La espada de bronce que sujeta la figura alegórica principal del Monumento a las Cortes de 1812, en Cádiz, aparecía a principios de julio de 2020 tirada a los pies, desprendida por la repentina fractura del vástago. Entonces el Ayuntamiento anunciaba un “procedimiento de urgencia” para volver a colocar este elemento, al tiempo que aprovechaba para demandar al aire la implicación de la Junta de Andalucía y del Gobierno central para acometer una “restauración integral” de este conjunto escultórico declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
Han pasado casi dos años y al fin en la mañana de este miércoles se ha procedido a reponer la espada del monumento que protagoniza la plaza de España, que actualmente se somete a obras de reurbanización y peatonalización.
En una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el concejal de Patrimonio Histórico, Paco Cano, aclara que desde que ocurrió aquel desprendimiento se iniciaron los trámites y procedimientos necesarios para su reparación y reposición, así como la elección del momento idóneo para su colocación.
Finalmente, se ha optado por la elaboración de una réplica de la espada, pasando la original a formar parte del patrimonio del Museo de Las Cortes para su conservación y exposición al público. Los trabajos han sido realizados por el restaurador de obras de arte jiennense José Luis Ojeda y han consistido por un lado en el tratamiento de la espada, corrigiendo su alabeo y los daños ocasionados en su caída, la reparación de las piezas fracturadas caídas de la mano de la figura. Por otro, la realización de la copia mediante molde del original en resina con aplicación de un patinado de aspecto similar al original, así como su colocación en el monumento que, dado su menor peso, evitará daños sobre la estructura de soporte de la misma.
El concejal responsable aprovecha para resaltar el “esfuerzo” que entiende viene haciendo el Ayuntamiento por la conservación y mantenimiento del patrimonio de la ciudad. Prueba de ello son los trabajos desarrollados por la empresa José María Rodríguez Fernández 2003, encargada recientemente de la restauración y reposición puntual de elementos del monumento de Marqués de Comillas, así como de los trabajos de conservación y restauración realizados en el monumento a Segismundo Moret situado en la plaza de San Juan de Dios. Esta misma firma ha resultado también adjudicataria en el proceso de licitación abierto para el contrato de mantenimiento de los monumentos de la ciudad, por 25.000 euros.
UN POCO DE HISTORIA
Situado en la plaza de España, el Monumento a las Cortes de 1812 fue construido entre los años 1912 y 1929, aunque la idea de su construcción parte del siglo anterior, siendo solicitada su realización por la ciudad al Congreso Nacional el 27 de marzo de 1812, pocos días después de la promulgación de la llamada La Pepa. La petición fue leída y aprobada en la sesión de las Cortes que tuvo lugar al día siguiente, convocando el Ayuntamiento de Cádiz un concurso de proyectos en abril de ese mismo año. Sin embargo, a consecuencia de la inestabilidad política y del desgaste económico y humano provocado por las sucesivas guerras, pasaron cien años hasta que pudo levantarse.
Fue en 1910: la Comisión Provincial de Monumentos y la Real Academia Hispano-Americana de Cádiz solicitaron al Gobierno de entonces que cumpliera lo acordado, y a tal efecto en 1911 se convocó en Madrid un nuevo certamen. La convocatoria exigía que para la realización del monumento se asociaran un arquitecto y un escultor, estableciéndose el premio en un millón de pesetas. El concurso lo ganó el proyecto presentado por el arquitecto Modesto López Otero y el escultor Aniceto Marinas García.
El monumento final tiene forma de hemiciclo hacia el muelle, como si fuese un intento de puerta monumental a la ciudad desde el mar y una metáfora visual de la Cámara Legislativa. Su estructura está formada en su plano inferior por el hemiciclo y un sillón presidencial vacío. Diversas inscripciones jalonan la parte alta de este hemiciclo, y en cada brazo aparecen las estatuas ecuestres de la paz y la guerra, en bronce. En el centro una pilastra se eleva para finalizar en figuras alegóricas que sostiene el texto constitucional. A los pies de esta pilastra aparecen una matrona, que representa España, a ambos lados grupos escultóricos de la agricultura y la ciudadanía, detrás Hércules, y los nombres de los diputados más destacados.