El Ayuntamiento de Cádiz puso en marcha el 1 de julio la habitual temporada alta de playas, y anunciaba la activación de todos los servicios y equipamientos “al cien por cien” a lo largo de toda la costa y las diferentes playas de la capital. Es la primera temporada que se desarrolla bajo la dirección de la empresa pública Cádiz 2000, una vez que se han remunicipalizado los servicios de limpieza de arenas, recogida de residuos, conservación y mantenimiento de los equipamientos e infraestructuras; los servicio de asistencia sanitaria y socorrismo; y el servicio de limpieza y mantenimiento de vestuarios.
Una municipalización, tras años y años de servicios privatizados, que parece no estar funcionando como sus defensores confiaban y sí como sus detractores deseaban.
“Es vergonzoso y triste que un equipo de Gobierno teniendo conocimiento de la desastrosa gestión tanto del concejal responsable como del gerente de Cádiz 2000, asuman el fracaso en la municipalización, permitiendo que se estrellen, y provocando con ello que los colectivos de trabajadores no estén notando el rescate de un servicio público, ni en mejoras laborales ni en condiciones de trabajo”, alertan en un duro comunicado desde Autonomía Obrera.
Este sindicato argumenta en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que el bipartito de Sí se puede y Ganar Cádiz en Común “aún no ha entendido el significado de municipalizar servicios públicos en su máxima expresión”. Y recuerda que “al municipalizar los servicios de las playas se perseguía como objetivo cambiar radicalmente la utilización política y económica que durante 20 años lo convirtieron en mercancía y negocio, cuyo objetivo se limitaba a obtener beneficios a costa del ciudadano y trabajadores, apropiándose con ello de los recursos públicos”.
Así, durante tantos veranos con estos servicios explotados por empresas privadas, “los colectivos de playas sufrieron y padecieron esas políticas, donde las empresas con el abaratamiento de las licitaciones y el obtener beneficios, provocaban unas lamentables condiciones, y la conflictividad laboral predominaba, al margen de las continuas quejas al carecer de los medios adecuados para desempeñar sus funciones. Sólo hay que tirar de hemeroteca para ver lo que sufrieron los colectivos con éstas empresas y con las políticas que se llevaron a cabo”, evidencian desde Autonomía Obrera.
De este modo, con el rescate de estos servicios para ser gestionados de forma directa por el Ayuntamiento, y pese a la oposición frontal de PP y Ciudadanos (lo que de partida permite el ahorro del IVA y del beneficio industrial), “el objetivo era cambiar esas políticas y mecanismos de gestión, apostando por una transformación social y laboral, pero que a día de hoy brillan por su ausencia”, lamenta este sindicato, defensor del proceso.
“EL CONCEJAL Y EL GERENTE ESTÁN PROVOCANDO EL FRACASO”
Interpretan desde AO que lo tenía “muy fácil” la sociedad Cádiz 2000, una vez salvado los problemas de los informes técnicos y jurídicos de viabilidad y dotando los servicios con seguridad económica, liquidez y medios materiales, “pero sus responsables, que tenían encomendado controlar y gestionar, a día de hoy lo están complicando todo. Tanto el concejal Adríán Martínez de Pinillos (presidente de la empresa municipal desde el pasado febrero), como el gerente, Carlos García, no entendieron nada de la responsabilidad que tenían entre manos y para colmo su prepotencia les hacen dar palos de ciego, poniendo en riesgo un modelo de gestión que debería de brillar por mejoras en los colectivos y un buen servicio a los ciudadanos, así como en la creación de empleo”.
Insiste este sindicato que después de todo un invierno “que debería de haber servido para preparar la temporada estival”, Cádiz 2000 “se ha caracterizado por la improvisación, continuos cambios de cuadrantes y mal realizados, falta de materiales, errores de nóminas, vestuarios de la plantilla inadecuados, falta de comunicación a los trabajadores, ninguneo de sus solicitudes, incumplimiento de convenio al no cubrir los puestos vacantes, ni realizar sustituciones, incumplimientos en la condiciones de trabajo, sanciones verbales, y mucha, mucha prepotencia”.
Autonomía Obrera no duda en señalar a Martínez de Pinillos y a García: “el concejal y el gerente están provocando el fracaso de la municipalización; es triste y lamentable que en tan corto espacio de tiempo acumulen tantos despropósitos. Un gerente sin ningún tipo de experiencia en este tipo de servicios que no se ha rodeado de funcionarios que deberían haber adscritos desde Medio Ambiente y a coste cero, con años de gestión en las playas, por pura prepotencia. Y un concejal incapacitado en dar indicaciones políticas encaminadas a las mejoras del servicio y mejoras laborales de las trabajadoras, esa es la línea que debería abanderar un político en un servicio público y no limitarse a tertuliar su gestión con los mandos intermedios”.
“Han perdido el rumbo del control del servicio o por desconocimiento o por, mucho nos tememos, una incapacidad más que demostrada. Lamentablemente (centrándose en el servicio de los módulos playeros) están permitiendo y consintiendo en no cubrir y garantizar las necesidades básicas en la infraestructura ni en recursos humanos ni en los materiales necesarios para el desempeño de las funciones de las trabajadoras; además de algo muy grave, sin ejecutar una política de empleo que dignifique a las trabajadoras que están como a las que puedan incorporarse para cubrir las carencias de personal; pareciéndose más la gestión al de una empresa privada, ya que ni si quieran han sido capaces (y tiempo han tenido) de llevar a cabo una bolsa de empleo pública”, sentencia este sindicato, mayoritario en el comité de empresa.
A colación, UGT también ha denunciado esta semana “graves deficiencias” en el servicio de vestuarios, que van desde la falta de materiales e infraestructuras básicas como sillas, parasoles o incluso de suministro eléctrico y agua fresca hasta el incumplimiento de acuerdos sobre la convocatoria de la bolsa de trabajo o el reparto de las horas extra y complementarias.