CRÓNICA J-1. “Hemos dado un paso atrás en todo”. Son palabras nada tranquilizadoras e inquietantes del entrenador del Cádiz CF en la antesala del estreno liguero, de la tercera campaña consecutiva de los amarillos en Segunda división, en eso que el patrocinador insta a llamar LaLiga 123. El Ramón de Carranza se abrió en la tarde del viernes, aún casi en el ecuador de agosto, para dar el pistoletazo de salida a una nueva temporada de fútbol profesional en España, con la visita de la UD Almería, que acabó salvándose a lo justo de caer al pozo de Segunda B.
Una campaña, la 2018/2019, en la que el objetivo de los gaditanos vuelve a ser alcanzar cuanto antes esos famosos 50 puntos que aseguren la permanencia (con el discurso de la modestia se ha luchado en lo más alto en las dos temporadas precedentes), y en la que el reto de partida es ser “un equipo reconocible” (sacrificio, mantener la portería a cero, y a partir de ahí, correr a por el gol) tras una pretemporada imbatida, algo que no dice mucho. La competición es otra cosa. Con todo, a estas alturas no han llegado todos los fichajes deseables y la ‘salida’ de Alvarito, rozando el esperpento, sigue enquistada.
Y por delante largos meses de una liga regular sin filiales que se presenta casi más atractiva que la previsible máxima categoría, con demasiados favoritos con ‘nombre’ para el ascenso: los exPrimera (con la ventaja de contar con más millones para confeccionar sus plantillas) Málaga, UD Las Palmas y Deportivo de La Coruña; y a ellos hay que sumar, sobre el papel, a Granada, Sporting de Gijón, Osasuna, Real Zaragoza, Real Oviedo, Tenerife, Numancia… Emoción, incertidumbre, igualdad: los tópicos de cada año, al cuadrado.
Para este primer ‘combate’ en casa con cerca de 14.000 personas en las gradas, una semana después del decente papel ofrecido en el Trofeo, Cervera contó con un once inicial formado por: Alberto Cifuentes bajo palos; los exsevillistas Matos y Carmona para las bandas, con Marcos Mauro y Kecojevic en el centro de la defensa; Álex y el recuperado José Mari en el centro del campo, con Aketxe (y su ilusionante regreso), más adelantado; y arriba, el portugués Agra por la derecha, el canterano Manu Vallejo por la izquierda (Álvaro, ni convocado…), y Mario Barco en la delantera.
Los de casa trataron de exponer más desde el pitido inicial, y fruto de esa mayor insistencia, ante un Almería anodino metido en su campo, llegaron las primeras oportunidades de Agra, a punto de cabecear un centro de Vallejo; de Kecojevic; y del propio zurdo del Cádiz B tras una combinación con Álex.
Pasada la media hora, se reclamó un penalti sobre Barco, que parecía recibir un empujón dentro del área, y que el árbitro no apreció. El mismo delantero procedente del Lugo cabeceaba a continuación por encima del larguero, en sendas ocasiones, asistencias desde la derecha. Tanto él como los dos extremos, Agra y Vallejo, se veían con hambre. La primera y única ocasión visitante llegaría en el minuto 42, un disparo lejano y desviado de Chema. Y a las duchas.
Tras un incidente en fondo sur durante el descanso y Brigadas Amarillas protestando (dejando vacía durante un rato su zona en la grada), se reiniciaba la partida, espesa, con los gaditanos intentándolo, sin rifar la pelota, y los almerienses todavía más replegados. En el 56 se materializaría la primera doble oportunidad de este periodo, abortada por el portero Fernando.
La superioridad del Cádiz era más que evidente, y el míster recurría a Salvi, ovacionado, en el lugar de un intenso Agra, tratado de encontrar ese último empujón. Y en su primera participación, en el 64, centraba y Barco remataba de primeras, de nuevo topándose con el guardameta. Tres minutos después, el roteño aprovechaba un rechace para probar con potencia, pero se iba fuera. Juan Hernández también relevaba al otro gran extremo, Manu Vallejo.
Y tanto va el cántaro a la fuente… Al fin en el 75 el Carranza pudo cantar el primer gol de la temporada, más que perseguido y merecido, el 1-0. Tanto de Álex Fernández, con rabia, en una dejada del delantero. Minutos después, Hernández y Barco tenían cerca el segundo, mientras los hombres de Fran Fernández daban un tímido paso adelante. Sin embargo, el Cádiz se sentía con confianzas para no meterse atrás, lo que a su vez derivó en algún sustillo en el largo descuento, con el portero almeriense rematando hasta un córner. Ya quedan 47 puntitos para alcanzar los 50… En definitiva, satisfacción en el cadismo en este inicio liguero, pese al pesimismo (¿realismo?) ‘cerveriano’. DIARIO Bahía de Cádiz