La Policía Local intervenía en la madrugada del pasado 9 de enero en un accidente en el entronque de entrada a la capital gaditana. La conductora duplicaba la tasa de alcoholemia y dos de las ocupantes resultaron heridas. Tenían montada una fiesta en el coche, procedente de San Fernando, y grababan videos para redes sociales.
Dos personas resultaron heridas leves en la madrugada del pasado lunes día 9, sobre las 4.30 horas, en un accidente de tráfico en el entronque de entrada de la ciudad de Cádiz.
El vehículo, un Peugeot 307, acabó debajo del puente elevado que va hacia Puerto Real, con importantes daños en su estructura. La Policía Local se personó inmediatamente en el lugar y procedió a señalizar la zona del accidente y a socorrer a las lesionadas, solicitando la presencia en el lugar de los servicios sanitarios para atenderlas.
No obstante, cuando los agentes intentaron identificar a la conductora del coche, percibieron “versiones contradictorias” entre las ocupantes acerca de quién conducía. Tras entrevistarse por separado con las implicadas, lograron dar con la identidad de quien iba al volante. Y, como fruto de estas indagaciones, también tuvieron conocimiento de que en el momento del accidente las implicadas se encontraban grabando con el teléfono móvil un directo para la red social Instagram.
Ante los indicios de encontrarse ante un presunto delito contra la seguridad vial, los agentes requirieron el visionado del vídeo, logrando identificar sin ningún género de dudas a la conductora del vehículo. Tras ser sometida a la prueba de alcoholemia, arrojó un resultado de 0,57 mg/l de alcohol en aire espirado (duplicando la tasa permitida), por lo que se procedió a denunciarla por un delito contra la seguridad vial por conducir bajo los efectos de bebidas alcohólicas.
DELITO CONTRA LA SEGURIDAD VIAL
Dicho delito, recuerdan desde el Ayuntamiento en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, lleva aparejado la pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad, y, en cualquier caso, la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.
Conducir con esa tasa de alcohol “supone una grave alteración en el rendimiento en la conducción, tener una falsa seguridad en sí misma que lleva a sobrevalorar la capacidad para conducir”, y ésta circunstancia es observada en dicho video, “ya que la conductora, desatendía la conducción, soltaba las manos del volante para bailar, ingería alcohol de una botella de whisky, a la vez que cantaba y gritaba interactuando con el resto de ocupantes del vehículo, que se encontraban en la misma actitud”. Para más inri, la persona que iba en el asiento del copiloto, “viajaba sin cinturón de seguridad” y el coche “circulaba a una velocidad por momentos en torno a 130km/h en una vía limitada a 80”.
Por tales motivos se va a investigar a la conductora además por otro presunto delito contra la seguridad vial al conducir con temeridad manifiesta, no solo hacia otros usuarios de la vía, sino hacia los propios ocupantes del vehículo. Este delito lleva aparejadas penas de seis meses a dos años de cárcel y privación del derecho a conducir por tiempo superior a uno y hasta seis años. La conductora ha sido citada ya para un juicio rápido en el juzgado de instrucción.