DÍA 11 (11ª CLASIFICATORIA)
¡Adió, Juan! Vamos despidiendo a la borrasca Juan, vaya con el nombrecito para un temporal, y saludando a una nueva tarde-noche de Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2024), que merodea ya su decimoprimera clasificatoria.
Función de viernes con hasta cuatro comparsas en el menú, aunque todos los focos de la sesión apuntaron al regreso del cuarteto de los niños, ‘En mi caseta cabe todo el mundo’, ofreciendo más de lo mismo; y de la chirigota de Melli-Molina triunfadora en 2023, ahora ‘La callejera invisible’… más de lo mismo, también. Para lo bueno y para lo malo.
¿Malo? Malo el Cádi. En un ratillo juega fuera contra el Alavés, verá tú que volvemos a perder (spóiler, volvemos a perder), y que no echan a Sergio González, con las ganitas que tiene ya el chavá de picar billete. Juan, ¿Maxi Gómez está en el once titular? Maripili, dale a la palanca, y que desfile este cronicón en directo cuando se cocinó, un, dos, un, dos. ¿Todavía no nos has pagado un café?, que agarrao…
‘La piñata’, orgiástica
Las 20.04 horas. Arriba telón. Las banderas de la Falange y del pollo en el escenario. El capitán Procopio viene fuerte. Entona sus tanguillos en privado ante aquel gobernador civil de los primeros años de la dictadura franquista, en 1948, el coro ‘La piñata gaditana’. Con esta recreación, el ahora coro ‘La piñata’ dice homenajear a aquellos coristas valientes que convencieron a los fascistas para que se pudiera volver a celebrar en Cádi el carnaval en las calles. Coro a pie (un ratito), coro colorido, coro arlequinado, amenazado sobre su cabeza por una piñata XXL. “Vuelve a mi Cádiz la locura de febrero… silencio, señoras y señores, de nuevo llegó el carnaval, eterno y loco carnavaaaaal”. ¡¡Perico, dame un día libre!!, resuena desde gallinero, jajaja. En la autoría se rejunta una barbaridad de peña: Ramón Peñalver, Paco Cárdenas, José Carlos Armario, José Antonio Montiel y Manuel Sánchez Alba ‘el Noly’. Primer tango insustancial, como carta de presentación “pa mi ciudad, pa mis paisanos, mis gaditanas mis gaditanos”. Aquel tango de Los duros antiguos sirve de base para la segunda letra, y para quejarse de los modennos: “quisiera pedirte Cádiz con todo el alma que nos perdone… el tango que aquí nació, desapareció… qué es lo que hemos hecho para que por los duros modernos estemos vendiendo lo que es nuestra esencia… mientras mi tierra buscando el tango está escarbando desde aquel día”. Suena regulero, Juan. Los cuplés, peor. Las tres concejalas de Fiestas de los últimos años no les “ponen” tanto como el Vicente Sánchez…, “te invitaremos cuando vayamos a hacer la orgía”. Afúuu. “Sacude bien la piñata, que te puede salpicar…”. El popu es un desatino pa darles “con una espiocha”. Perico, dale un día libre, ome.
‘La consentida’, coged las rosas mientras podáis…
¡Riega ese tiesto, niña! Desde Alcalá de Guadaira hace la fotosíntesis con los focos del Falla la comparsita floreciente ‘La consentida’…, “no se puede arrancar una flor sin molestar una estrella… me rescatas del invierno y me lo das todo, aunque nunca te lo pida, aquí está tu consentida, con el agua de tu amor”. Antonio Medina Ávila y Jaime Jesús Cruz Guillén firman la letra, y David Castro Fernández pone la música. La madre-jardinera se lleva un pasodoble de entrada, con suavidad, “sé muy bien que una letra no es bastante, no hay comparsa pa taparte, una madre no falla, no desvanece aunque arrastre la mayor sequía, por eso hasta que te marchites, tú serás mi consentida”. El otro pasodoble huele a infancia, a drama, a resignación…, “por el olor del dinero, mi casa me la han quitado”. Como sin querer molestar. Polinización “mirando a Cuenca”; y la pereza de quitar el Belén, en la tandita de cuplés. “No te andes por las ramas, dime que sí, dime que sí”. ¡Al larguero el Alavés!, Juan. Bien empieza el partido en Mendizorroza. El popurrí, sonando dulce hasta casi empalagar. “No lo dudes ni un momento, lucha ya por lo que quieras, que nadie aguanta un invierno ni dura dos primaveras… mi vida son mis raíces, y nunca podré marchar, quien me arranque de mi tierra me tendrá que matar…”. Buen abono, que se oye más que se escucha. Juan y sus alergias.
‘Los ofendiditos’, ¿alguien sabe de qué van?
Otra comparsa, Juan, otra. Con el tuiti y el feisbuk abierto se presenta ‘Los ofendiditos’, comparsa portuense quejosa contigo, con el derrotismo gratuito en las redes…, “soy el que tu libertad de expresión con cadenas esclaviza… al ofendidito le importan tres pitos que seas la cuna de la libertad… soy la maldita censura personificada, la serpiente cobarde que siempre morderá llegando carnaval”. Raúl Villanueva pone la letra, y Carlos Javier Noriega Chamero, la música. El primer pasodoble insiste en el concepto de esta propuesta resentida, con su recadito final, aro: “ya tienen sus armas a punto, dispuestas para disparar… valiente mierda de concurso, ya estoy yo en la cama que no aguanto más… basta ya de ofendiditos, siéntate, disfruta y calla… que el que sube aquí a poner su voz, lo hace con el corazón… cierra tu maldita boca que no sobran coplas, que aquí sobras tú”. “Después de una vida y luchando, a Antonia y Manuel no le salen las cuentas del quince hasta el treinta pa poder comer”, lamenta la segunda letra con sus penurias familiares. ¡¡Puigdemont, Puigdemont!!, chupito. “Ni lo pienses, chiquilla, que la duda ofende, que la duda ofende”. “Aquí ya no ofende el que puede, ofende el que quiere…”, arranca un popurrí, caleta-caleto, molesto con el lenguaje inclusivo, que encuentra autocensura en los poetas de Cádi por no aguantar el chaparrón del ejército de ofendiditos…, “no podemos arrancar la libertad, ni ser los dueños de una única verdad… sólo canté dejando el alma y entregando el corazón, y si aquí hubo alguien que se ofendió, debe saber que quererte no puede ofender”. Defendiendo la libertad de expresión, pero solo para el que canta, o algo asín. Juan, minuto y resultado: empate a cero y mucho frío en Vitoria.
‘En mi caseta cabe todo el mundo’, desde la mesita de noche
“En Cádi no, pero en mi caseta cabe todo el mundo”. El cuarteto ampliado de los niños, hasta seis, te monta un camping para volver al Falla dos años después, sin novedades en fondo y forma. ‘En mi caseta cabe todo el mundo’, con la autoría de Iván Romero, y cositas de su hermano Borjita. Y se van presentando en la parodia el encargao; Francis Cópata, el de mantenimiento psicópata; el Cargante, “po atríncame el pepino”; y el Penas, de despedida de soltero… “mi novia me ha dejao”. Y gol del Alavés de penalti. Eso si da penita, Juan, Sergio también da penita… Que esto sigue: también aparece la exnovia Santera con un cubano sin calzoncillos, “Cuba libre”; ya se sabe, “un nabo saca otro libre… ¡¡cuídala!!”. Sucinta tanda de cuplés: tocando la caja, que arte los Borbones, pero tocándose los cohones, ni te cuento; y ligando, acaba la cuestión rimando con Logroño. “Búscate una caseta, búscate una caseta”. Ese tema libre rebujina y con pedida de mano doble, no se salva del momento tanguillos. Eso sí, no ha habido iguana, no. “Sobran los estilos, faltan los cuartetos, sobran comentarios y falta respeto, sobran los mi barrio, sobran los mi Cái, y falta el Morera y eso es lo que hay… Cádiz, sobran los motivos, para entregarte mi alma, falta el tiempo que he perdido porque cuando estoy contigo, Cádiz, sobran las palabras”: de remate con shentimiento, marca de la casa. Todo es un poco déjà vu, también la reacción del Falla. Y Sergio a la desesperada saca a Brian Ocampo y al delantero del filial Etta Eyoung.
‘El barrio calavera’, DEP
Pase el siguiente. Desde el más allá a oscuritas, “al final descubrí, que todo era verdad, la muerte no era mi fin, que existe la eternidad… la muerte es un camino que hay que andar para vivir…”. Concepto algo ajín el de la comparsa sevillana ‘El barrio calavera’, con sus caras de muerto y barbas teñidas, y la autoría de Alejandro Arteaga Ramírez, Francisco Javier Sierra Ramírez y Rafael Fernández Delis. Ni machismo ni feminismo, vaya: un primer pasodoble equidistante con dos niños, uno palestino y uno israelí, echando de menos cosas, “y se fueron los dos juntos buscando un sueño”. Lo del genocidio de uno sobre otro, ya otro día. Y entra también Negredo. Cosqui a la homofobia que desprende la Iglesia, en la otra letra dirigida al Papa, con chocos: “si quisieras de verdad abrir tu iglesia, tú nos casarías mostrando más coherencia… pero te conformas con mostrar, una falsa muestra de piedad… guardese sus bendiciones, la sagrada y más bonita, la de mis padres”. Siete minutos de propina en Mendizorroza. “Sigo loco por tus huesos, no lo puedo remediar”: estribillo para ponerle el lacito a dos cuplés impotentes y estériles. Y a mitad del popu, se confirma una nueva derrota del Cádi, que lástima de Cádi… “Ven y vive de verdad”, lanza ese repertorio con invitación a morir para vivir, vaya paradoja; que en el otro barrio no hay que preocuparse por la muerte, ni por pagar la hipoteca. No te inventes las cosas, Juan… “huesos, los que te sostienen, los que te llevan, desde la otra vida a la eternidad… ríe, llora, canta y baila, que la vida es un regalo…”. Acaban y sigo sin tener claro si me tiro por los bloques o si sigo existiendo poniendo la alarma a las siete de la mañana, y a vivir muriendo.
‘La callejera invisible’, caca, culo, pedo, pis
A prisión. La segunda parte del amago de chirigota callejera de la pasada temporada, primer premio y tó. Lo que tiene cantar cuplés de pelo…, “ya no digo palabrotas, ya no digo borderíos, por decir cosas en el Falla, en la cárcel me han metío… y le cambio dos palabras, y tiene el mismo sentío, con to sus fallecíos… alza tu pañuelo, este carnaval, si quieres que a mí me indulten, si quieres mi libertad”. Una presentación con calambres a cada palabrota, la que expone ‘La callejera invisible’, chirigota chiclanera resultante de la escisión de Los Molina, con Jesús Manuel Selma ‘Melli’ y José Antonio García Molina, firmando letra y música. Agradecido ese primer pasodoble, con pulla de las gordas para los derrotistas de lo ajeno a la Viña: “que bonito ha sido el año, que se me ha pasao volando, y vengo a darte las gracias, porque eso es de bien nacidos… que no venimos de afuera, venimos de la provincia y somos gaditanos”. “Y si lloras esmorecio, el Falla te ha convertío en chirigotero”, sentencia la siguiente letra, con consejos a quien cantan por primera vez en la cantera. Pasodobles pum pum pum, intensos y apasionados, que ponen pitosos al teatro. Cuplés, de tres en tres, entre ellos, la Ana Obregón “no gana pa pañales entre los suyos y los de la niña”. “Yo ya le he dicho al juez que no digo palabrotas, que voy por el buen camino, y que me atrinque el pepino”. Pamplinas carcelarias en ese popurrit sin-pasarse con su dosis de escatología, donde también se cae el jabón en la ducha, no falla, y detrás tienes al negro con un mandao “sin medida”, que ocurrente. Hasta la libertad provisional en carnaval…, “no te quedes encerrao, vente conmigo… que Cádiz es la ciudad donde si estás en un boquete, te dibujas dos coloretes y las penas se te van”. Y por si acaso, “no se te vaya a olvidar, comprar tabacooo”. La chirigota va con el viento a favor, y se aprovecha.
‘El cielito de los cómicos’, chamaquitos
Y la bola extra de la función la saca la comparsa con alitas de Algeciras ‘El cielito de los cómicos’. Con cameo del Sheriff a lo san Pedro. Juan, que ¡¡son quince Cantinflas!! ¡¡Cantinflas!!, el mismo que pregonó el carnaval hace casi cuarenta años. Bajan a Cádi, por febrero. José Rafael Castro Maíllo y Manuel Antonio Calderón Guillén suscriben la letra, con música del mismo Manuel Antonio y de José María Duran Monroy. ¡Viva México, caraho! Pasodobles viñeros. En el primero, Cantinflas relata aquella experiencia por Cádi y cómo se le metió el veneno der carnavá, ¿no es eso? El otro, medio a capela, se lo ofrecen al pregonero de este año. Con potencia andan los cuates. Meneando las caderas, tolón tolón, y llamando “retrasao” al Perro Sánchez, ¿ehh? “Y tanta gracia tenía, no le faltaba un detalle, mi amigo chirigotero desprendía tanto arte, que hasta en las puertas del cielo lleva haciendo pasacalle”: el estribillo, o dos, o tres. Con la sonrisa arriba y los pantalones abajo. Arranca el teatro de la vida de este Mario Moreno con acento del Campo de Gibraltar en ese popurrí que deja buen sabor de boca, aunque no tienes mu claro qué te has tragado. Oye, que es un homenaje a una chirigota algecireña que se coló en la final en el 83. Vale vale. “Que ya me voy pa el cielo, que ya me voy pa el cielo… que no me pidan que me calle…”. Humo, y a juí.
Las 00.31 horas. Baja el telón. ¿Baja el Cádi? Calla, Juan, no mientes ruina, que ahora Vizcaíno se va a sacar un pasodoble cañón, de esos de caerse revoleao pa abajo. Aro aro. Mientras esperamos fichajes, y a que venga el uno, mira a ver qué nos ofrece esta noche la Inteligencia Artificial de entre sus frases célebres gurmé: “Podéis juzgar la civilización de una sociedad por la forma en que trata a sus prisioneros”, dicen que dijo el ruso Fiódor Dostoyevski. Dany Rodway
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