JORNADA 2. Dos recién ascendidos a LaLiga Santander, ambos por la vía directa Huesca y Cádiz, se volvieron a ver las caras en la sobremesa de este domingo en El Alcoraz en la segunda jornada de esta anómala temporada en plena era coronavirus; un choque “importante para la salvación” de ambas escuadras, con un preámbulo marcado por dos positivos por Covid-19 en el plantel oscense conocidos el sábado.
Los de amarillo, todavía con Álvaro Cervera en cuarentena contagiado por el dichoso virus, pisaban suelo aragonés tras el baño de realidad del inicio liguero: derrota en Carranza dando sensaciones de equipo inadaptado a las exigencias de la nueva categoría, y necesitado de refuerzos, que siguen sin concretarse.
Así, el once confeccionado para la ocasión volvía a parecerse a los habituales, de gala, en Segunda, con la incorporación de dos de los fichajes de este verano: el veterano Alberto Cifuentes bajo palos (convirtiéndose en el debutante más longevo de la Primera española, con 41 años y meses, y cumpliendo su sueño de jugar en la elite); Iza Carcelén, Pacha Espino, Marcos Mauro y Juan Cala, en defensa; José Mari y Jonsson, en la media, con Álex Fernández más adelantado; y arriba, Salvi, Pombo y Negredo.
“Estamos mejor que hace una semana por lo complicado de la pretemporada”, subrayaba en la previa del encuentro el segundo técnico, Roberto Perera. Y no se equivocaba. Los de la Tacita mostraron buenas hechuras de equipo compacto y bien posicionado durante gran parte de la primera mitad, ante un Huesca dedicado a empacharse de pelota sin inquietar. Y no pudo comenzar mejor la historia para los gaditanos: en el minuto 10 marcaba el 0-1 Negredo, en el sitio, aprovechándose de un rechace de Andrés Fernández.
Los de casa siguieron mandando hasta el ecuador, eso sí, sin probar a Cifu, mientras era el Cádiz el conjunto que se mostraba cómodo defendiendo y, de cuando en cuando, corriendo arriba tratando de materializar alguna contra letal, con Pombo, de nuevo, como el más activo arriba. Y Jens Jonsson, fundido, desde minutos antes de llegarse al 45.
Como era obvio, la segunda parte comenzaba con el cambio del danés por Bodiger, y además, de Cala por Fali en la defensa. Y poco fútbol: pelea, muchas interrupciones y apenas ocasiones en las áreas. No pasaba casi nada, salvo el movimiento en los banquillos: Augusto Fernández entraba en el verde por el roteño José Mari, y Malbasic por Negredo.
La SD Huesca insistía en hacer daño fiel a su estilo, pero el Cádiz continuaba asentado a lo suyo, conteniendo, sin sufrir más de la cuenta, esperando su oportunidad… Para los últimos diez minutos, Salvi dejaba su sitio en la banda a Alejo, y en el 82, se concretaba la ansiada contra que (casi) mataba el choque. Malbasic se iba por la izquierda, lo hacía todo hasta centrar, no llegaba el meta, y Pombo cabeceaba en el segundo palo, el 0-2,
El gol de la tranquilidad, tranquilidad que no duró mucho. En la siguiente acción, los de Míchel tenían su primera ocasión entre los tres palos, y Cifuentes la sacaba milagrosamente por abajo y sobre la misma raya, tanto que la repetición televisiva mostraba un gol claro… el árbitro lo revisó con su VAR, y anuló la acción por fuera de juego previo. El cadismo respiraba de alivio. Y por delante todavía siete minutos de propina, en los que, con más nervio que otra cosa, no pasó nada.
Los de amarillo, tras un gran encuentro (jugando a lo que saben y a lo que les ha llevado a Primera) podían celebrar sus primeros tres puntos en Primera, quince temporadas después, y también su primera victoria en El Alcoraz. Y a pensar ya en la visita a Carranza del Sevilla, sin olvidar que deben llegar refuerzos. DIARIO Bahía de Cádiz
FOTO: Cádiz CF