La concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento de Cádiz ha iniciado los trámites para intervenir en la recuperación de la imagen del escudo de Puerta de Tierra. Esta actuación puntual de conservación de este elemento sobre el ático del cornisamiento, se enmarca dentro del protocolo municipal de actuación para la protección y conservación del patrimonio histórico. En concreto, se repondrá una de las espadas sostenida por la figura alegórica de un león que integra el escudo que preside el torreón de este emblemático monumento que separa el casco antiguo de extramuros.
En una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el concejal de Patrimonio, David Navarro, explica que desde el año 2007 “falta la espada del león de este escudo, lo que afectaba a la imagen de la Puerta de Tierra”. Con esta actuación, a partir de ahora, “se podrá contemplar el escudo en su integridad resaltando la belleza del mismo compuesto por ambos leones que lo flaquean junto a la alegoría de la fama, banderas y otros elementos decorativos”.
La espada será fabricada mediante pletina de latón (bronce y aleación de cobre) y se procederá a instalar mediante el acceso al escudo por una plataforma elevadora que permita la salvaguarda y protección de la integridad del monumento. La conservación del puñal de la espada en la figura de león -escultura izquierda- hace que se pueda actuar sobre el puñal sin necesidad de actuar sobre la escultura.
BIEN DE INTERÉS CULTURAL
Dado el carácter de Bien de Interés Cultural (BIC) de la Puerta de Tierra, el Consistorio necesita, antes de intervenir, el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, de la delegación territorial de Cultura de la Junta de Andalucía.
El aspecto actual de la Puerta de Tierra responde a diferentes periodos y fases constructivas desde que en el siglo XVI la primitiva cerca medieval fuera desbordada por el crecimiento de la ciudad. En su lugar se construyó un muro cuya puerta de acceso aún puede contemplarse embutida en uno de los lienzos del conjunto defensivo actual. En 1574 se realizó una primera ampliación para protegerlo con dos baluartes. Hasta el siglo XVIII no adquiriría el conjunto su fisonomía definitiva.
En el centro, marca el eje de todo el conjunto el torreón bajo el que se abre el vano de acceso, enmarcado por portada de mármol, fechada en 1756.Una inscripción alude a la construcción de la puerta y sobre ella aparecen el escudo real y el de la ciudad acompañados por una alegoría militar. Para la fachada que da al centro histórico de la ciudad, fue levantado un elegante pórtico de mármol dispuesto a modo de arco de triunfo obra de Torcuato Cayón. A ambos lados del conjunto avanzan los baluartes de San Roque y Santa Elena, llamados así por su respectiva cercanía a unas ermitas, que fueron derribadas en 1737 con motivo de la construcción de los cuarteles de la zona interior del complejo defensivo.
La expansión urbana por la zona de extramuros llegó a plantear durante la primera mitad del siglo XX el derribo de todo el complejo, aunque –como se explica desde la web del Ayuntamiento- se optó por el relleno de los fosos y la apertura de dos grandes arcos en los lienzos de la muralla que permitieran el paso de vehículos.