La iluminación ornamental del segundo puente sobre la Bahía de Cádiz, el llamado Puente de la Constitución de 1812, se encuentra desde hace unos días en fase de pruebas por parte de técnicos del Ministerio de Fomento, y se estima que su entrada en funcionamiento definitiva se produzca a lo largo de las próximas semanas.
No obstante, desde el PP gaditano, en cuanto se ha encendido la primera ‘bombilla’, no han dudado en volver a atribuirse la obra, como llevan haciendo casi desde los inicios de los trabajos –aunque fue un Gobierno socialista el que puso la primera piedra, el Ayuntamiento de Teófila Martínez saturó con autobombo y publicidad institucional para que los vecinos ‘asimilaran’ que lo levantaba la entonces alcaldesa con sus manos-; eso sí, obviando años de retrasos y vicisitudes y un sobrecoste inexplicado –de 272 millones a unos 500-, y que curiosamente se inauguró todavía oliendo a alquitrán y sin terminar en septiembre de 2015, a unos días del arranque de la campaña electoral de las generales.
A mediados del pasado julio se abría por fin el paseo marítimo que discurre bajo el nuevo puente, aunque de forma provisional –debido a los numerosos desperfectos recogidos por el actual Gobierno municipal-. Y en esa visita del ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, rodeado por una larga comitiva de políticos populares, se ponía fecha a las últimas obras asociadas con el proyecto; confiando que en septiembre se remate la iluminación ornamental y el centro de control. Estos trabajos complementarios cuentan con un presupuesto de más de 35 millones de euros.
Así, en cuanto a esa “espectacular iluminación” que ya se puede comprobar estas noches, el presidente del PP en la provincia, Antonio Sanz, ha mostrado su “expresa felicitación” tanto al Gobierno de España “liderado por Mariano Rajoy, promotor del puente”, como a Teófila Martínez, la exalcaldesa e impulsora del proyecto, por luchar incansablemente para incorporar mejoras a la provincia y por favorecer más inversiones y desarrollo”.
Se da la casualidad de que algún medio afín a la derecha ya vaticina que la cántabra volverá a ser la alcaldable por el PP en la capital gaditana en 2019, con 71 años de edad. Parece que toca ya empezar la campaña, después de que Martínez haya pasado casi desapercibida en estos dos años que lleva sentada en la bancada de la oposición en San Juan de Dios, tras 20 como regidora.
En una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, quien además está colocado como delegado del Gobierno en Andalucía, precisa que “se trata de una iniciativa llevada a cabo por el Ministerio de Fomento encaminada a realzar aún más la belleza del viaducto, permitiendo establecer diferentes gamas cromáticas de colores en momentos puntuales”.
Sanz repite las palabras a este respecto del ministro de Fomento, coincidiendo en que “sin duda, se trata de una iniciativa que contribuirá a embellecer la noche gaditana y supone un importante atractivo turístico, además de permitir que se cuente con un juego de luces para ser utilizadas en diferentes celebraciones o conmemoraciones”.
El Puente de la Constitución de 1812 es una obra singular y de las de mayor magnitud y complejidad que ha acometido el Ministerio de Fomento en los últimos años. Puede presumir de ser uno de los puentes de mayor luz de vano principal en el mundo, el tercero en Europa, después del Puente de Normandía en Francia y del Puente Rion Antirion en Grecia. Además, es el segundo puente marítimo de mayor gálibo vertical (altura desde el tablero sobre el plano del agua) del mundo, después del Puente de Verrazano Narrows de Nueva York, y por delante del Puente Golden Gate de San Francisco. Tiene una longitud de 3.157 metros (más de 5 kilómetros si se cuenta todo el viaducto), con 36 pilas de las cuales 10 están sobre el mar. Cuenta con dos carriles por sentido para el tráfico viario y una plataforma dedicada al transporte colectivo, que inicialmente alberga dos carriles reservados para la circulación de autobuses, aunque se espera que en el futuro sirva para la línea 2 del tranvía metropolitano, que uniría la capital con Puerto Real.
Un proyecto, al mismo tiempo, tachado desde su gestación por ecologistas de “despilfarro” y “locura” que haría “insostenible” el tráfico en Cádiz. Tras dos años abierto, no se ha llegado a este punto; de hecho, el veterano puente Carranza, que va camino de cumplir el medio siglo, sigue siendo más usado para salir de la ciudad que el nuevo.