Llegó la liguilla de ascenso a Segunda A. Toca olvidar una penosa liga irregular y creer, aunque no se crea. Y para ello, la afición del Cádiz es casi única, visto el recibimiento a los suyos. El primer escollo, el Racing de Ferrol, que en este partido de ida de la primera eliminatoria, jugado en la noche del sábado, vino a Carranza a por el 0-0, y se fue con él. Los de Cervera, con un once inusual, se mostraron ordenados, serios, motivados e incluso más atrevidos que el rival, pero sin gol. Gol que habrá que seguir buscando en la vuelta en A Malata, donde se decidirá el pase a la siguiente ronda.
El momento clave del ‘curso’ ya está aquí, el que todo cadista lleva esperando durante una aciaga temporada de sinsabores en la que su equipo, hecho un año más para subir o subir, fracasó en su primer objetivo, liderar el Grupo IV, y se ha colado como cuarto clasificado en la fase de ascenso más por deméritos ajenos que por méritos propios. Pero todas esas tardes de cabreo, pitos, resignación… deben quedar aparcadas durante los próximos, ojalá, seis partidos, tres eliminatorias a vida o muerte, con Segunda división al fondo. Toca olvidar momentáneamente y creer en la machada. Creer aunque no se crea. Y el primer escollo, un Racing de Ferrol presumiblemente tocado, después de que en el último momento cayera del privilegiado primer puesto del Grupo I; el favorito, sobre el papel.
Una ida de la primera eliminatoria del play off, disputada en la noche del sábado con un Ramón de Carranza lejos de colgar el cartel de lleno (más de 12.000 personas en las gradas que contó con su bien-intencionando mosaico de ‘bayetas’; y poca presencia de gallegos), envuelta en la polémica de prohibiciones de tifos y revisión de pancartas, por temas de seguridad; mientras esa misma seguridad no preveía el multitudinario recibimiento del autobús del Cádiz, que impidió que pudiera llegar hasta la puerta, obligando a los jugadores y técnicos a bajarse metros antes y acceder entre el caos y la animosa afición.
El primer once decisivo –y novedoso- de Álvaro Cervera, en el banquillo desde hace solo cuatro semanas relevando tarde, muy tarde, a Claudio Barragán, lo completó: Cifuentes bajo palos; Xavi Carmona, Migue, Aridane y Servando (de lateral zurdo) en defensa; David Sánchez, Mantecón y Abel Gómez en el centro del campo; Salvi, Lolo Plá y Álvaro García, arriba. Y sí, Dani Güiza en la reserva, junto a Nana, Machado, Carlos Calvo y el portero Pol.
Con mucho miedo por ambos lados comenzaba el encuentro; ni Cádiz ni Ferrol tenían el control de la pelota y apenas alcanzaban el área contraria. Lo esperado en este tipo de partidos, en los que lo fácil y seguro es apostar al 0-0.
Rozando el primer cuarto de hora llegaba la primera media ocasión amarilla, tras una acción por la banda de Álvaro que intentaba rematar Abel. A medida que pasaba el tiempo, los de Cervera cogían confianza y los gallegos se sentían más inseguros tanto atrás como a la hora de crear, incapaces de salir de su campo; y tampoco es que lo buscaran. Se llegaba al descanso con los de casa ganando a los ‘puntos’.
Más enchufado salió de vestuarios el conjunto gaditano ante los de verde y blanco que continuaban sin encontrarse cómodos, o todo lo contrario, manteniendo siempre el orden, sin arriesgar. Se rondaba el área rival pero no se probaba a Mackay. Y en el minuto 13 entraba en el campo el delantero jerezano, sustituyendo a Salvi, disgustando a una parte de la afición.
La partida requería una marcha más, algo, para que se pudiera desnivelar la balanza. Precisamente ese cambio parecía dar alas al Ferrol, mientras el Cádiz comenzaba a dudar y a resentirse físicamente, con casi el único recurso de mandar balonazos a Güiza dentro del área. Carranza sufría, temiéndose lo peor… Carlos Calvo y Nana se sumaban en el último cuarto de hora. Y el jerezano lo intentaba desde mediocampo, por si acaso… Poco después, una interesante ocasión culminaba con Carlos Calvo disparando. Con poco, porque la chispa y la magia arriba, no aparecen desde hace meses, la afición volvía a latir; los de amarillo lo daban todo en los últimos minutos y los visitantes, lo pasaban mal.
Mas ese 0-0, el resultado lógico y previsible desde el minuto 1, no se movió del marcador. El Cádiz, serio –que ya es mucho, teniendo en cuenta lo visto en las últimas jornadas ligueras-, puso en varias fases más ganas, actitud y atrevimiento, pero no hay más, y fue imposible hacerle un gol a los ferrolanos, que vinieron a la Tacita pensando en la vuelta, donde sí serán peligrosos, es de esperar.
Todo está abierto para la vuelta el domingo que viene a partir de las 17 horas en A Malata. Si aquí Cervera tenía la obsesión de mantener la portería a cero, allí, la misión debe ser marcar, que vale doble. Con cánticos de “Sí se puede”, despedía fondos sur a los suyos. Se puede. DIARIO Bahía de Cádiz
Las FOTOS del Cádiz-Ferrol, AQUÍ
(puedes comentar esta información más abajo)