JORNADA 8. Con la resaca del mal partido del Rayo Vallecano y la incomprensible posterior movida madrileña de varios profesionales amarillos todavía coleando, el Cádiz recibía en la tarde del sábado y antes de un nuevo parón por compromisos de las selecciones, a un Valencia con otra cara con respecto al curso pasado, con Bordalás en el banquillo.
“No fuimos un equipo reconocible y tenemos que cambiarlo para que no se parezca en nada, nunca más, a lo que vimos la semana pasada”: de forma contundente seguía mostrando Álvaro Cervera su cabreo en la previa del encuentro en la que dejó claro que habría “consecuencias” para quienes, “sin permiso del cuerpo técnico”, se escaparon de fiesta tras aquella derrota, como adolescentes en una excusión de instituto: “no representan al club”, subrayaba. Significativamente, ni entre los suplentes se encontraban en esta ocasión nombres que suelen ser fijos como Perea, Sobrino o Choco Lozano…
Y entre los titulares reaparecía Álex Fernández tras una semana fuera de la convocatoria, despertando todo tipo de conjeturas. En el once inicial: Ledesma, bajo palos; Espino, Iza, Fali y Haroyan, en defensa; Jonsson y Alarcón, en el centro del campo; el pelirrojo y Salvi, escorados a las bandas; y Álvaro Negredo y Osmajic, como hombres más adelantados.
Alcanzada la “normalidad”, sin restricciones de aforos al fin tras unos largos 18 meses de pandemia, todavía vigente, el Nuevo Mirandilla se abría por primera vez en la temporada a todos sus abonados, y además se ponían a la venta localidades en Tribuna y Preferencia, sumándose una entrada cercana a los 15.000 espectadores. En los prolegómenos del choque, además, el Cádiz CF Genuine ofrecía a la afición la II Copa Andalucía conquistada hace unos días.
No empezaban mal los de casa, intensos, con actitud y un Osmajic peleón. El Valencia, con bajas, no terminaba de imponerse y la igualdad era protagonista de una primera mitad en la que no pasaba nada. Los ‘chés’ trataban de dominar sin quererlo pero se topaban con un Cádiz muy serio atrás mas sin precisión al correr hacia la portería de Cillessen.
Un tiro lejano de Daniel Wass que se iba por encima del larguero, en el 27; y otro poco después del mismo danés que atajaba con ciertos problemas Ledesma se convertían en las, prácticamente, únicas oportunidades de cierto peligro. Al ecuador se llegaba con el 0-0 inicial, aunque en el tiempo extra el árbitro y el VAR dejaban en silencio el estadio municipal al parar el juego para revisar, sin considerarlo finalmente, un posible penalti por manos de Fali reclamado por los visitantes.
Con susto en ambas áreas comenzaba el segundo tiempo: una falta botada por Tomi Alarcón que no alcanzaba a rematar Negredo por poco en el área chica, y otro trallazo de Wass desde el borde del área que sorprendía a Conan. Este jugador le había cogido el gusto a intentarlo desde media distancia, y en el 50, otra vez obligaba al meta argentino a estirarse y mandar la pelota a córner.
En el 59, Cervera movía el banquillo dándole aire a la delantera, retirando a Negredo y Osmajic por Alejo (sus primeros minutos del curso tras su frustrada salida al Real Valladolid) y al canterano y gaditano Pedro Benito, debut muy celebrado por la grada; que igualmente le dedicaba una estruendosa pitada a Diakhaby, víctima de aquel inexistente insulto racista de Juan Cala de la pasada temporada que tanto dio que hablar, salvo para pedir perdón al acusado.
El encuentro ganaba en ‘sangre’ con el paso del crono, con los de Bordalás (mandando callar al graderío por abuchear y llamar “mentiroso” a Diakhaby cada vez que tocaba la pelota) más acelerados, y el Cádiz, conteniendo bien al rival, y buscando una contra o al menos lograr culminar alguna puntual acción de ataque. Y con veinte minutos por delante, el técnico pasaba a reemplazar a Álex y Jonsson por el canterano Capela (también debutante) y por Martín Calderón. Poco después, el titán Fali con molestias se veía otra vez obligado a salir, y entraba Cala.
En el 80, Pacha Espino la enviaba a las manos del portero, y en la siguiente acción, entre Ledesma y Haroyan salvaban un mano a mano del Valencia. En esta recta final podía pasar cualquier cosa, y en el 88, era Guedes el que la mandaba muy cerquita del poste, por fuera.
Un reparto justo y sudado de puntos (ya van siete en la clasificación tras ocho partidos para los de la Tacita), con la máquina cerverista funcionando en su mitad del campo a la perfección; eso sí, sigue gripada cuando busca el área contraria.
“El equipo ha estado sensacional, haciendo un trabajo perfecto, incluso yo me he sorprendido de la intensidad”, reconocía Cervera valorando el choque, sin obviar que, como repite una y otra vez, “tenemos que hacer algo más con el balón de lo que hemos hecho”. “Hemos sobrevivido y tenemos un punto”, resumía.
LO DE VALLECAS “HA SIDO UN ERROR HUMANO”
Y tras el técnico, comparecía en rueda de prensa el capitán, José Mari, para tratar de zanjar la polémica, sobre todo entre la afición amarilla, de la fiesta que se montó un grupo de jugadores tras el partido de Vallecas: “se le está dando a un simple error demasiado bombo. Los compañeros que en un momento han pedido equivocarse, han pedido disculpas, saben de su error”.
“Somos una familia en la que todos y cada uno de nosotros podemos equivocarnos, pero también puedo decir que dentro (del vestuario) hay gente a la que le duele esto, que es muy profesional, y que todos estamos en el mismo barco para sacar esto adelante. Me gustaría que esto acabase porque de no ser así estaríamos debilitándonos a nosotros mismos, y eso no es de listo. Sabemos que ha podido herir sensibilidades, pero ha sido un error humano. Siempre se ha demostrado que todo el que pertenece al Cádiz CF está responsabilizado con la causa. Vamos a luchar para que esto no vuelva a ocurrir y sacar los partidos”, remarcaba el roteño, que está lesionado desde los primeros compases de la campaña. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway