La segunda fase de la futura nueva terminal de contenedores del Puerto de Cádiz ha alcanzado el último trámite previo a su licitación. Siguiendo la Ley de Contratos del Sector Público, al tener un importe superior a los 12 millones de euros debe tener el visto bueno del Consejo de Ministros, y precisamente la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) acaba de remitir a Puertos del Estado la documentación necesaria para recabar esa aprobación.
Este proyecto consiste en la ampliación del muelle ya ejecutado en la fase I en una longitud de 510,45 metros, con lo que se obtendrá una línea de atraque total de 1.100 metros, con calado de 16 metros respecto al cero del puerto. La superficie de explanada se incrementará en aproximadamente 10 hectáreas, obteniéndose de esta forma una terminal con un total de 40 hectáreas dedicadas al tráfico de contenedores (Lo-Lo).
El nuevo tramo de muelle se conformará con la ejecución de 13 cajones de hormigón armado, de 39,5 metros de eslora, 20,5 metros de puntal (altura similar a un edificio de siete plantas) y 24 metros de manga. Para su apoyo sobre el lecho marino se ha de dragar previamente hasta la cota -17,5 metros y disponer una banqueta de escollera de 1,5 metros de altura, sobre la que se asentarán los cajones.
Esta ampliación se cierra en su extremo sur apoyándose en el Muelle nº 5. Este muelle, finalizado en el año 1978, está conformado también con cajones de hormigón armado, pero se asientan a una cota de -9,5 metros, más elevada que los de la nueva terminal. Por ello es necesario desmontar tres cajones de su extremo mediante su reflotado, evitando las interferencias tanto en planta como en calado.
El material de relleno del recinto generado entre el nuevo tramo de muelle y las infraestructuras existentes se obtendrá del dragado general que se realiza frente al muelle, ejecutado para alcanzar las cotas necesarias para el tráfico marítimo en la terminal, y de una zona de la canal de navegación situada frente la actual bocana de entrada a la dársena.
En la explanada obtenida se ejecuta un tratamiento de consolidación de los rellenos, mediante mechas drenantes y precargas que alcanzan alturas de hasta 6,5 metros sobre la superficie de la explanada.
Los trabajos contemplados en estas futuras obras a licitar se completan con la ejecución de la superestructura del muelle, que incluye la viga cantil, elementos de atraque (defensas y bolardos), galerías de servicios, carriles para las grúas y servicios de abastecimiento de agua y protección contra incendios.
CONCASA ES LA CONCESIONARIA DE LAS FASES 1.1, 1.2 Y 2
En esta fase II no se ejecutará la pavimentación de la explanada ni los servicios asociados a esta, que deben ser realizados por la empresa concesionaria de la terminal.
Esta ampliación planteada ya está concesionada a la empresa Concasa (que ya opera actualmente en el muelle Reina Sofía), que en licitación pública fue adjudicataria de las fases 1.2 y 2 de la nueva terminal. Y previamente, en 2017, se le había adjudicado la fase 1.1, que sigue sin entrar en funcionamiento.
Principalmente, la ambiciosa nueva terminal se proyecta como una plataforma logística para las Islas Canarias y el Norte de África, con tráficos sobre todo de importación y exportación, así como cabotaje y trasbordo de contenedores.
Desde la APBC se remarca en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que, de este modo, se da “un paso más” para el traslado de la actividad de contenedores del Puerto gaditano desde el muelle Reina Sofía en la dársena comercial a la nueva terminal, permitiendo la liberación de terrenos y hacer realidad la operación de integración Puerto-Ciudad.