Autonomía Obrera ha alertado de que la implantación de nuevas máquinas en los parkings de la empresa municipal Emasa, en Cádiz, traerá consigo la reducción de la plantilla. Con este sistema de gestión telemática “el personal físico llega a ser inexistente, con la consiguiente preocupación por los puestos de trabajo fijos y de los trabajadores eventuales”. Se critica que los responsables del Ayuntamiento “decidan primero comprar todos los sistemas y maquinarias y después intenten negociar con los representantes de los trabajadores”.
La sección sindical de Autonomía Obrera en Emasa, empresa municipal de aparcamientos de Cádiz, ha alertado de que la implantación de nuevas máquinas de gestión en los parkings traerá consigo la reducción de la plantilla. “Los trabajadores tampoco podemos ser los que paguemos el precio de la ‘supervivencia’ como excusa a un posible cierre con una ley a su favor”, se apostilla.
“La renovación de las máquinas de los aparcamientos, recibida con alegría por el previsible fin que va a suponer de las continuas averías y la mejora del servicio al usuario que puede conllevar, trae también consigo un sistema de gestión telemática donde el personal físico llega a ser inexistente, con la consiguiente preocupación por los puestos de trabajo fijos y de los trabajadores eventuales que han estado sufriendo durante años el abuso que Emasa ha hecho (y sigue haciendo) de las empresas de trabajo temporal”, advierte este sindicato en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
Autonomía Obrera relata que hubo un tiempo en que los trabajadores de esta empresa del Ayuntamiento “eran casi estigmatizados por la opinión pública porque el servicio que realizan es antipático, obsoleto y caro; eran los malos de la zona azul, de la temible grúa y de los aparcamientos públicos”. Pero toda esa situación cambio cuando Emasa “dejó de ser la ‘gallina de los huevos de oro’, y sus trabajadores pasaron a convertirse en las víctimas de la mala gestiones y de operaciones inadecuadas como el aparcamiento de Santa Bárbara o la pretencioso aparcamiento de Plaza Sevilla, que habría acabado por hundir la empresa y empujarla hacia su privatización”.
La situación “comenzó a mejorar”, se asevera, con los cambios que se produjeron a raíz de la entrada del nuevo equipo Gobierno en el presente mandato y de la dirección de la propia empresa: “llegaron nuevos aires, se retomó el diálogo con los trabajadores y hasta se logró la participación de los trabajadores en los inaccesibles consejos de administración de la empresa”. Pero “tras un tiempo de esperanza”, Autonomía Obrera observa de “vuelve a pender sobre nuestras cabezas la espada de Dámocles de los ataques al empleo y a los derechos de los trabajadores bajo el nombre, en esta ocasión, de los planes de telegestión o telematización que quieren imponernos”.
“Entendemos que no se puede permitir que se use un sistema de gestión que lleve a la destrucción del empleo y que imposibilite la creación de nuevos puestos de trabajo en el futuro. Y tampoco podemos permitir que una administración municipal que dice estar a favor de los trabajadores decida primero comprar todos los sistemas y maquinarias y después intente negociar con los representantes de los trabajadores, cuando el procedimiento debería haber sido justo el contrario: primeros negociar y luego, en su caso, adquirir conforme a lo que en su caso se hubiera. No hacerlo así –se entiende- es jugar a una estrategia de hechos consumados que, para colmo, se intentan emplear para condicionar la lucha de los trabajadores en pro de recuperar los derechos perdidos en los últimos años”.
El actual consejo de administración de esta empresa municipal, mayoritario en partidos de izquierda, “defensores de lo público y de la remunicipalización”, a decir de esta sección sindical, “tienen la obligación de establecer las medidas oportunas para que el nivel de negocio se mantenga, dando un servicio más variado sin repercutir de forma negativa en los trabajadores ni en una futura oferta de empleo verdaderamente pública”. Y se sentencia que “Cádiz necesita empleo, y Emasa, como todas las empresas municipales, debe ser la primera en crearlo, en lugar de sustituirlo por la implantación de máquinas”.
Autonomía Obrera avanza que en estos días empieza la instalación de los nuevos sistemas en el aparcamiento de Glorieta Ingeniero la Cierva, “un paso más para acabar con el trabajo de personas y dar entrada al dominio de la telemática”. Máquinas que “sustituyen a personas, como sucede ya en numerosas gasolineras o supermercados. Se está destruyendo el que una persona pueda conseguir un puesto de trabajo favoreciendo, en su lugar, un ‘hágalo usted mismo’ que nos conduce de cabeza al desempleo masivo y el caos”, se sentencia.
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