JORNADA 16. Granada y Cádiz, la pasada campaña los dos en Primera, reeditaban en la sobremesa de este sábado en el Nuevo Los Cármenes un a priori interesante derbi andaluz, pero en Segunda. Con los granadinos ya merodeando la zona alta de la tabla tras un mal inicio de campeonato y el revulsivo que supuso la llegada al banquillo de Fran Escribá; y los gaditanos todavía tratando de encontrar su lugar en esta LaLiga Hypermotion.
En la previa del choque, Paco López, que dice ver “brotes verdes” entre los suyos, evidenciaba que tras el descenso de ambos, el objetivo de este año “es el mismo para los dos, es un buen partido para ver en qué nivel seguimos estando o podemos estar. El Granada tiene un potencial que no vamos a descubrir ahora; es un reto más para nosotros, para demostrar que estamos en una buena línea”. “El equipo genera. Nos está faltando el último pase o la finalización. Estamos en ello, pero es lo más difícil en el fútbol. Necesitamos a los jugadores ofensivos al mejor nivel”, remarcaba.
Y ante las bajas de Iza y Zaldua en el lateral derecho, en el once inicial el técnico se decantaba por colocar a Fali en defensa, junto a Matos, Chust, y Kovacevic, con David Gil bajo palos. Y sin más cambios con respecto al equipo titular de hace una semana ante el Córdoba: Escalante y Fede San Emeterio en el centro del campo; Ocampo y Ontiveros, en los extremos; y Carlos Fernández y Roger Martí, en la delantera.
El encuentro echaba a rodar sin control, abierto, con alternativas en uno y otro campo, aunque con más sensación de peligro en las intentonas locales, hasta que en el minuto 14 Ricard Sánchez estaba a punto de hacer el primero, en un derechazo.
A partir de ahí, sólo se vio al Granada agobiando y a los gaditanos achicando aguas (y desaprovechando algún error defensivo casero), y en el 17 Sergio Rodelas la mandaba a la red, por fuera, ante una defensa contemplativa. Diez después, el propio Rodelas centraba y Weissman no acertaba en el remate en lo que era el 1-0 claro.
Los goles fallados daban paso a una fase de partido gris, aburrida, idónea para acompañar la siesta. Apenas se vivía un sobresalto en el 40, con un trallazo lejano de primeras, de Matos, rebañando un saque de córner. Al borde del tiempo añadido, Fali se revolcaba dentro del área y se dolía de un supuesto golpe en la cara (esperando que el VAR viera algo, que no vio); y antes del pitido que marcaba el ecuador (con los ánimos caldeados en el verde), Brian Ocampo tiraba de clase para poner en serios aprietos a Mariño.
SE AMARRA EL PUNTO
El conjunto nazarí salía a la segunda mitad con más ambición que el Cádiz, que volvía a sufrir durante minutos el paso adelante rival. En el 52, David Gil blocaba un cabezazo cercano de Reinier en el interior del área; en el 55, remataba desviado Diao; y el mismo protagonista, minutos después, ponía a prueba de nuevo en un mano a mano al portero y capitán cadista. Como réplica, en una acción puntual, el Granada sacaba bajo palos una vaselina de Roger.
Equilibrándose algo el panorama y haciéndose notar el cansancio, en el 70 Javi Ontiveros dejaba su sitio a Iván Alejo. Al otro lado, entraban como refrescos Uzuni, Oppong y Tsitaishvili, quien en el minuto 75 la estrellaba en la madera, antes de que Paco López volviera a menear el banquillo: Melendo y Chris Ramos reemplazaban a Ocampo y Roger, y Álex Fernández y Sobrino por Fede San Emeterio y un fundido Carlos Fernández que sigue sin ver gol, pese a que ya acumula partidos.
Y pese a la tensión e incertidumbre de los últimos minutos y los seis de tiempo añadido, casi no pasó nada más, si es que realmente había sucedido algo muy relevante antes. Los hombres de Escribá trataban de dar un último arreón con algún centro peligroso, y el Cádiz se resistía para que no se acercaran demasiado a sus dominios.
Las tablas no se movieron del marcador. Un punto que no desagrada por el escenario pero que sigue siendo escaso para los gaditanos, que ni terminan de salir de abajo ni de convencer con su ¿juego? DIARIO Bahía de Cádiz