JORNADA 25. Tras batir un triste récord, su peor racha sin ganar de la historia (camino de los seis meses, desde principios de septiembre), el Cádiz se plantaba en la tarde del sábado en Pamplona con la imperiosa necesidad, otra vez, de dar un giro radical en lo futbolístico, y en las sensaciones y sobre todo en los resultados, para frenar una dinámica que, irremediablemente, lo acerca cada semana más a Segunda división, e indigna y frustra cada vez más a la afición con el club (y sus gestores). Enfrente, un siempre férreo Osasuna, navegando en la zona media de la tabla.
“Es un partido difícil, pero tenemos una posibilidad para poder dar un paso adelante. Me quedo con la predisposición de los jugadores para mejorar. La racha se va estirando y hay un tiempo pasado que se va alargando y un futuro que va acortándose, pero eso no nos puede quitar las posibilidades tan grandes de poder meternos en la lucha”, reflexionaba en la previa del choque en El Sadar el técnico Mauricio Pellegrino, insistiendo en que “la situación es difícil pero no es imposible”.
Como once inicial, el entrenador argentino contaba en esta ocasión con: Ledesma, bajo palos; defensa de cinco, con Zaldua y Pires por las bandas y Fali, Meré y Chust de centrales; Escalante y Rubén Alcaraz, en el centro del campo; y arriba, Navarro, Juanmi y Chris Ramos. Y Brian Ocampo, ni entre los convocados.
Aunque la primera tímida ocasión se la apuntaba el Cádiz, con un cabezazo de Fali a las manos de Ander Herrera, los rojillos no tardaron en meterle presión a los visitantes y en el 10 avisaba Iker Muñoz con un potente disparo que se iba por encima del larguero; dos minutos después, Budimir remataba algo desviado desde el corazón del área aprovechando el centro de J. Mojica.
Hasta el 24, con el juego en una fase más equilibrada, no se volverían a acercar al área navarra los amarillos, con una oportunidad clara fallada por Chris tras una gran acción individual a la contra de Robert Navarro, el jugador con más calidad e ímpetu hoy entre los gaditanos.
Hasta el ecuador, el Osasuna siguió mostrándose superior a un conjunto de Pellegrino que, como en partidos anteriores y pese a aguantar, mostraba dudas y errores atrás e inoperancia generalizada arriba, salvo destellos de Navarro. Y al borde del pitido, Jorge Meré fallaba el 0-1.
SIN REACCIÓN POR ENÉSIMA VEZ
Con la entrada de Iván Alejo por Zaldua comenzaba un segundo tiempo en el que los de casa daban un pasito más en busca del gol, y lo encontraban en el minuto 63: un cabezazo letal de Budimir en el área, asistido por Rubén García.
A partir de ahí, Pellegrino fue dando entrada al verde a Samassékou, Maxi Gómez, Machis y Sergi Guardiola, tratando de ver alguna reacción con muchos minutos por delante, pero apenas se le veía otra cara a este Cádiz hundido mentalmente, a merced de un Osasuna todavía más asentado y liberado.
Ya en la recta final, Conan Ledesma salvaba el segundo en un mano a mano ante Ibáñez; pero el que no fallaba era Budimir en el 90, aprovechando una pérdida de pelota de Darwin Machis, estableciendo la sentencia.
“Estamos en el momento en el que las cosas no salen pero veo un gran espíritu; hay que seguir insistiendo”, comentó tras el partido Mauricio Pellegrino, que empieza a ser consciente de al banquillo al que ha aceptado venir (donde parece que ningún otro entrenador quería sentarse para relevar a Sergio González…). DIARIO Bahía de Cádiz
/ FOTO: Cádiz CF