CRÓNICA J-26. Primer sábado de Carnaval de Cádiz y partidazo en el Ramón de Carranza, tras doce horas de final del Falla. Cerca de 15.000 personas no quisieron perderse la visita del Real Oviedo, en un duelo por la segunda posición de la tabla.
Un choque tenso marcado por la expulsión de un jugador carbayón en la primera mitad. Pese a ello, los de Anquela se adelantaron en una acción a balón parado tras el descanso y a partir de ahí, los locales mostraron su cara más ofensiva, ganas y lucha y le dieron la vuelta a un marcador adverso por primera vez en la presente campaña. Un 2-1 que mantiene al Cádiz segundo, a tres puntos del objetivo de apuntalar la permanencia, antes de pensar en otras metas.
Álvaro Cervera contó de inicio con Barral, que hacía varios partidos con el que ni contaba; un once formado por: Cifuentes en portería; Carpio, Lucas, Servando y Kecojevic, en defensa; Garrido, Abdullah y Álex Fernández en el centro del campo; y arriba Salvi, Álvaro y el isleño.
Precisamente el delantero que tantos años jugó en el Sporting dio el primer susto del partido, en el minuto 4, con un cabezazo desde casi fuera del área, a centro de Álex, que a punto estaba de colarse por la escuadra de la portería de Herrero. Una prematura ocasión que se convirtió prácticamente en la única del primer tiempo.
Así, el encuentro transcurría con el balón para los amarillos pero sin peligro. No hubo sobresaltos hasta que en el minuto 34 una entrada de Rocha a Carpio le costó la tarjeta roja, quedándose el Oviedo con uno menos. Pese a este contratiempo, logró acercarse antes del descanso en un par de ocasiones al área cadista. La más clara con una falta directa de Saúl Berjón que Cifuentes salvó en una buena estirada.
El segundo tiempo se inició con movimiento en el banquillo de Cervera: dejaba en la caseta a Barral y Abdullah, y daba entrada a Jona y Perea. El control de la pelota seguía siendo local, pero no se encontraba cómo hacerle daño a los azulinos, en inferioridad. Y para colmo, en el 54, una falta lateral sacada por Saúl Berjón la acertaba a colar Linares, dejando aún frío, aún más, al cadismo.
Este varapalo hizo reaccionar a los de casa. Cervera hizo un último cambio introduciendo a Eugeni por Garrido, y se comenzó a fraguar la remontada, a base de ímpetu, ganas y constancia. Se avisaba con un centro de Salvi que peinaba Alvarito y se marchaba fuera tras dar en el larguero. Y ya en el 72, con la grada poniendo de su parte, Alberto Perea mostrada su calidad y se cocinaba el 1-1: en una jugada dentro del área, tras regatear a varios contrarios, se sacó un derechazo a la escuadra. Un golazo.
Lograda la igualada, se mantuvo la inercia para buscar la victoria. Y en el 79, aprovechando un saque de esquina de Álex, Servando, el capitán, hacía ese segundo gol, celebrado con hambre. A partir de ahí, el partido se rompió, aunque las ocasiones más claras seguían siendo amarillas; y ya en el descuento, Salva Herrero evitaba el tercero en otro tiro cruzado de Salvi.
Tres puntos importantes que dejan al Cádiz a tres de los 50 puntitos, esos que hay que lograr para empezar a hablar de luchar por ascender. A estas alturas de la liga, y queda casi toda la segunda vuelta, se continúa como segundo en la tabla, que da derecho a subir automáticamente a Primera. Habrá que confiar en que una vez alcanzado el objetivo, no haya relajamiento. Este equipo es el que es, y Álvaro Cervera, por lo que estar ahí arriba es de un mérito impensable.
“Estamos muy contentos pero tenemos que exigirnos. No nos pueden marcar un gol en una jugada de un saque de banda favor. La permanencia está muy cerca y partidos como este te dan alegría”, apuntaba el técnico local en rueda de prensa postpartido. DIARIO Bahía de Cádiz