COPA DEL REY. Con ganas relativas de Copa, el Nuevo Mirandilla servía de escenario en la tarde noche de este miércoles a la segunda eliminatoria del torneo del KO, con el limitado CD Eldense como rival a batir tras superarse semanas atrás al Real Jaén (en Tercera Federación), para un Cádiz “muy tocado” con la cabeza puesta en su bochornosa actuación liguera hasta el momento, que tiene a Paco López más fuera que dentro del banquillo. Hasta el presidente Manuel Vizcaíno ha dejado como recado estos días (tras diecisiete jornadas…) que “no estamos haciendo las cosas bien”.
“Queremos pasar, llegar lo más lejos posible en Copa. Para nosotros es una competición oficial, hay que defender el escudo. No tenemos que separar si el partido es más o menos importante. Vamos a afrontarlo con la misma intención que si fuera uno de liga y vamos a poner el equipo más competitivo”, avanzaba el técnico valenciano en la previa de un choque con las gradas despobladas, menos de 8.000 valientes (los abonados debían pagar un euro para tener su entrada).
Y ese equipo llamado a competir, de inicio, era el conformado por: Caro, bajo palos; Alejo, Julio Cabrera, Chust, y Glauder, en defensa; Fali, Álex Fernández y Melendo, en el centro del campo; y como hombres más adelantados, Ontiveros, De la Rosa y Chris Ramos.
Con ambiente y emoción propios de un amistoso chungo de pretemporada, la primera mitad fue transcurriendo inexorablemente, como pasa la vida, con ambos conjuntos apostando por la equis en una hipotética quiniela, y abundantes interrupciones y faltas irritantes.
Una bienintencionada jugada personal de De la Rosa estrenaba el bagaje ofensivo de los amarillos al poco de pitarse el inicio, y para de contar. Por el lado del equipo rosa-chicle, hasta el minuto 20 no le pusieron cara al portero local, con un disparo de Ropero a las manos. Acción que animaba algo a los alicantinos, que en el 26 lo volvían a intentar con Jorquera mandándola al lateral de la red. Y para retomar ese empate a pseudo ocasiones, Ontiveros tiraba de clase en el 32 para colocarla y casi colarla por la escuadra.
Tres minutos después, Chris se encontraba con el balón en los pies al borde del área, y su disparo lo repelía a córner Dani. Replicaba entonces el Eldense con un potente lanzamiento de Cris Montes que blocaba Caro. Entretanto, el figura de Iván Alejo se encaraba con su propio público tras otro desacierto más, y Ontiveros rebajaba la tensión ambiental con otra individualidad al borde de cumplirse el tiempo reglamentario.
“Qué gane el otro si quiere, pero que no haya prórroga”, era la sensación que se respiraba en el amuermado estadio tras una primera mitad copera no recomendable para abstemios.
IMPOTENCIA Y FRUSTRACIÓN
La segunda mitad se ponía en marcha con Ropero probando desde el centro del campo y casi sorprendiendo a todos, y, en el otro lado, una asistencia de Ontiveros a De la Rosa, que no acertaba con su remate de primeras. El Cádiz se encomendaba a que el marbellí se inventara alguna genialidad, y a no fallar mucho atrás, mientras el rival se estiraba de tanto en tanto y Jorquera lo volvía a intentar en el 60.
Momento en el que Paco López hacía sus primeros cambios: entraban Fede San Emeterio y Ocampo por Melendo y Alejo, entre un chaparrón de abucheos. Entre aplausos sí se marchaba poco después del verde Ontiveros, y Álex, reemplazados por Sobrino y el canterano Luis Morales. Ovación que también se ganaba De la Rosa al ser sustituido por Roger.
El Cádiz trataba de irse arriba mas sin continuidad, sin ritmo, sin ideas, buscando ahora la inspiración del extremo uruguayo, sin inspiración. Y para colmo, en el minuto 80 se le pitaba penalti en contra, por un agarrón de Julio Cabrera a Chapela, excadista que no fallaba desde los once metros, y tampoco lo celebraba. Además, el defensa del Mirandilla, abatido, se iba a la calle (entre aplausos de la afición) al ver la segunda cartulina amarilla.
“¡Saca al Cádiz B, saca al Cádiz B!”, “Vizcaíno, dimisión, vete pa Sevilla, no te queremos…”: la grada hastiada respondía al 0-1 con una ración de cánticos, al tiempo que se desesperaba ante la falta de sangre del equipo sobre el campo, incapaz de ofrecer una mínima respuesta y de meterle tensión al juego, cuando se decretaban cinco minutos de descuento.
Y no pasó nada hasta el final. Pitos desganados y un “hasta los huevos”, despedía a los amarillos, que igualmente dicen agur a una Copa del Rey que estorba y no interesa a nadie, teniendo en cuenta la peligrosa y desastrosa situación del equipo (y del cadismo en global). DIARIO Bahía de Cádiz