CRÓNICA J-6. Tres partidos después, disputados a domicilio (en Mallorca, Tenerife y Albacete), el Cádiz retorna a su Ramón de Carranza, en la sexta jornada liguera, para medirse al Alcorcón. Tras una semana relativamente tranquila, en la que se ha confirmado el último fichaje, el del veterano central Sergio Pérez, los de Cervera afrontaban su vuelta a casa con ganas de cosechar la segunda victoria de la campaña, para refrendar las buenas sensaciones mostradas en el Carlos Belmonte.
En el once inicial, lo más reseñable era la novedad de Dani Romera en la delantera, tratando de no cortar su rachita (de dos goles en los últimos dos partidos), aunque el almeriense duraría poco en el campo: Cifuentes bajo palo; Rober Correa, Matos, Marcos Mauro y Kecojevic, en defensa; Edu Ramos, Álex Fernández, en el centro del campo, con Perea más adelantado; y Salvi Sánchez, Manu Vallejo y Romera, arriba.
En un Carranza con el verde envidiable, unas 12.000 personas en las gradas, y levante asumible, el choque comenzó con susto, una mala caída del delantero en el primer remate, y lesión, cuando no se había disputado ni un minuto. Seis después era Perea el que metía el miedo en el cuerpo al conjunto madrileño con un trallazo de lejos que casi se cuela por la escuadra, si no llega a ser por la estirada de Jiménez.
Finalmente, ya es mala suerte, Romera no aguantó el dolor en el hombro ni un cuarto de hora, y entraba por él Carrillo. Y el murciano, en su primera ocasión, mandaba el balón dentro de la portería, asistido por Salvi, pero el árbitro no quiso dar el gol como válido por fuera de juego.
A partir de ahí, los amarillos, que se habían mostrado con más hambre, se vieron adormecidos por el Alcorcón, que pasó a querer la pelota, sin hacer nada con ella, también es verdad. El encuentro había pasado a ser el habitual tostón, hasta que en el minuto 33, un error en campo local propició el 0-1, obra de Juan Muñoz.
Jarro de agua fría para la afición cadista… por partida doble. Cinco minutos después subía el segundo tanto en contra, también de Muñoz, en una jugada a placer de los de rosa y negro, aprovechándose de un Cádiz noqueado mentalmente, que al borde del descanso tuvo ocasión de al menos acortar distancias en el marcador. Y el silencio invadía en el estadio…
Cervera movió el banquillo en el segundo tiempo, sacando a José Mari por Alberto Perea, tratando de darle otro aire al centro del campo, dominado por el rival antes del descanso, en busca de alguna reacción. En el minuto 50, un barullo en el área madrileña pudo acabar, tras varios disparos y rechaces, en el 1-2, pero tampoco. El Cádiz se iba arriba, no le quedaba otra, y el Alcorcón estaba mentalizado en jugar a la contra.
En el 58, coincidiendo con una falta a favor en las cercanías del área, los gaditanos hacían el tercer cambio, el de Edu Ramos por Aketxe, aunque el lanzamiento del vasco se fue fuera. Costaba un mundo, o dos, superar la telaraña visitante y llegar a posiciones de peligro, y el crono seguía avanzando, sin inquietar al guardamonte alcorconero. Habría que esperar al 85 para escuchar otro tímido “uuyy” en las gradas, un cabezazo de Kecojevic que se iba alto, rematando una falta. Y un sector de fondo sur explotaba y pasaba a entonar, en la antesala de los innecesarios cinco minutos de propina con medio estadio dejando sus asientos antes del pitido final, gritos de “Vizcaíno dimisión”, “vete pa Sevilla, no te queremos”, “¿dónde están los millones?”…
Primera derrota en casa (y segunda de la campaña) regada de medio pitada como despedida, en la que tras el varapalo del mal primer tiempo, no se supo cómo hacer daño a un Alcorcón a lo suyo, a conservar la renta lograda haciendo lo mínimo. “La primera parte es de lo peor que recuerdo desde que estoy aquí. Nos equivocamos cuando queremos jugar a otra cosa. Me preocupa mucho lo que he visto”, son tres de las sentencias del entrenador en rueda de prensa, que resumen bastante bien el sentir de parte del cadismo. DIARIO Bahía de Cádiz