DÍA 8 (8ª CLASIFICATORIA)
Está la tarde-noche para hacer pasacalle con pito pito, caja, bombo, chubasquero, botas y paraguas. Pero no (spoiler), al final no caerá ni una gota durante la octava función de clasificatoria del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2024). ¡Que ya superamos la primera semana completa de Falla, niña!
Un martes ideal para los más fanáticos de esta fase preliminar de este cebado certamen. Tras el pase en condiciones del coro burlón de los estudiantes, ‘La fiesta de los locos’, pisaron las tablas comparsas y chirigotas sin pena ni gloria, pero recibiendo el amor incondicional de familia y amigos, y de los hinchas de Andy, sin el Lucas.
Juan, escucha lo que leo: “un 44% de los hombres, y no sólo Pablo Motos y Bertín Osborne, cree que la promoción de la igualdad ha llegado tan lejos que ahora se les discrimina a ellos”. Pobrecitos. Maripili, presume de tu cuota de pantalla, dale a la palanca, y que despegue este cronicón con la fuerza de los mares, con el ímpetu del viento, en la distancia y en el tiempo, ¡yo! Y si ¡tú! quieres pagarnos la gasolina, 95 sin plomo, gracias.
‘La fiesta de los locos’, una vez al año hay fiesta en la ciudad…
Las 20.03 horas. Arriba telón. A ver qué tiene que decirnos el bufón, con dossié bajo el brazo, ole ole: “que se sepa en esta tierra, que hoy el mundo se ha invertido, que el noble y el mendigo se cambian las hechuras, se prohíbe la censura al que peque de atrevido y al que no, que beba más vino… que hoy se ha levantado la Tacita con su cara más canalla y bonita… a nadie lo quiero ver con la cara agachá… declaro que el día de todo al revés queda inaugurado, que ustedes lo pasen bien… siéntanse libre de ser quien quiera viviendo la vida que viven otros, palabra de rey, palabra de locoooo”. Presentado queda el coro de los estudiantes, ‘La fiesta de los locos’. A Juan también le mola la peli del Jorobado. Antonio Bayón pone la letra y Rubén Cao, la música. El imponente Falla en vez de la catedral de Notre Dame, y nadie se cosca. Una primera letra al barrio donde se reúnes, “mi tango otra vez, hoy vuelve a sonar, te vuelve a nombrar… ay mi Mentidero, ay mi Mentidero, aquí está tu letra para decirte lo que te quiero, lo que te quiero”. Más original el otro tango, frente a la gordofobia…, “y así, de esta forma tan sencilla, te recuerdan cada día que estás gordo porque quieres… en esta dictadura de la dieta y de mentes tan estrechas, yo qué culpa tengo que se discrimine y se pongan cruces según tu cuerpo, según tu cuerpo”. Quiérete, Juan. A los cuplés: invitados a los Gramy en Sevilla, y en la puerta pidiendo las acreditaciones, “vi que era Manolín, cogí el DNI y me di la vuelta”; y haciendo el camino de Santiago, o casi. “Si no es verdad que estoy loco, ay, completamente loco, me falta poco, me falta poco”. Consistente popurrí aunque parece alejarse de las raíces frescas y musicales de este coro, más asentado, más maduro. ¿Y eso es bueno? “Quiero dejar de lado tanto cuento, quiero desnudar la razón siendo políticamente incorrecto, pero al menos siendo yo… te pasas la vida buscando la felicidad, no hay nadie que la haya encontrado, no busques más… se ha cumplido mi destino, ya me espera la maldita realidad, ¿por qué a este pobre loco no le durará la fiesta un poco más?… saca tu locura, no permitas que la vuelvan a encerrar, sé feliz viviendo a tu manera y que piensen lo que quieran los demás… y cuando acabe (el mundo) que nos salve el humor, a fin de cuentas ya sabemos que el bufón, de sus cenizas puede resucitar, renaceré por febrero en carnaval”.
‘La huella’, eco eco
Caminante no hay camino, verá tú. ¿Las barbas están en su sitio?, podemos empezar…, “en este mundo faltan pasos que salpiquen verdades”. Juan opina igual. Concepto en las profundidades el de la comparsa tarifeña ‘La huella’, por ello mismo se presentan dentro de una cueva, indagando en la identidad humana, o yoquejé. ¡¡Eco, eco!! Javier Casar y José Carlos Luque ponen la letra, y José Antonio Panes y Jesús Franco, la música. El fenómeno de la turistificación te lo explican mu bien en un pasodoble: “el turismo que oxida la cultura y su esencia, el que te deja migajas de pan, el que te vende, el que te alquila, el que quiere más… y nos va devorando, aquello por lo que estuviste luchando hoy vive arrasado… el precio de gentrificar, consumiendo tu ciudad, la huella que deja el turismo de masas, es que te echan de tu casa”. Y otra letrilla más indoor, “la casa donde me críe es la huella de mi ayer, es lo inmaterial que no paga el dinero, la casa de mis abuelos”. Va todo como con bulla y como si el Falla fuera sordo. Y la tanda de cuplés, taquicárdicos: uno añora las pelis de pelo codificadas del Canalplús. “Porque los amores bonitos se clavan y dejan huella”. Denso y espeso popurrí con bombo y caja, no hay dudas, cargando la mochila de generaciones, esa que va marcando tu identidad… “soy la huella que hiciste al andaaaaar”. ¡¡Juan, sácame de esta cueva!!
‘La alegría de mi casa’, ¿de qué comparsa eres?
¡¡Ese bajoooo!! “Álex Ubago es mi profeta, y mis maldades salen todas de sus letras”. La niña de familia Addams se sube también a estas tablas, y cantando a doce voces saluda ‘La alegría de mi casa’, chirigota de San Juan de Aznalfarache, ¡¡Sevilla!! Raúl Calzado Pérez y Pablo Leiva Muñoz firman la autoría en este cementerio. Silencio incómodo antes de esos pasodobles dolorosos. Una letra piropillo: Cádi, “tú sí que eres la alegría de mi casa”. “Ser de aquí es hacer que de un mismo plato te coman tres”, anota el otro pasodoble verdiblanco. Cuplés terroríficos. “Si se muere tu suegra, enhorabuena”. El popu no se sale del tipo: malo malísimo, como los miércoles. Qué horror, Juan. El Falla no lo duda: ¡chirigota chirigota! Aro aro. Homenaje al tanatorio de la Zona Franca.
‘Los amuletos’, al azar
Son de amooooreeesss. Que no que no. Caminante no hay camino, que sí que sí. “Nunca te quedes parado, sólo muere el que está quieto… y camina camina… que antes que llegue el final, por el camino encontrarás tus propios amuletos”. La comparsita del Andy, sin Lucas, se ha bajado de camerinos con los maletones. Con nosotros, con vosotros, ‘Los amuletos’, firmada por Juan Pablo Gallardo, Antonio Manuel Cruz, Raúl Gálvez, y el propio Andrés Morales. Esos ojitos dan yuyu. En la primera letra llaman sinvergüenza a, no sé, ¿a Cajasol?…, “paga de una vez lo que debes”, a los carnavaleros por la publi del pasado concurso. En modo cobrador del frac, coplero. Y contradictorio el siguiente, quejoso con las letras metacarnavaleras insustanciales, pero ahí lanzan más metacarnaval: “los carnavales no se crearon para hablar sin decir nada, es dar al pueblo tu propio punto de vista, sólo pensáis en la fama y lo comercial… hay autores que no se mojan ni en la Caleta… maldita sean los demonios, seguir cantando a esas tonterías que esto se muere en dos días”. “Andy, a ver si además del Lucas, te separas de la nevera”, apuntilla con auto-guasa uno de los cuatro mini-cuplés; huyendo otro del Manolín Santander, “por la orillita de la Caleta”, jeje. “No sé pa que busco amuletos, si la suerte está de mi lao, que mi mare me parió en Cádi, mira tú que afortunao”. Quejosos con los finales de pupurrí en la Caleta, “que la vais a convertir en un cementerio”. Repertorio dedicado a los gaditanos anónimos que se bañan en Santa María del Mar, ¿no? Yoquejé, es un sinsentido de cuatro hojas, una herradura con pretensiones, oxidá. A veces la miro y lloro y lloro, pensando que pudo y no fue al final… Ay Juan, las cositas que uno se tragaba en la pubertad…
‘Lo mío es peor’, pase por triaje
En la sala de espera del médico aguarda con achaques la chirigota ‘Lo mío es peor’, desde Alcalá de Guadaira. Sin cita previa esa presentación. Lo suyo es peor. Francisco Javier Ruiz Quintanilla Foncubierta y Carlos Javier García Sánchez se responsabilizan de la letra, y Marcos Antonio Nogueroles y Diego Letrán, de la música. Una señora cristiana católica, apostólica y romana modelo te canta el primer pasodoble, “la que reza cada día con vulgar hipocresía pa ocultar su temor ante la muerte”. Vaya remate, Juan. Ma quedao muerta. “Que el varón no es el dueño de tu suerte”, sentencia la segunda letra, censurando los tópicos machistas del reguetón. Locas por el Juanymedio y sopa marinera con las bragas exprimías. Ahí quedan esos cupleses, desgarradores como una operación de fimosis. “Titiritirán titirititrón”. El marujeo adoba un popurrí que pide Pantoprazol para su consumo…, “para hacer bien el amor hace falta una pastilla azul… que me duele el corazón de toíto lo que te quiero”. Y ni media referencia a la situación decadente de la sanidad pública, Juan.
‘La última canción’, componiendo vida
El tapón a esta fatigosa función de las prelis lo pone desde la localidad cordobesa de Almodóvar del Río ‘La última canción’…, “vengo a buscar ese punto intermedio entre letra y melodía… que la vida pasa porque es tan corta, como una canción”. Son cantautores, Juan, no te comas más el coco con el tipo. No me imagino a Aute, Paco Ibáñez, Javier Krahe, Ismael Serrano o Raimón con esas pintas. Francisco Javier González Peñalver suscribe la autoría de música y letra. Ilusión y respeto: los palabros que no podían faltar entre los versos de ese primer pasodoble piropillo desde más allá de la curva de Torregorda…, “cómo te sorprendo Cádi con mi canto forastero… cómo te llego a tus adentros, que he soñado tantas noches con este momento, cómo calmo estos nervios… ha sido pisar tu ciudad y se siente la alegría… en carnaval eres la envidia de Andalucía”. Y ración de ni machismo ni feminismo: “la igualdad no es la venganza de un pasado y un presente, de dos almas diferentes… que no caiga en los errores que tuvo el hombre”. Afú, Juan. Cuplés innecesarios. “No me llores tierra mía, que no dejaré de cantarte, toda mi vida, toda mi vida”. Amenazando, el gachó. Componiendo esa the last song vital en los ocho minutos del pupurrí…, “la vida se nos va de las manos, y aquí nos preocupamos por el qué dirán… que la vida pasa porque es tan corta, como una cancióooon”. Po ponla en modo repeat.
Las 23.42 horas. Baja el telón. No vea la sesión que se ha comido el Sergio González en ese palco, al nivel del juego de su Cádi desde hace demasiados meses. Vizcaíno no lo va a echar del banquillo, ¡¡va a salir huyendo él!! Juan, ¿cantamos bajo la lluvia? Po no, ha escampao. Hala, Inteligencia Artificial, ponle el punto y final a la parrafada con una frase célebre digestiva, al nivel de las croquetas del Diego: “La locura, a veces, es sólo una inteligencia lúcida que se niega a conformarse con las reglas del juego”, dicen que dijo el francés Jean Cocteau. Dany Rodway
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