Gil salía al campo (debutando este año en liga) y se retiraba Iván Alejo. A seguir con uno menos y demasiada pelea por delante. No pasaba mucho, más allá de la controversia por la jugada de Cifu, y en el 36 marcaba el primero el conjunto visitante, para sorpresa de todos: un centro a la perfección de Salvi por la derecha (volvió a su banda tras ser sacrificado Alejo), rematado con la cabeza por Choco. Poco más deparó esta accidentada parte, salvo un fuera del juego del excadista Carrillo y un disparo de Kravets que repelía con el cuerpo Álex, más allá de los lógicos cuatro minutos de propina.
Cruzado el ecuador, el Lugo a la desesperada y aprovechándose de un Cádiz mermado y cada vez más metido en su campo, se hizo dueño y señor de la situación, y a la vez, convertía en protagonista al portero suplente amarillo, que nada más reiniciarse la partida se sacaba un paradón, frustrando un cabeceo de El Hacen.
Y no sería la única intervención meritoria de Gil (jugó hasta medio lesionado) en este tiempo de acoso y derribo lucense y de sufrimiento amarillo… hasta que en el 80 ocurrió lo que se veía venir, el empate en el marcador, en los pies de José Ángel Carrillo, sí. Poco antes, Akapo (no con mucho acierto en la jugada del gol) reemplazaba al delantero hondureño.
Cuatro minutos después pudo subir el 2-1, anulado por el árbitro y el VAR por fuera de juego. Y en el 93, no terminó ganando el conjunto lucence por el bendito larguero: Pita la estrellaba a la madera al botar una peligrosa falta desde la frontal.
Un punto más que sudado y cosechado jugando gran parte del choque con un hombre menos, que asegura que una jornada más este Cádiz continuará líder de Segunda. “Cuando te quedas con diez sólo queda trabajar y sufrir. Nos vamos medio contentos”, terminaba afirmando Álvaro Cervera. DIARIO Bahía de Cádiz