Este domingo 15 de mayo se cumplen cinco años de aquel 15-M de 2011, con la crisis-estafa como telón de fondo y a una semana de elecciones municipales en España, en el que despertamos (o comenzamos a hacerlo, y otros comenzaron a inquietarse) del letargo, de la apatía, de la resignación, del votar con la nariz tapada, del “esto es lo que hay”: aunque en esos comicios y en los generales de noviembre arrasaba la derecha, que a continuación ha arrasado con sus recortes de derechos y libertades.
Surgió el llamado movimiento 15-M o de los indignados, que a lo largo de este lustro ha ido evolucionando y madurando, hasta empezar a colarse incluso en las instituciones –ahí están los casos de la capital gaditana o de Puerto Real-, pese a las reticencias y zancadillas de poderosos y privilegiados. Fue importante ese domingo como ‘despertador’, pero más relevante todo lo que ha venido después, y lo que todavía se espera.
En el ya emblemático 15-M se convocaron manifestaciones por todo el país bajo el lema ‘¡Democracia Real Ya! ¡No somos mercancía en manos de políticos y banqueros!’ para “denunciar la irresponsable gestión económica por parte de los poderes políticos y económicos”, exigiendo que “asuman las responsabilidades que les corresponden”. Y detrás de esas protestas cocinadas mayormente en el mundo virtual, y ninguneadas inicialmente por los grandes medios de comunicación, no estaban ni los partidos políticos ni los sindicatos; estaba la gente.
El lunes 16 de mayo de ese 2011, en DIARIO Bahía de Cádiz nos hacíamos eco de ese primer estallido a nivel local, porque no todo ocurrió ni mucho menos solo en Madrid y su Puerta del Sol, con el titular: “Lo llaman democracia y no lo es”; y el jueves anterior ya informábamos de la convocatoria.
Ese domingo de levante (en el que el Cádiz CF de José González caía en Melilla 2-0 en el último partido liguero, antes de enfrentarse a los play off como cuarto clasificado) más de mil personas en la capital gaditana (también se convocaron movilizaciones en otros puntos de la provincia como Jerez, Algeciras, Ubrique y Arcos) se unieron a la marcha que arrancó en la plaza de España y terminaba, sin incidente alguno, ante la Subdelegación del Gobierno.
“Fue una fiesta y una demostración de civismo, fue emocionante e ilusionante, fue el germen de lo que viene”, afirmaban en su momento los organizadores, insistiendo en que “Cádiz hizo honor a su tradición más demócrata y tomó la calle en masa sorprendiendo a propios y extraños. Con un viento de levante de los que hacen historia los gaditanos se lanzaron a la calle reclamando una ‘democracia real ya’ y una gestión de la crisis en la que los culpables de crearla la paguen y no sean recompensados”,
Sin banderas, sin partidos y sin sindicatos al frente, se pudo ver en esta movilización gaditana personas de diferentes espectros “desde abuelos octogenarios que lloraron al finalizar la manifestación, hasta niños en carritos portando pancartas donde denuncian el adoctrinamiento de la escuela pública”.
Una protesta impulsada por desempleados, desahuciados, autónomos, trabajadores, amas de casa, estudiantes y jubilados, “unidos contra el abuso que la clase política ha consentido y que está entorpeciendo aún más la superación de esta crisis”. Haciendo gala de su responsabilidad cívica, “han retomado o fortalecido su participación en la vida pública, dejando a un lado sus posibles diferencias ideológicas o culturales”, se incidía. Y los motivos: el paro, la corrupción, el alto nivel de empobrecimiento de la sociedad, la pérdida de derechos sociales, la precariedad laboral, o la preocupación sobre el futuro de los hijos.
Entre las exigencias iniciales de ese 15-M en Cádiz, por un lado, la reorientación de las políticas públicas “hacia la protección del interés general”; asimismo, cambios en la ley electoral “que ofrezcan vías para una autentica participación ciudadana en las decisiones públicas”; el fin de los “privilegios” de la clase política; medidas drásticas contra el fraude fiscal y la fuga de grandes fortunas hacia paraísos fiscales; y el fin de las subidas de impuestos “indiscriminadas” y de la privatización del sector público.
CERCA DE UN MES DE ACAMPADA EN EL PALILLERO
En muchas ciudades españolas, y en otras fuera del país, tras este 15-M, brotaron acampadas en plazas públicas -emulando la de Sol en Madrid-, donde se celebraban asambleas populares, debates y variopintos actos de denuncia y concienciación abiertos a todo aquel que quisiera participar y hacer sus propuestas.
En el caso de Cádiz, esta concentración-acampada permanente pacífica y apartidista se montaba de forma espontánea en la céntrica plaza del Palillero, unos días después de esa manifestación, y se mantenía –pese a la lluvia de algunas jornadas y la inquietud de ser desalojados como en otros puntos del Estado- prácticamente un mes, hasta el 19 de junio, cuando se celebraba una nueva manifestación estatal con el lema ‘Europa para los ciudadanos y no para los mercados’, que en la ciudad juntó a alrededor de 4.000 personas según los cálculos de la Policía. Se decidía levantar la misma, que había convivido sin excesivas quejas con comerciantes y vecinos, para continuar con la actividad “de otra manera”.
Días antes, el movimiento Valcárcel Recuperado ya había ocupado este edificio frente a la Caleta dejado a su suerte, donde desde años antes se proyectaba construir un hotel de lujo, frustrado por la crisis, y lo convertía durante meses en un ilusionante centro social y cultural autogestionado; hasta el desalojo policial y judicial a principios de 2012.
Este movimiento de ‘indignados’, como lo tacharon los desconcertados medios generalistas, en la provincia gaditana también contó con otros dos puntos calientes. Uno de ellos es la plaza del Arenal en Jerez, donde se desarrolló otra acampada; y la Plaza del Polvorista de El Puerto, donde se celebraron asambleas.
“La llaman democracia y no lo es”, “No nos representan”, “No es un gobierno, es una mafia”, “PSOE-PP la misma mierda es”, ”No hay pan para tanto chorizo”, “Somos el 99%”, “Somos los de abajo, y vamos a por los de arriba”, “No debemos, no pagamos”, “Ningún ser humano es ilegal”, “Sí se puede”… entre las consignas que rodearon el 15-M y sus derivaciones, y que todavía resuenan.
“GANAR LAS ELECCIONES NO ES GANAR EL PODER”
Cinco años después, este domingo desde la plataforma ciudadana Democracia Real ¡YA!, junto con el 15M y el movimiento francés Nuit Debout, se anima a “ocupar las plazas de todas las ciudades del mundo; llevemos nuestros lemas, pancartas y gritemos juntas. Vamos a conquistar el mundo y derrotar a los criminales que nos están llevando de desastre en desastre hacia la destrucción e injusticia universal”.
Además, en clave nacional, en este quinto aniversario del 15-M y a poco más de un mes del 26-J, Democracia Real ¡YA! parece mirar hacia a Podemos y sus confluencias, sin decirlo, y repara en que “ganar las elecciones no es ganar el poder”. Y reflexiona que “la prioridad es la movilización, informar, cambiar la cultura, actuar en los tribunales, luchar sindicalmente, derrotar a los bancos y grandes empresas de la mafia, y lograr una nueva economía con cooperativas y empresas responsables social y mediambientalmente. Estos cambios son los que modifican la conciencia colectiva, hacen surgir fuerzas políticas nuevas y ganar las elecciones, no a la inversa. Lo institucional solo es el reflejo del equilibrio de fuerzas sociales y económicas”.
“Somos legión, no olvidamos, no perdonamos, exigimos democracia real, justicia, verdad, reparación, paz, derechos medioambientales y humanos, y no nos rendimos”, sentencia esta plataforma.
“Desde el principio la mafia bancaria-empresarial-mediática-política trató de ningunearnos y destruirnos. La escalada represiva ha ido aumentando en España a medida que estamos volando los cimientos de su régimen dictatorial. La violencia policial dejó imágenes que evidenciaban su tiranía, y por ello han reforzado la represión con las leyes mordaza, a la vez que sus grandes medios de des-información siguen escupiendo propaganda, manipulaciones y mentiras. Todo ello para tratar de generar miedo, desgastar a las personas que nos rebelamos y criminalizarnos. Lo que hacen es quedar más en evidencia, y darnos más razones para seguir rebelándonos. Como decía Gandhi: ‘primero te ignoran, luego se ríen de ti, después te atacan, entonces ganas’”, anota el manifiesto de Democracia Real ¡YA! por este aniversario.