JORNADA 5. El Cádiz logró el sábado su quinta victoria consecutiva frente al Girona, uno de los favoritos, y se aferra con fuerza al liderato de la Segunda división: 15 puntos cosechados de 15 disputados, el mejor equipo del fútbol profesional español en este arranque liguero. Los de Cervera exhiben una madurez bastante inesperada a estas alturas de la competición, con los jugadores en un excelente estado de forma y mostrando un compromiso a prueba de bombas que hace que los rivales se vean incapaces de atacar la tupida defensa amarilla, y a la vez desbordados cuando se despliegan en ataque.
Salió el Cádiz al campo este sábado -tras el tributo y minuto de silencio por Manolito Santander- sin grandes sorpresas en la alineación. Nano Mesa fue el elegido para suplir la baja del Choco Lozano, y Álex Fernández sería el jugador más cercano a él. La pareja de pivotes clásica Garrido – José Mari estaría flanqueada por Salvi y Perea en las bandas, y en la defensa Marcos Mauro y Cala ejercerían de centrales, con Espino e Iza en los laterales.
Con esta once titular, los de casa saltaron mandones al tapete verde de Carranza, y se llegaron a acercar con peligro, sobre todo en una jugada de Salvi acabada por Perea. Pero esta efervescencia duró un cuarto de hora más o menos, hasta que el Girona se empezó a asentar en el terreno y a mover el balón con cierta soltura y buenas maneras. Los gaditanos asumieron su habitual papel de defensores numantinos, pero aún así, en un pase en profundidad el visitante Stuani logró batir a Cifuentes. Afortunadamente, se encontraba en fuera de juego y el gol no subió al marcador.
El equipo catalán, un recién descendido de Primera (y lo que supone en términos económicos: más del triple de presupuesto que los de la Tacita), era el dueño de la pelota, y sobre todo con buenas combinaciones e internadas de Jairo por la izquierda iba merodeando el área de Cifu, aunque de manera infructuosa, ya que la defensa se mostraba segura y solvente. Y en estas estábamos cuando en un acercamiento de los amarillos por el campo contrario Alberto Perea ejecuta una buena jugada por la izquierda que acaba en un centro envenenado que Pedro Alcalá remata con la puntera en su propia portería. El Cádiz conseguía el 1-0 y el partido se le ponía como más le gusta al ‘Gafa’.
Y es que este curso el Cádiz provoca unas sensaciones distintas al pasado. Se muestra como un equipo trabajado, adulto y adusto. Profesionales del 1-0, sin alardes (aunque con destellos técnicos) pero sin debilidades evidentes. Es de destacar la gran mejora en los laterales de la defensa, con Espino fuerte y agreste e Iza Carcelén rápido y resolutivo, incluso con buenas subidas al ataque. El único punto negro, a mejorar, es la defensa de los balones parados, donde a veces se muestra dubitativo y fallón.
En la segunda parte, Álvaro Cervera empezó quitando a Nano Mesa y poniendo en el campo a Caye Quintana. La cosa empezó más dividida, con ambos proponiendo cierto juego, cada uno a su modo. Los de Unzúe moviendo la pelota y el Cádiz con sus desbandadas eléctricas. Y también a balón parado, con una bonita falta lanzada por Perea en el 63. Los de casa se fueron haciendo, si no con el control, por lo menos con la sensación de poder hacer más daño en ataque que el equipo gironés.
En el 70, Cervera retiró del campo al goleador Perea y colocó a Iván Alejo para refrescar la banda izquierda, y el equipo visitante también movió su banquillo tratando de generar ocasiones, cosa que no ocurría por la ordenada defensa local, aunque sí consiguió embotellar , más o menos, a los amarillos en su campo.
En el minuto 77, un centro por la izquierda es despejado malamente por Mauro, y Benítez remata de cabeza a bocajarro pero por encima del larguero de Alberto Cifuentes. A eso del 80, y sólo por las sensaciones ya que los catalanes no creaban verdadero peligro, el Cádiz estaba pidiendo la hora. Para asegurar un poco más la línea de atrás, salió al campo Bodiger, y ese agobio se alivió bastante pese a un par de faltas laterales mal sacadas o bien resueltas por la defensa.
Con la expulsión del rojiblanco (de negro) Stuani, el tema parecía resuelto, y en un desajuste defensivo de los visitantes ya al final del choque, el sanluqueño se internó por su banda y centró para encontrar a Álex Fernández tras el error en el despeje de un defensor. El Cádiz cerraba el marcador con un bonito 2-0, y lo que es más importante, da un primer golpe en la mesa ante uno de los gallitos de la categoría.
Este equipo amarillo huele a cosa seria y bien cocinada. Cuando el mismo Cervera ha abandonado estos días el discurso de la salvación y los 50 puntos (ya sólo quedan 35…) por algo será. Por ahora, con pleno de victorias y con mejores sensaciones cada vez, cabe ser optimista. DIARIO Bahía de Cádiz