JORNADA 29. Tras el parón por los partidos de selecciones, vuelve LaLiga, afrontando su recta definitiva: diez jornadas por delante. Y el primer escollo para el Cádiz en el camino de la sudada permanencia a ser posible sin sufrimientos de última hora, un Valencia que más allá de sus líos institucionales trata de salvar la temporada sin meterse en líos con dos excadistas en su plantel, el canterano chiclanero Manu Vallejo y uno de los mejores entrenadores que han pasado por el banquillo amarillo, Javi Gracia.
En frente, un equipo gaditano con una baja notable de última hora, la del multiusos Álex Fernández (un esguince de rodilla), y las ya sabidas de Choco Lozano, que sigue recuperándose de sus molestias, y Rubén Sobrino cuya cesión ché le impide enfrentarse a su club.
“Tenemos la experiencia de que cuanto más valiente somos, más goles nos meten”, volvía a avisar Álvaro Cervera en la previa de un choque en una tarde de domingo envidiable, con recibimiento motero al autobús de la afición incluido. Ledesma, bajo palos; Iza, Pacha Espino, Fali y Cala, en defensa; Jonsson y José Mari, en el centro del campo; y arriba, Perea, Salvi, Jairo y Negredo, conformaban el once local.
Con hasta cuatro saques de esquina consecutivos a favor de los visitantes arrancaba la partida y como es casi norma, el Valencia trataba de dominar y el Cádiz de contener, robar y correr. Y en el minuto 10, tras otro córner, Wass disponía de la primera ocasión de cierto peligro con un disparo lejano que Conan abortaba no sin problemas. Pero el primero en acertar fue el conjunto amarillo, cuatro después, en una acción a trompicones que terminaba en los pies de Fali, centraba y Juan Cala era el más listo metiendo la cabeza entre los defensores.
Y pudo llegar el 2-0 en el 17, en un centro de Álvaro Negredo que Salvi no alcanzaba. Sin embargo, era el empate el que subía al marcador en la siguiente acción del Valencia que sorprendía a un Cádiz excesivamente volcado en la portería contraria. El gol lo firmaba Gameiro, asistido por Guedes.
DIAKHABY DENUNCIA UN INSULTO RACISTA, Y SE LÍA
El partido seguía con absoluta normalidad hasta que poco antes de llegarse al 30 en el crono, mientras el balón rondaba el campo del Valencia, Diakhaby corría alterado al otro lado y explotaba contra Cala sin que nadie supiera realmente qué pasaba. Ni las cámaras ni los micrófonos se percataban de nada anormal, ni nadie de los contados que estábamos en la grada. De hecho, el árbitro sacaba tarjeta amarilla al francés, y pese a que todos trataban de calmar al jugador, el equipo de Javi Gracia terminaba abandonando el terreno de juego en solidaridad ante la incredulidad general y las especulaciones de todo tipo. ¿Soltó el lebrijano un insulto racista? Su cara, todo un poema, evidenciaba que no lo estaba pasando nada bien.
Más de un cuarto de hora después regresaban al césped los jugadores del Valencia -lanzando en redes sociales un mensaje como justificación: “para luchar por el escudo pero firme en la condena al racismo”. Y claro, miedo a ser sancionado con puntos-, quedándose en la grada el principal protagonista del rifirrafe: Hugo Guillamón reemplazaba a un hundido Diakhaby. El choque, ya desvirtuado por la controversia, al fin se reanudaba en el minuto 29. Y en el 36, Thierry la estrellaba en el palo izquierdo de Ledesma. Poco más dejó el resto del primer tiempo, salvo un Cádiz perdido por momentos y especulaciones de todo tipo. ¿Se debía seguir jugando con la mente puesta en cualquier otro sitio?
Como parecía lo más lógico, para la segunda mitad Juan Cala -psicológicamente no estaba- se quedaba en la ducha y lo suplía Marcos Mauro. Gayá asustaba al poco de reiniciarse el encuentro con un lanzamiento de falta lateral. Negredo respondía ya en el 57 rematando, fuera, una buena falta botada por Perea. Y Racic ponía en aprietos a Ledesma en el 65. Aunque los blanquinegros buscaban el dominio, se sucedían las alternativas en el juego.
Con menos de veinte minutos por delante, Malbasic entraba por Negredo, y Alejo ya estaba en el verde por Alberto Perea. Cervera buscaba oxígeno para el ataque. El Cádiz merodeaba los dominios de Doménech pero no concretaba frente a un Valencia que parecía más conformista. Y Pombo reemplazaba a un Jairo con molestias. Manu Vallejo, también recién incorporado, probaba por su lado al meta cadista.
Con el choque ya convertido en correcalles, precisamente el sustituto de Cala, el argentino Marcos Mauro, hacía el 2-1 en el 88 en una extraña jugada con tropiezos entre los cadistas e indecisiones entre los valencianistas. Tocaba defender con uñas y dientes los tres puntos, con el rival a la desesperada y tres minutos de propina. Y se logró que no pasará nada, y los tres puntos enormes de cara a la salvación se quedaron en el Carranza en una tarde rara rara rara, con lo extradeportivo por aclararse.
Ya en rueda de prensa post-partido, Cervera dejaba una sentencia sobre la mesa que dibuja la trayectoria del equipo cadista desde hace años pero también durante la presente campaña: “podemos ser mejores o peores, pero no tenemos maldad ninguna”; dando por ciertas las palabras de Cala, que le confiaba que existió una disputa en un lance del juego, pero que en ningún momento le dijo “negro de mierda” –como señala el acta arbitral-. Por su lado, Javi Gracia defendiendo la versión de Diakhaby, reconocía por un lado que “ni árbitro ni asistente han escuchado nada” –y así lo refleja también el acta-, y, recordaba sobre su pasado amarillo que “el Cádiz y su afición son ejemplo en muchas cosas”.
“NO AL RACISMO” CONTUNDENTE DEL CÁDIZ CF
Finalizado el choque y las ruedas de prensa, el Cádiz CF emitía un comunicado oficial realizando cuatro “consideraciones” ante los hechos acontecidos en el encuentro:
– Estamos en contra de cualquier situación de racismo o xenofobia, sea quien sea su autor, y trabajamos para su erradicación. Todos los autores de esos delitos, sean o no de nuestro equipo, deben pagar por ello.
– No dudamos de la honestidad de todos los integrantes de nuestra plantilla, que son firmes defensores de la lucha contra el racismo, cuya actitud siempre ha sido ejemplar en todos los encuentros que se han disputado.
– La entidad no puede entrar a valorar los lances propios del juego entre los jugadores, y siempre exigimos una actitud de respeto y responsabilidad ante los contrarios.
– Trabajamos y seguiremos trabajando para que en nuestro fútbol no existan, cualquier comportamiento xenófobo, con un ‘no al racismo’ con toda su contundencia. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway