DÍA 6 (6ª CLASIFICATORIA)
Po una jornada más, seguimos sin saber cómo celebra los goles el Maxi Gómez. Visto (y sufrido) otro capítulo más del naufragio de este Cádi, a lo Titanic, sólo nos queda el consuelo de huir al mundo paralelo que ofrece el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavaleras de Cádiz (el COAC 2024), alcanzando ya su sexta noche de las preliminares.
Un domingo de Falla con estrellaos, despedida de soltero, profetas caleteros, fiesteros vitales, súper héroes de mirarse el ombligo… Sobresaliendo en este collage de coplas el coro coro de Julio Pardo hijo, ‘Los luciérnagas’, y a su singular manera, la chirigota sadomasoquista ‘Sácamela de la boca’. Y no precisamente la papa.
¿Surpercopa de qué, Juan? ¿De EspÁña? ¿En Arabia Saudí? Nada más que añadir, señoría. Maripili, dale a la palanca y que brote cual semilla en primavera este cronicón bruto, ciego, sordomudo, torpe, traste y testarudo… Shakira, vámo a dejarlo. ¡¡Piqué, págate una convía!!
‘Los luciérnagas’, tu identidad
Las 20.04 horas. Arriba telón. Ambiente jaleoso para recibir con los brazos abiertos al coro emigrante-luminoso por el mundo mundial de Julio Pardo, ahora de Julio Pardo hijo, responsable de la música. “Si digo que soy de Cádiz la gente sonríe de forma especial… soy embajador de Cádiz, porque Cádiz está en mi mente… Cádiz es como una religión y vamos pregonando tu sentido del humor, tu arte, tu forma de querer… dicen que a los gaditanos la luz de Cádiz se nos pega, por eso por donde vamos, hasta en lo oscuro brillamos, lo mismo que las luciérnagaAaAAAGSSS”. Fuuuua. En éxtasis, Juan. Poco más se puede añadir de esa presentación brutal. El primer tango lo gastan para darle las gracias a la afición por su calor al coro del año pasado, en momentos muy duros para el grupo por el fallecimiento en mitad de concurso de Julio: “este tango es pa vosotros, ahora estamos frente a frente solo nosotros, solo nosotros… que mi coro ya no es mío, que mi coro es también vuestro… gracias, sois mi familia, vuestra familia”. La segunda letra la siente un gaditano capillita del Nazareno de Santa María, lejos de la Tacita un Jueves Santo. Bueeeno. La letra la suscriben en esta ocasión Antonio Rivas y Carlos Sánchez. Son poetas a la hora de la siesta, sobre todo cuando llama un comercial; y Froilán cagando en un cuarto baño, ejem, para condimentar los cuplés. “Los problemas que tiene el mundo se arreglarían en un segundo, si el mundo fuera más gaditano”. El popu sobre la misma idea, ese gaditano más allá de Cortadura irradiando su destello, entra sin vaselina, y suena superior. Eso sí, no busques mucha crítica-denuncia sociá…, “la vida es maravillosa a nuestra manera… ni te vayas a hacer el gracioso intentándome imitar, lo siento picha lo siento, pero esta luz va por dentro, que no te sale mi acento… cuando nadie me ve, veo mi mundo al revés, mi tristeza se ve, sólo pienso en volver… lleva siempre esta luz, si te marchas de aquí, esa es nuestra misión, lleva siempre nuestro pendón y tu forma de ser, es tu identidad”. Juan, tú sí que eres mi gusilú.
‘Los súper-ego’, yo soy el nuevo Noly
Marvel, tiembla; tiembla, Ramoni. “Ya está aquí, míralo, el súper-ego de Cádiz soy yo… lo que mata un súper-ego es que aquí gane un sevillano… el rey de la octavilla, mejor que el Carli soy yo…”. Saluda ya la súper-chirigota ‘Los súper-ego’, con su capa y su fular. Comparten la letra David Verde, José Arauz y Miguel Ángel Llull, y este último también aporta la música. ¡Ahora subo yo! Se extiende la presentación con guasa ombliguista en el primer pasodoble, con continuas referencias metacarnavaleras. “América es la polla…”, reza la otra letrilla con ironía, y con vaivenes. Que el ritmo bullanguero de los cuplés no te deje ver el árbol. “Y el e-go-cén-trico soy yo”. El histrionismo inunda un pupurrí que trata de hacer una parodia del carnavalero subidito, también de tono, hasta que llega la hora de despedirse, “mi verdadera criptonita… Cádi atrápame, que yo aquí quiero morir”. Celebrada actuación. Aunque Juan tiene cara de villano.
‘La fiesta’, sin globos
Esta noche hay una, fies-ta, vamos todos a la fies-ta. “Bienvenidos a la fiesta, a la fiesta de la vidaaaaa”. Con ritmo e intensidad se presenta desde Sevilla la comparsa ‘La fiesta’, proponiendo existir en modo guateque. José Javier Puerto Rodríguez y Jesús Manuel Selma Martín-Murga firman la letra, y Fernando Manuel Rodríguez Endrina y Luis Rivero, la música. Enciende el tocadiscos, Juan. El tipo, el estándar para irte de marcha a la Punta. ¿Quién pilla los yelos? La historia del abuelo, que tanto luchó y bregó pero murió sin beneficiarse de la ley de dependencia, te arregla el primer pasodoble, para acordarse de los moríos de algún Gobierno indeterminado. Otro tragi-pasodoble, el segundo: una mujer embarazada de duelo al perder al crío no nacido, “pero más tarde o más temprano me levantaré de nuevo, soy la madre de un ángel del cielo”. Fiestuqui de tanatorio, Juan. Doble ración de cuplés de comparsa, sí. ¿¡Por qué, por qué?? “Si la vida son dos días, pa qué vamos a esperar, y disfruta conmigo porque mi objetivo es que vivas la vida como un carnaval”. En el popurrí tienes cuartetas para bailar alocao, otras agarraíto y otras para irte a la barra a apoyar el codo mientras observas que todo pasa, nada permanece. “Y cuando al fin se acabe tu fiesta, grita al mundo, valió la pena, y que nos quiten lo bailao”. Se agradece el ritmo discotequero y desenfrenado. La vida es lo que tiene, que corre un poco más que el tranvía atravesando la calle Real de La Isla.
‘Sácamela de la boca’, de pito, antifaz y plumero
Cogida con pinzas entra la chirigota fetichista ‘Sácamela de la boca’, “si me gusta el sado qué voy a hacer… este carnaval vente conmigo, pero ten cuidado con el pito que te llevas a la boca…”. Propuesta efectista, simpaticona lindando con lo grosero pero sin maldad, en gayumbos, y dos enanos de propina. Pocavergüen, pa qué más. Esa trompa contenta, Juan. Alejandro Pérez Sánchez y David Corrales González, en la autoría de este cuarto del vicio. Piropillo a Cádi indoloro, “tiro mi primera letra, para que todo el mundo sepa, lo mucho que yo te quiero”. El otro pasodoble ve en peligro el carnavá por una supuesta falta de libertad y letristas que se cortan al escribir para no toparse con la turra de los ofendiditos, “cuando no queden autores y todo el mundo los llore, ya nos arrepentiremos”. Ummm, no sé no sé. ¡Esto tiene pellizco! Escatología al cubo en uno de los cuplés, mejor el siguiente enseñándonos a todos qué es la dacrifilia, ¡¡ese cirio, Juan!! “Pero no podéis decirme que este año no hemos pegao”. Pasando dolor en ese popurrí masoquista dos rombos, no apto para mojigatos, y “las cuartetas cortas están de moda”. Ya, jajajaja. Llegando al clímax emoshional con la despedida, “no te quites las cadenas tan sólo en febrero…”. No dejan indiferente, y eso ya es un puntazo. Agáchate…
‘La resbalaera, una comparsa de toda la vida’, palabra de Nene
“No vengo multiplicando ni el pan ni las mojarritas, pero sí vengo arrastrando las cruces de la Tacita… no voy de Cristo, que yo voy de gaditano… que en su acento y en su copla cuando canta, sólo lleva un mandamiento, Cádi levántante y anda…”. Ambiente profético caletero en el rezo profano de la presentación de ‘La resbalaera, una comparsa de toda la vida’, con José Luis Zampaña y Nene Cheza detrás de letra y música. Siguiendo las formas y modos de sus últimas comparsas “de toda la vida”. Metapasodoble que dice sonar, saber y oler a Cádi…, “mientras que conserve aquí conmigo a mis dos niños y mis amigos, yo me tiro haciendo el Cristo de lo arto del Caná”. Y echando pestes sobre la asociación de Comparsistas 1960 en la siguiente letra, ¿no?, que “esto no es de nadie, esto es infinito, esto muere y nace desde el corazón”. La modalidad, vaya. ¡Aguatapá! Cuplés con su dosis de enantyum y de ganas de que vuelva el peaje. “Agua bendita de plata y de sal, un sol que nace y se viene a morir, templo sagrado de orilla inmortal, un paraíso de piedra y verdín… estos son, Cádiz bonito, los milagros infinitos, que hacen que yo crea en ti”. Un rato de pesca en ese popurrí obtuso y denso; sonar suena, pero le cuesta llegar persiguiendo “el Cádiz de los gaditanos”. Juan, tú eres beduino, eso pasa.
‘¡¡Por fin lo despedimos!!’, familiar
Algo se muere en el alma cuando un amigo se va…, “que me caso, cabrones, que no me he muerto”. Momento chirigota entrañable-familiar con varios componentes con unos añitos y achaques de más. ‘¡¡Por fin lo despedimos!!’, pre-bodorrio del veterano Juan Chaves con letra de José Ignacio Rodríguez y Álvaro Joaquín Chaves, y música de David Chaves Ramírez. Loquito por que llegue febrero, o más o menos, en ese primer pasodoble. Y lamentando el trato indigno que se le da a Andalucía desde los madriles, la segunda letra plantea llegar a la separtación…, “en la región de la guasa y la fiesta, tendremos que plantearnos, si seguimos bufoneando o Despeñaperros se cierra”. Esto lo canta una agrupación catalana y le aplican el 155. Uno de los cuatro cuplés casi no rima con polla. “El viejo se ha comprao un nabo, ¿un nabo?, un nabo-tella pa celebrarlo”. ¡Esta noche va a joder, oee, ooe!, suena desde la oscuridad del teatro. “Después de esta, ni una despedía más… que a ti ya na más que se te sube la tensión…vamos Juanito, vámonos…”, y se va el vapor, y ese popurrí. Con el Falla, respetuoso, de pie.
‘Los estrellaos’, levitando
Cuando este teatro se queda vacío… es el turno del chimpón de la sesión dominguera ya pensando en el ¡¡lunes!! Ese honor de cantar con eco eco es para la comparsa de Granada ‘Los estrellaos’, con Fran Rodríguez de letrista, músico, director y representante legal, qué agonías el colega, to pa él. Contexto noctámbulo: “a mí me llaman el estrellao, porque cuando llega febrero, es cantarte mi pasodoble y se me levantan los pies del suelo… no estoy loco, estoy estrellao, lo mismito que este cielo”. Anotado queda. Los led de la luna lunera del forillo se quedaron cortitos, chavales, habría que pillar unos metros más. “Déjame decirte por carnaval, Cádiz eres mi locura”, remarca ese primer pasodoble-piropo-estrellao reglamentario. En el siguiente, amablemente aunque con afinación hiriente, invitan a la futura reina “borbona” que huya, “la libertad siempre será, Leonor, tu mejor corona, la mayor corona”. Echan en falta esnifar purpurina. Y pillar cacho en Tailandia. Juan, ¡¡despiértame!! ¡Lo que se están perdiendo los que se han ido!, vocea un anónimo desde el gallinero. Y desde esa azotea, entre la puesta de sol y el amanecer, ya resuena el popurrí mirando hacia arriba, quejoso con la sociedad-humanidad de abajo…, “la indignación es mi canción, perderé el miedo a la altura porque el vértigo está abajo”.
La 00.42 horas. Baja el telón, hasta abajo. Que vértigo. Juan, no te escapes, acuérdate de que el plazo de inscripción para participar en la Cabalgata Magna del Carnaval 2024 comienza este lunes. Tras la pamplina de servicio público, no olvides tirar de la cadena, esperamos el tirón de orejas de la Inteligencia Artificial con su frase célebre a voleo: “La sexualidad es el arte de vivir el misterio del cuerpo, la revelación del alma”, dicen que dijo la escritora francesa Anaïs Nin. Dany Rodway
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