La salida de Salvador Chirino del Cádiz CF, tras más de veinte años actuando de forma altruista como delegado del equipo (responsabilidad que ahora se ha asignado a Enrique Ortiz), ha provocado una oleada de indignación entre colectivos de aficionados cadistas, en defensa de quien es considerado “un referente” del club y señalando directamente a la actual dirección deportiva y a la presidencia como responsables de “una muestra más de la deriva que sigue en los últimos años el club amarillo”.
La plataforma Alma Cadista, que ve a Chirino como “dignísimo heredero de otro caballero del campo como fue Antonio Navarrete”, remarca que el detonante de su marcha (según lo publicado en algunos medios) “viene provocado por ‘faltas de respeto y sentirse maltratado’ por miembros de la dirección deportiva y más en concreto de Juan Cala”.
Ante esta situación, se reclama “la marcha inmediata” del exjugador lebrijano “quien ya supuestamente habría protagonizado en las últimas semanas otros incidentes completamente inaceptables”. Pero además, se exige explicaciones al presidente Manuel Vizcaíno por esta cuestión “y otras como la investigación iniciada por la Agencia Tributaria”.
“Si hay que elegir entre lo que representa Juan Cala, como miembro de la dirección deportiva, y Salvador Chirino, tenemos claro que estamos del lado de Chirino”, subraya este colectivo en el comunicado recogido por DIARIO Bahía de Cádiz: “alguien que no defiende más colores que los del Cádiz y que no tiene que agachar la cabeza en ningún campo de España, al contrario, puede presumir de elegancia y saber estar”.
Además, se vuelve a advertir del evidente proceso de “desgaditanización” y de “la pérdida de personalidad” de un club que “más allá de la nefasta trayectoria deportiva, ha dejado de representar los valores que nos identifican como cadistas”. “Son muchos los colaboradores, empleados y empleadas, con muchos años dentro y reconocido cadismo, que se han visto obligados a abandonar antes que soportar un ambiente de trabajo que dista mucho de ser el apropiado”, repasa Alma Cadista.
“Estamos ante uno de los episodios más tristes de los últimos años y los responsables no pueden seguir ni un minuto más representando al Cádiz”, interpreta esta plataforma de aficionados, que incide en “la necesidad de que el presidente deje, de una vez, de primar sus intereses personales, sus amistades y sus negocios y le dé al club y a su afición el valor que tienen”.
“ORDENO Y MANDO MEZQUINO Y TABERNARIO”
En la misma línea se ha expresado estos días Brigadas Amarillas, que ha mostrado su “enfado y repulsa ante este nuevo menosprecio del consejo de administración” del Cádiz. Entiende que la marcha de Chirino, “uno de los símbolos que personifica la esencia del cadismo más vanguardista”, se produce “ante un conflicto enconado que se rompe por la parte del más íntegro y honesto, una canallada de parejo estilo a las que nos tienen acostumbrados los poseedores de la propiedad accionarial del club”.
De este modo, este colectivo cadista denuncia una “deriva autoritaria” por parte de los que mandan en la entidad: “deberían recalibrar su agresividad ante cualquier intento de discrepancia con el proceder de los protegidos del presidente, una dirección deportiva que tantos desastres acumulan”.
Con palabras especialmente duras, acusan a los actuales responsables de actuar “con su ordeno y mando mezquino y tabernario”, calificándolos de “chulánganos que piensan que pueden burlarse de todo y de todos”.
También cargan contra “la falta de respeto, y hasta de civismo, con lo que representa Salvador Chirino”, a quien Brigadas sitúa “en la misma mesa que el tristemente fallecido Antonio Navarrete, o Manolo Lapi y Luis Escarti”. “Se trata de un golpe traicionero al corazón del cadismo, una puñalada trapera propia de gentes sin más moral que el ego de sus billeteras”, se apostilla.