Ni dos meses después del ascenso a Segunda, la pelota vuelve a rodar en competición oficial. El Cádiz se estrenaba este viernes visitando a la UD Almería con un equipo muy de circunstancias, con bajas y sólo tres de los fichajes en el titular, y pese a ello conseguía arañar un punto (1-1), poniéndose incluso por delante en el marcador, y sufriendo un dudoso gol anulado de Salvi, cuando los almerienses acorralaban y los de Cervera se defendían como podían, y con una zaga mermada por las lesiones de Luis Ruiz y Migue.
Casi sin tiempo para asimilarlo. Ni dos meses han pasado de aquel gol de Güiza en el Rico Pérez, del ascenso a Segunda división muy inesperado pero celebrado con ganas, tras unos play off inmejorables de la mano de Álvaro Cervera, y la pelota vuelve a rodar en competición oficial. El Cádiz se estrenaba este viernes por la noche visitando el estadio de los Juegos Mediterráneos de Almería, y plagado de bajas, en eso que llaman ahora LaLiga 1|2|3 (por el banco que paga), tras seis temporadas en el anodino pozo de Segunda B.
Retorna a la Liga de Fútbol Profesional (LFP), a una división de plata cada año más competitiva y a la vez, moviendo más dinero (y por ello mismo con extraños horarios impuestos por la tele), por lo que el objetivo de los amarillos es obvio: luchar por la permanencia, consolidarse en la categoría y luego ya se verá… Hay que ser realistas, y prácticos.
Un Cádiz CF que, Cervera lo lleva avisando en las últimas semanas de pretemporada, sigue en construcción, en espera de que los fichajes terminen de adaptarse, y de que el equipo se parezca más a uno de Segunda que de Segunda B: “un equipo con las ideas claras y a partir de ahí salir a jugar”, es lo que busca.
De momento, este nuevo Cádiz ha adquirido en propiedad a Aridane y Álvaro García (ambos estaban cedidos por el Granada), ha renovado a Salvi, y han llegado Aitor García, Nico Hidalgo, Javi Carpio, Gorka Santamaría, Jesús Fernández, Luis Ruiz, Rafidine Abdullah, Alfredo Ortuño, Rubén Cruz, Khalifa Sankaré, José Mari y Eddy Silvestre. Por el otro lado, se ha dicho ‘adiós’ a: Pavez, Nana, Lolo Plá, Pol Ballesté, Andrés Sánchez, Xavi Carmona, Zafra, Canario, Hugo Rodríguez, Despotovic, Jandro y Kike Márquez. Y parece que David Sánchez está más fuera que dentro, tras no viajar a tierras almerienses.
Bastantes nombres nuevos, pero en el primer once titular solo tres novedades con respecto a los que ya jugaban en Segunda B, lo que habla mucho de lo circunstancial del momento: Cifuentes, en la portería; Carpio, Aridane, Migue, Luis Ruiz, en defensa; Mantecón y Garrido en el centro del campo, Salvi y Álvaro en las bandas, Abel Gómez de mediapunta y Ortuño. Es más, en el segundo tiempo también tuvieron minutos dos canteranos, Alberto Quintana y Juanpe.
Tras una primera media hora sosa en la que la UD Almería (que la temporada pasada se salvó en la última jornada del descenso) intentó acorralar sin mucho éxito, ya que apenas creó peligro, a un rival novato en la división, los de amarillo se sintieron más sueltos y confiados, daban un paso adelante (coincidiendo con la lesión de Dubarbier en el bando rival), y llegaban las ocasiones más interesante de este periodo, desde la banda izquierda en las botas de Álvaro García: en el minuto 35, un centro al que no llegaba a rematar bien Salvi por poco; y en el 39, en otro balón colgado que Ortuño cabeceaba arriba.
Pasado el descanso, se abría el partido durante unos minutos hasta que el conjunto almeriense se hacía dueño de la pelota y metía el miedo en el cuerpo a los gaditanos, que se defendían como podían. Y cuando peor lo pasaban, en el 15, en una contra aislada, Salvi estrellaba el balón en el palo y Alfredo Ortuño aprovechaba el rechace para marcar el 0-1. Sin duda, un acierto su contratación.
Alegrón empañado por las lesiones instantes después en la defensa, de Luis Ruiz y de Migue, un jugador que tiene muchas papeletas de salir antes del cierre del mercado de fichajes. En medio de este descontrol, en el 23, en otro saque de esquina botado por los de casa, Azeez no perdonaba para establecer la igualada. Pero hay más, a diez minutos del final, se le anulaba el 1-2 a Alvarito por dudoso fuera de juego, en una falta frontal sacada por Ortuño.
Entretanto, los rojillos no dejaron de apretar y el Cádiz, de sufrir, en este último tramo del choque, en el que encima se veía mermado por la ausencia del delantero, atendido por una brecha en la ceja. Y ahí estaba Cifuentes para sacar con los puños en disparo potente de Chuli. Poco después, era Garrido el que evitaba el tanto casi en la misma línea, en un lanzamiento de Quique.
Un punto más que válido en el ansiado debut en Segunda, a domicilio y con un equipo que se parecerá poco al que será titular dentro de varias jornadas, una vez que se asienten y se acoplen las altas. No obstante, a los que han jugado no se les puede reprochar nada. La próxima cita, el domingo 28 en el Ramón de Carranza ante el Real Mallorca… esto suena ya a otra cosa, muy diferente a lo que nos tenía acostumbrada la triste Segunda B. DIARIO Bahía de Cádiz
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