El Cádiz CF de la temporada 2019/2020, a una semana del inicio liguero, se vio las caras este sábado en el Ramón de Carranza con su afición (unas 8.000 personas, pese a la entrada gratuita para abonados, que ya superan los 15.200) en un inusual partido ante el Málaga de presentación (desde hace años, ese momento se reservaba para el Trofeo, este verano en femenino).
Un choque que llega con la plantilla incompleta, pese a los ocho fichajes confirmados hasta el momento, y una pretemporada rutinaria, sin grandes noticias; y con Álvaro Cervera, como no, advirtiendo de los hombres que tiene y de los que necesita para jugar a lo que sabe y quiere. Un estilo y una filosofía (para todos los gustos) que, cuando funcionan, se han demostrado efectivos: sólo hay que repasar las últimas tres campañas de los gaditanos.
Y comenzó el encuentro con ganas el equipo amarillo, ganándose el calor de la grada en una jugada rápida que un motivado Caye no terminó de rematar. En el once inicial: David Gil, bajo palos; Iza Carcelén, Fali, Juan Cala, Espino, en defensa; Garrido, Bodiger y Álex Fernández, más adelantado, en el centro del campo; Salvi y el canterano Javi Navarro de extremos y Caye Quintana en la delantera. Se sucedieron varias acciones de velocidad más, hasta que en el minuto 6, subió al marcador el 1-0, obra del onubense, más despierto que toda la defensa malacitana.
Los hombres de Sánchez del Amo controlaban y el Cádiz, corría, desbordaba y sorprendía, al menos en los primeros suspiros. En el 12, llegaría el primer disparo con intenciones de los visitantes, un lanzamiento de lejos de Bare, que atajó a lo justo el meta local.
No obstante, con el paso del crono, el amistoso fue adquiriendo más color de entrenamiento que de otra cosa. Con acciones, detalles e intensidad puntuales, como un carrerón de Álex en el 33, que no se convirtió en el segundo de la tarde por muy poco; dos minutos antes, el mismo protagonista, botando una falta esquinada, también ponía en aprietos a Munir. Y en el 39, tras un robo de pelota cerca del área, Álex Fernández insistía buscando el 2-0, repelido por el portero a córner.
Tras el ecuador, Cervera dio entrada a Cifuentes, Rhyner y Moi, dejando en la caseta a Gil, Cala y Salvi. Y nada más arrancar la segunda mitad, también se sumaban Edu Ramos y Querol, por Garrido y Javi Navarro. Y más que fútbol, sobre el verde sobresalía la tensión sobre el juego: de hecho, el entrenador rival era expulsado por protestar. Y José Mari reemplazaba a un Ramos cojeante. ¿Y el fútbol? Querol disparaba en el 21, en fuera de juego. Algo es algo. Tampoco duraba mucho tiempo en el campo el roteño, castigado con roja directa por levantar en exceso la pierna en la lucha de un balón.
Un trallazo de Ontiveros al larguero suscitó el uyyy en un estadio que llevaba toda la segunda mitad silbando a ciertos jugadores del Málaga cada vez que tocaban el balón. Lo de animar al equipo de casa, poco o casi nada. Caye, de más a menos durante el choque, era sustituido por Jovanovic entre aplausos; y otro canterano, Franco, salía de refresco por Fali.
Aprovechándose de tener un hombre más en el campo, el Málaga apretó algo el acelerador en el tramo final, metiendo a los de amarillo en su terreno, que supieron contener a un rival tampoco muy atinado. Y chimpón.
A pensar ya en la liga, en la cuarta temporada consecutiva en Segunda (ahora llamada LaLiga SmartBank) con la entidad más que consolidada en la categoría. Pero no hay que fiarse. Como objetivo: ¿la permanencia, los cincuenta puntos, luchar por el play off, subir…? Sólo el tiempo lo dirá, como cantara Tino Tovar. Lo que sí se vislumbra es un conjunto tan fiable como el de temporadas pasadas, con “cosas que mejorar, pero también cosas muy buenas”, a decir de Cervera. DIARIO Bahía de Cádiz