En la tarde de este domingo de ‘puente’ festivo, el Cádiz jugó uno de sus partidos más pobres de la presente campaña, y sin embargo, una combinación de suerte, una genialidad de Güiza y un Cifuentes inspirado, permite a los de amarillo sumar por primera vez tres puntos a domicilio: un sufrido 0-1 injusto visto lo visto sobre el Anxo Carro, que supone además el cuarto partido consecutivo sin perder. Se sale de momento de zona de descenso y toca respirar, coger confianza y mantener la calma.
Parecía que este Cádiz debutante en Segunda no le ganaba ya a nadie, la victoria se estaba convirtiendo en una obsesión; y cuando menos se mereció, se logró, seis jornadas después. En la tarde de este domingo de ‘puente’ festivo para muchos, los de Álvaro Cervera jugaron uno de sus peores partidos de la presente campaña, y sin embargo, una combinación de suerte (ya tocaba), una genialidad de Dani Güiza y un Cifuentes inspirado bajo la portería, permite a los de amarillo (esta jornada de verde) sumar por primera vez tres puntos a domicilio: un sufrido 0-1 injusto visto lo visto sobre el Anxo Carro, ante unos 4.500 espectadores, que supone además el cuarto partido consecutivo sin perder. Se sale de momento de zona de descenso y toca respirar, coger confianza y mantener la calma, que LaLiga 1|2|3 es eterna.
Cifuentes bajo palos; Carpio, Sankaré, Migue, Luis Ruiz, en defensa; José Mari, Abdullah en el centro del campo; y más arriba Salvi, Álvaro, Gorka Santamaría y Ortuño, conformaron el once inicial del Cádiz, con varias novedades con respecto al último encuentro por las bajas obligadas de Aridane y Calvo, cumpliendo sus respectivas sanciones, o de Brian Oliván lesionado.
El balón estuvo durante la primera parte casi todo el tiempo en los pies de los gallegos, que poco a poco generaron verdadero peligro sobre la portería gaditana, sobre todo en el tramo final de este periodo. Antes ya había avisado Pedraza en el minuto 25. La casi única ocasión de los de Cercera la tenía Álvaro a pase de Alfredo Ortuño, pero no acertaba ante José Juan, cuando se cumplía la media hora.
Los últimos minutos antes del descanso no subió el tanto del Lugo al marcador de milagro y Alberto Cifuentes comenzó a erigirse en fundamental para su equipo. Se lució en dos tiros de Pedraza y uno de Adriá, pero el gol cantado lo evitó el palo en un centrochut de Leuko que Joselu remató casi sin ángulo y estrelló en la madera.
El Cádiz se fue a las duchas sin creerse que la igualada se mantenía, y Cervera hacía su primer cambio sin esperar más, sacando a Nico Hidalgo por Salvi (poco después entraría Güiza por Santamaría). Durante el reinicio de la partida, el acoso lucense cesó en intensidad, pero no el peligro, como la oportunidad de Joselu, que mandó fuera desde el área pequeña.
Precisamente los dos nuevos hombres en el campo eran protagonistas en el minuto 18, cuando saltaba la sorpresa: una internada por derecha de Nico fue recibida por el jerezano dentro del área que, recurriendo al taconazo, dejaba la pelota a Alvarito para que hiciera el 0-1, ante una defensa local mejorable.
En lo que quedaba de choque, tocó sufrir un poco más si cabe y encomendarse al Cifuentes de sus mejores tardes para amarrar esta valiosa primera victoria a domicilio de la campaña cuando más se necesitaba, y quizá menos se mereció. Y ya en el descuento, el utrerano llegó a tener el segundo en sus botas a la contra.
“Hemos sufrido tanto en la primera mitad como en la segunda, pero el fútbol es así. A veces eres mejor, pero al final el que gana es el que las mete”, admitía Cervera, aliviado, tras el partido; subrayando que lo más importante ahora “es la tranquilidad. Llevamos una línea y deseamos que el equipo entrene tranquilo y que el jugador se vea reforzado, porque no estamos haciendo las cosas tan mal”.
Estos tres puntos permiten al Cádiz salir de zona de descenso directo y afrontar con otra cara la visita del Huesca del próximo sábado al Ramón de Carranza. DIARIO Bahía de Cádiz
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