Tarde soleada de domingo en Carranza, como escenario ideal de un Cádiz-Nástic importante para los intereses de ambos conjuntos: los gaditanos para insistir en su premio a un temporadón, el de disputar los play off a Primera y los tarraconenses por alejarse del descenso a Segunda B. No fue un choque bonito, y los de Cervera no fueron a por los tres puntos hasta el tramo final, en el que, además, Ortuño falló ¡un penalti! Los locales presionaron y lo intentaron ante diez, sin orden ni ideas, y los rojillos supieron aguantar ese 0-0, que en la prórroga casi se convierte en un 0-1. En el ambiente, la sensación de oportunidad perdida.
Espléndida tarde en el Ramón de Carranza para disfrutar del fútbol y del duelo entre el Cádiz y la Gimnástic de Tarragona: los gaditanos por arañar posiciones en la zona alta para consolidarse en el play off, aprovechándose además de los resultados favorables de la jornada, y los catalanes por huir de la parte baja de la tabla.
Y como preámbulo, la entrega del premio ‘Jugador número 12’ a la afición amarilla –recogido por la Federación de Peñas Cadistas-, un acto enrarecido entre aplausos y pitos –y algunos gritos de “Tebas vete ya”-, con las butacas ocupadas habitualmente por Brigadas Amarillas en fondo sur vacías, como rechazo al trato que recibe.
Un choque que los de casa afrontaban sin Álvaro Cervera en el banquillo, sancionado tras la roja de hace una semana, y un once con una defensa de circunstancias con tres bajas obligadas. Así, de inicio, el Cádiz saltaba al campo con Cifuentes, que acaba de ser renovado una temporada más, bajo palos; Malón, Luis Ruiz, Servando y Sankaré, atrás; Garrido y José Mari en el centro del campo, con Aketxe más adelantado; Salvi y Álvaro de extremos y Ortuño en la delantera. Y en las gradas, más de 13.000 personas.
Y no se había cumplido el minuto 2, y un pase de José Marí hacia Alvarito a la banda iniciaba una rápida contra que Salvi al remate, no supo convertir en el primero de la tarde. Emaná respondía poco después con un disparo cruzado que Cifuentes tocaba para desviarlo a córner.
Los de Merino se hicieron con la pelota en la primera fase del encuentro, sin apenas profundidad, y en otra acción de Álvaro, que debió ser culminada por Ortuño, llegaba un nuevo aviso antes del primer cuarto de hora. Ya con el partido afeado, espeso y sin demasiada historia, Aketxe probaba a Reina pasado el minuto 35, con el lanzamiento de sendas faltas. Mientras, el árbitro, Ais Reig, iba acaparando protagonismo, hasta el pitido que señalaba el ecuador era criticado por una grada harta.
Comenzó el Cádiz más activo la segunda mitad, y en el minuto 6 Ortuño, que no pasa su mejor momento de la temporada, casi a cámara lenta, cabeceaba un centro de Luis Ruiz que se iba fuera por centímetros. Lobato, por parte de los de Tarragona, también gozaba de una peligrosa oportunidad en el arranque, con los dos equipos alternándose en la iniciativa del juego.
Avanzaba el cronómetro, y el Cádiz no terminaba de ver claro cómo hacerle daño al Nástic. Buscando algún cambio, salían al campo Nico y Abdullah, por Salvi y Garrido. Un nuevo centro de Álvaro calentaba el ambiente. De saque de esquina, a punto estuvo de subir el 1-0, y ante el asombro de todos, en el minuto 28, el colegiado pitaba ¡penalti! y expulsaba a Mossa por doble amarilla… y Alfredo Ortuño… mandaba la pelota a las nubes. Carranza se echaba las manos a la cabeza.
Pese al jarro de agua fría de la pena máxima desperdiciada, los de amarillo trataron de recomponerse y de ir a por todas, ante un Nástic en inferioridad y ya metido en su campo, aguantando el empate como fuera.
Sin embargo fue imposible encontrar huecos, ni ideas. No era el partido de los hombres de ataque del Cádiz. Y el 0-0 se mantuvo en el marcador, aunque Emaná, ya en el tiempo extra y con el choque rotó, se plantaba solo delante de un Cifuentes acertado; y en la siguiente, era Aitor en el probaba desde lejos con intenciones.
Entre la afición quedaba la agria sensación de haberse desperdiciado una oportunidad de oro de abrir brecha entre los aspirantes a la liguilla. Pero este Cádiz parece que prefiere darle emoción a la competición regular hasta el final. De momento a cinco jornadas del remate, se queda como quinto clasificado con 58 puntos. El séptimo y octavo respectivamente, Valladolid y Oviedo, con 53, se ven a cinco puntos. DIARIO Bahía de Cádiz
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