JORNADA 5. Con mente y piernas aliviadas tras la insospechada goleada en el campo del Castellón con doblete de Chris Ramos, el Cádiz (con el límite salarial más alto de Segunda, ya es oficial, casi 19 millones de euros) se presentaba en la tarde del domingo en su Nuevo Mirandilla con el reto de vencer también como local y de empezar a convencer a su afición, ante un Racing Club Ferrol sin conocer la victoria y con varios excadistas en sus filas. Y no lo logró…
“Las victorias dan confianza, sobre todo a los jugadores que no son ajenos a la realidad y ya sentían, en cierto modo, la necesidad”, admitía el técnico Paco López en la previa, insistiendo en que más allá de resultados, “nuestro verdadero objetivo es construir un equipo con señas de identidad claras”, algo que es evidente que a estas alturas de septiembre no se ha alcanzado. “La clave está en focalizarnos en nosotros y hacer las cosas bien”, apostillaba pensando en el encuentro ante el conjunto de la ciudad departamental.
Con la novedad del recuperado Fede San Emeterio en el once titular, y Kouamé en el banquillo tras unas semanas apartado del grupo por indisciplina (se quería marchar, pero se ve que no ha recibido ofertas interesantes), los gaditanos salían al verde de inicio con los esperables: David Gil en la portería; Matos, Iza, Chust y Fali, en defensa; San Emeterio algo más adelantado junto a su inseparable Rubén Alcaraz y Escalante, en el centro del campo; y arriba, Chris, escoltado en los extremos por Sobrino y Brian Ocampo.
Y con viento de levante moderado y cerca de 17.000 aficionados en las gradas (un centenar arropando al conjunto gallego) comenzaba a rodar la pelota con los hombres de Paco López con confianza, tirando hacia arriba, buscando sobre todo la magia de Ocampo y sacando provecho de un San Emeterio hiperactivo en la media robando balones.
En el minuto 16, Gonzalo Escalante gozaba de la primera media ocasión, estrellándola al lateral de la red, con el cadismo irritado con Sobrino (haga lo que haga) pero agradeciendo en general el ímpetu y el embotellamiento estéril al rival. Como un centro del uruguayo al que llegaba muy forzado al primer palo el delantero gaditano, en una oportunidad clara; un lanzamiento lejano de Iza que despejaba a córner con dificultades Jesús Ruiz; o una jugada de persistencia y de suerte que acababa con un remate casi, casi, colocado a la escuadra de Rubén Sobrino.
Aunque superado el minuto 35, el juego del Cádiz se tornaba más denso e inoperante ante un Racing conforme con el empate, sin prisa alguna, y asomándose muy puntualmente a los dominios de David Gil. El tiempo fue consumiéndose con más tedio que emoción, hasta el pitido que marcaba el descanso.
“NO SÉ QUÉ HA PASADO EN LA SEGUNDA MITAD”
Un remate de cabeza de Chris, aprovechando una falta lejana botada por Alcaraz, levantaba el primer “uuuy” en el estadio en el reinicio del choque, y probaba los reflejos del portero. Pese al susto, el Racing entraba a la segunda mitad más avispado, y sobre el verde se equilibraba la balanza. Y encima Ocampo debía retirarse con molestias en el 58, sustituyéndolo Ontiveros, y a su vez, Tomi Alarcón por Fede.
Ni con los cambios el Cádiz volvía a tener el control del partido, en manos de un rival ahora más intenso que sin exigencia alguna de tanto en tanto, a partir de fallos e imprecisiones locales, se veía cerca del área amarilla. Buscando un revulsivo, en el minuto 69 Paquito Mwepu salía al campo por Alcaraz.
La grada (que en todo el tiempo reglamentario se olvidó del palco y de los gritos de “Vizcaíno, dimisión”) se encendía acercándose el minuto 80, alentando a los suyos a ver si reaccionaban y se enchufaban, y al menos Javi Ontiveros, sin demostrar nada del otro mundo, probaba desde fuera del área. Sobrino dejaba su sitio a Álex Fernández, y la desesperación gaditana aumentaba a la par que la impotencia de los jugadores: como ejemplo, un trallazo a las nubes del pelirrojo, ya en los cuatro minutos de tiempo añadido. Y de propina, bronca al árbitro por pitar el final cuando los de casa disponían de un último córner a favor.
Mas no hay disculpas: el segundo tiempo del Cádiz dejó mucho mucho que desear, tras una primera parte decente, con intenciones pero sin gol, la salsa de este deporte. Un puntito insulso más (van apenas 6 de 15) que certifica que el equipo de Paco López, llamado en la teoría a pelear por el ascenso, no termina de arrancar, y que lo visto hace una semana en Castalia durante aquellos siete minutos de goles fue más espejismo que realidad.
“Teníamos mucha ilusión por ganar. No sé ha podido. Deberíamos haber sentenciado en los primeros 35 minutos. Ponerse por delante te da la vida en esta división. Y en la segunda parte hemos dado un paso atrás, tengo que analizarlo, no sé qué ha pasado, nos ha costado y nos han faltado recursos. Y tampoco estamos acertados a balón parado. Hay que seguir”, es el resumen de la valoración del duelo del entrenador del Cádiz, quien repetía en su rueda de prensa que “no hay excusas, tendríamos que haberlo hecho mejor en la segunda parte”. Además, ponía el foco en una evidencia: “en todos los partidos no está faltando continuidad”. DIARIO Bahía de Cádiz